Publicado: Jue Abr 23, 2009 2:36 pm
por Domper
Lo más importante, lo que falta en lo que se ha dicho, era la función que tendría encomendada el Tone.

La marina japonesa era la que más experiencias, favorables y desfavorables, acumuló en el periodo de entreguerras. Ahí aprendió la importancia del poder aeronaval, la necesidad de disponer de cazas embarcados eficientes (“gracias” a las importantes pérdidas sufridas por el Kaga). Si los portaaviones tenían que llevar más cazas, llevarían menos bombarderos, y disminuiría su poder de ataque.

Además el número de portaaviones estaba limitado por los sucesivos tratados de limitaciones navales. Una forma de sortearlos era construir buques de menos de 10.000 Tons de desplazamiento estándar, pero resultaron poco satisfactorios. Otra, confiar parte de las misiones a hidroaviones.

Ello llevó a la construcción de varios tipos de buques portahidros. Hubo conversiones de buques mercantes, que realmente actuarían como bases flotantes avanzadas. Se diseñaron buques portahidros especializados (como los Nishin o los Chitose). Y por otro lado, hidroaviones avanzados: no sólo de reconocimiento, sino posteriormente, de caza y de ataque, y que podrían actuar no sólo desde esos buques, sino dese bases insulares avanzadas.

Los hidros de los buques de la flota, especialmente, tendrían encomendada una misión primordial: el reconocimiento (y posteriormente, la escolta antisubmarina). Pero la dotación de hidros en los buques era limitada (uno o dos por buque). Aunque hubiese muchos barcos con hidroaviones, el que dependiesen de muchos buques era un inconveniente. Los nuevos diseños deberían suplir esa deficiencia. Los acorazados de la clase Yamato llevarían hasta siete hidros a bordo. Asimismo, los nuevos cruceros que se construyesen deberían llevar más de los dos hidros que eran habituales.

Por otra parte, la marina japonesa sufrió dos desastres durante el periodo de preguerras: uno fue el vuelco del torpedero Tomozuru durante unas maniobras en 1934 (perdiéndose 100 vidas, aunque el casco pudo ser remolcado y reparado). Otra, el tifón del 26 de Septiembre de 1935, cuando varios buques de la 4ª flota japonesa sufrieron graves daños: dos destructores, con cascos construidos con soldadura eléctrica (y no remachados), para ahorrar peso, se partieron, perdiendo la proa. Otro destructor y el portaaviones Ryujo sufrieron daños en el puente, y el portaaviones Hosho estuvo a punto de perderse.

Las investigaciones subsiguientes mostraron la debilidad estructural de los cascos soldados de varias clases de destructores (que fueron soldados), y el riesgo que suponían los pesos altos. Eso contradecía la práctica japonesa hasta la fecha: armar lo más posible los buques, de desplazamiento limitado por los tratados, para que superasen a los de otras potencias. Los portaaviones de menos de 10.000 Tn eran muy poco estable (lo que llevó a aplicar un doble casco exterior al Ryuho), y el casco de los destructores debería ser reforzado. La imposibilidad de construir una marina potente dentro de las limitaciones del tratado fue uno de los motivos por los que Japón se retiraría del tratado naval de Londres al año siguiente.

Una de las clases que la investigación había señalado como problemática era la de los Mogami. Diseñados como cruceros pesados, pero con torres triples de 155 mm, para mantener el desplazamiento dentro de las 10.000 Tons usaban técnicas avanzadas, como soldadura eléctrica, uso de aluminio en superestructuras, etcétera. Por ello se añadieron bulges a las cuatro unidades (a las dos últimas durante su construcción).

Los dos Tone debían ser los dos últimos de la serie del Mogami. Pero a la vista de todo lo antedicho se modificó radicalmente el diseño: montarían cañones de 203 mm (pues no había que respetar tratados), pero sólo ocho, en cuatro torres dobles, lo que mejoraría la estabilidad. La toldilla quedaría reservada para dos catapultas y para llevar hasta seis hidros. El casco en el Tone era soldado, pero en el Chikuma se volvió a los remaches.

Posteriores construcciones y reformas seguirían esta tendencia. El crucero ligero Oyodo, el último construido por la IJN, repetía la fórmula de los Tone, y podía llevar seis hidros. El último crucero pesado, el Ibuki, sería un Tone mejorado (aunque fue convertido en portaaviones). El Mogami, tras los daños sufridos en Midway, fue reconstruido retirando las dos torres de popa y dejando lugar para llevar siete hidros. Los acorazados Ise y Hyuga sufrieron la misma reconversión, para llevar hasta 25 aviones en una cubierta a popa.

Durante la guerra, la misión principal de los dos Tone fue el reconocimiento: acompañaron a la fuerza de portaaviones rápidos, apoyándola con sus hidroaviones. Por desgracia para los japoneses, esa táctica mostró bastantes limitaciones: los hidros se lanzaban lentamente, era frecuente que hubiese problemas con las catapultas, y los avistamientos se comunicaban al mando con retraso, al tener que recorrer las noticias la cadena de mando. La táctica norteamericana (usar los aviones de los portaaviones para la exploración) resultó más flexible.

Ambas unidades fueron dañadas en los combates de las Salomón. Además, a partir de 1943 faltaban pilotos veteranos, y los hidros resultaron muy vulnerables contra la caza enemiga dirigida por radar: en las batallas de las Filipinas y de Leyte los hidros fueron capaces de encontrar a las flotas enemigas, pero con pérdidas que llegaban al 50% en cada misión. Por ello se desembarcaron catapultas y aviones y embarcaron en su lugar cañones antiaéreos ligeros.

El Chikuma fue hundido en Leyte, en el combate de Samar, al ser torpedeado varias veces (recibió al menos cuatro torpedos). Poco se sabe de su fin: los supervivientes fueron recogidos por el destructor Nowaki, que sería hundido al día siguiente en un ataque aéreo: sólo un tripulante del Chikuma sobrevivió. El Tone sobrevivió a Leyte, pero fue hundido en aguas someras en el ataque final contra la flota japonesa, en Julio de 1945.

Saludos