Publicado: Mar Sep 01, 2015 3:07 am
por ratonerly
Buenas a todos.
Terminado el libro, debo decir que la segunda parte es tan buena como la primera. Esta última parte corresponde a las memorias de Guderian mientras fue General Inspector de las Tropas Acorazadas, en primera instancia, y, luego, Jefe del Estado Mayor del Ejército. Finaliza el libro con unas pequeñas impresiones sobre los principales personajes del régimen Nazi y del Estado Mayor de la Wehrmacht.

Siendo General Inspector de las Tropas Acorazadas (marzo de 1943 hasta julio de 1944) tenemos un relato de sus sugerencias respecto a la construcción en masa de los Panzer IV en oposición a otras opciones con algún futuro pero que todavía las consideraba como experimentales, o al menos no lo suficientemente útiles en el frente (como ser los Panthers y los Tigers, que a su criterio se introdujeron siendo aún prototipos). La oposición de la Wehrmacht a la creación sobre ese puesto hizo que los cañones de asalto medianos y livianos (industrialización, tripulaciones e instrucción) queden fuera de la órbita del General Guderian. Se cuentan las idas y vueltas con los diferentes modelos y sus especificaciones que se fueron modificando de una manera muy arbitraria sobre todo para los Panthers y los Tigers.

En esta época también recuerda el General Guderian cómo se perdió la sorpresa en la batalla de Kurk (Operación Citadel) y cómo se hicieron patentes las observaciones de los diferentes generales en el frente respecto a la ceguera del OKW (Oberkommando der Wehrmacht) y de Hitler.

Otro ítem destacable de este periodo corresponde a la diferencia planteada para la defensa en el Oeste entre los Mariscales de Campo Gerd von RUNDSTEDT y Erwin ROMMEL, donde Guderian apoyaba la opinión de von Rundstedt de esperar al desembarco y luego hacer uso de las fuerzas acorazadas para eliminar las fuerzas enemigas. Hitler se decantó por una solución intermedia aunque más próxima al planeamiento de Rommel.

De Rommel, aunque Guderian lo elogia por su actuación en África, queda disgustado por su derrotismo (en su libro lo dice con eufemismos) y sobre todo por la utilización de los recursos acorazados, presumiblemente por haberse implicado en el complot del 20 de julio para asesinar a Hitler.

En el Ostfront, el General Guderian intentó siempre reforzar las divisiones acorazadas (Panzer y Panzergrenadiers) retirándolas de la primera línea y creando fuertes reservas acorazadas para utilizarlas en la guerra de movimientos, sin embargo la continua resistencia del Mariscal de Campo Wilhelm Keitel evitó tal acontecimiento.

Como Jefe del Estado Mayor del Ejército (desde julio de 1944 hasta marzo de 1945), reemplazando al general Kurt Zeitzler. Guderian nos invita a las intensas, largas y poco productivas reuniones con Hitler (recordemos que él era Jefe Supremo de la Wehrmacht y del Heer) y su reducido séquito, y cómo se va produciendo la miopía (o ceguera) en todos los presentes hasta el hundimiento definitivo en mayo de 1945. Un aspecto sumamente interesante es cómo en varios altos mandos, incluido el mismo Guderian, consideraban aún en 1945 un armisticio unilateral con las potencias occidentales para continuar su lucha contra el Ejército Soviético.

Muy interesantes son las opiniones y planeamientos sobre las Ardennenoffensive (batalla de las Ardenas – diciembre de 1944) y Unternehmen Frühlingserwachen (Batalla del lago Batalon – marzo de 1945) donde Guredian las considera del todo inapropiadas. La primera, porque ya era ostensible que la gravedad del frente debía recaer en el Ostfront, dado que la Wehrmacht al estudiar la guerra de 2 frentes la doctrina germana disponía que un frente se hallara a la defensiva (en este caso el Occidental) y en el otro se operara ofensivamente (en este caso el Oriental). Además de que sería un gasto de fuerzas irremplazables y no llegarían a tiempo a cubrir el frente oriental. Para la segunda ofensiva, se envían las fuerzas acorazadas a Hungría cuando ya se encontraba amenazada por el Ejército Rojo la única región industrial de Alemania intacta (Alta Silesia), perdida por los escasos recursos que Alemania podía oponer a los Soviéticos.

Otros temas que también se tocan y son muy interesantes son las intervenciones de Hitler en cosas tan minias como la HKL (línea de combate principal) reducida por él mismo de 20 kms a 2kms del frente, lo que hacía que las reservas quedaran aniquiladas o sobrepasadas por los atacantes produciendo enormes debacles teutonas. Los pésimos juicios de Hitler sobre la valoración de sus aliados, de sus enemigos y de sus propios generales, recordemos que Hitler opinaba que la Luftwaffe y la Kriegsmarine le eran totalmente fieles mientras que el Heer le causaba urticaria.

Cierto es que cada vez que se habla de la relación con von Kluge es como que Guderian se crispa en forma indescriptible, al borde de la enajenación como dice Anibal Clar, pero también pasa con Himmler y Göring.

En resumen, creo que, sin dudas, es uno de los mejores libros de biografías que he leído y deja mucha tela para cortar. Es muy recomendable la lectura del mismo.

Saludos,