Publicado: Lun Jul 18, 2011 2:45 am
por ParadiseLost
Hola a todos.
Seguimos con la sección de gazapos en la edición impresa, y esta vez le toca el turno al libro de Robert M. Citino, La muerte de la Wehrmacht.
En el capítulo dedicado a Stalingrado, y en la página 313, puede leerse: "Al llegar la tarde del 23 de agosto, la 3.ª División Panzer al mando del general hans Hube, llegaba a los suburbios al norte de Stalingrado..."
Evidentemente se trata de un error, pues debería hacerse referencia a la 16.º Pz.D. y no a la 3.ª Pz.D. La 3.ª PZ.D. a partir de julio del 42 quedó adscrita dentro del 1.º Pz.A. en el Grupo de Ejércitos A, es decir, en el Caucaso.

Más tarde, en la página 315, Citino afirma, haciendo referencia a los bombardeos de la Luftwaffe en la ciudad de Stalingrado: "Si el objetivo de los ataques aéreos había sido minar la moral de los defensores y de la población civil por igual, pronto se hizo evidente que eso no había sucedido." Eso no es así, puesto que por esas fechas, la moral del Ejército Rojo estaba por los suelos, y todos creían que la caída de Stalingrado sólo era cuestión de tiempo, incluídos oficiales del Estado Mayor del 62.º Ejército soviético (como por ejemplo atestigua el general Mereschko en el libro de Michael K. Jones). Sólo tras la llegada al mando del citado ejército del general Chuikov a mediados de septiembre, empezó a fortalecerse la moral del 62.º Ejército, pero como ya digo, a finales de agosto nadie creía que Stalingrado pudiese resistir. Otra cosa es que se pudiera decir en público, debido a las consecuencias que tal hecho traería. El general Lopatin es un buen ejemplo. Recomiendo el libro de Michael K. Jones, How the Red Army Triumphed.

Y por último, en la página 319, Citino hace una superficial referencia a la casa Pavlov, en la que dice "La casa Pavlov, un solitario edificio de apartamentos de cuatro pisos junto al río, bautizado con el nombre del capitán del Ejército Rojo cuyas tropas la defendían..."
Casi todos los historiadores que han basado sus investigaciones en las memorias de generales soviéticos, adolecen de los mismos errores, como el de otorgar a Pavlov el papel del comandante de la defensa del citado edificio, cuando en realidad, el peso de tal empresa recayó sobre el capitán Naumov. Lo peor del caso es que Citino habla del capitán Pavlov, cuando en realidad, Pavlov tenía el rango de sargento.

Saludos