Publicado: Dom Feb 03, 2008 7:43 pm
por Bitxo
Francamente, siempre me ha parecido una vergüenza que esta fecha no se conmemore a nivel europeo, tal y como se hace con el Día D. Lo considero una falta de respeto y de muy pocas miras políticas. La victoria rusa en Stalingrado, según muchos historiadores, supuso el antes y el después en la victoria contra el nacionalsocialismo. Deberíamos darle el mismo reconocimiento que le hacemos a los desembarcos de Normandía. Es mi opinión que a estas alturas ya deberíamos superar las secuelas de la Guerra Fría, y máxime cuando en aquellos decisivos días, todo el mundo tenía el corazón puesto en aquella ciudad.

Telegrama de Roosevelt a Stalin del 8/10/1942:

(...)En Estados Unidos todo el mundo admira la aguerrida defensa de Stalingrado. Estamos convencidos de que el desenlace final será victorioso.

Telegrama de Roosevelt a Stalin del 25/11/1942:

(...)La noticia de la zona de Stalingrado es sumamente alentadora. Le envío mis más sinceras felicitaciones.

Telegrama de Stalin a Roosevelt del 28/11/1942:

(...)Me congratulo de sus éxitos en la zona de las islas Salomón y el rápido desarrollo de sus fuerzas en la parte suroeste del Pacífico. (...)Un cordial saludo para usted y para las fuerzas armadas norteamericanas, a las que deseo todo lo mejor.

Telegrama de Roosevelt a Stalin del 30/12/1942:

(...)Aprovecho la oportunidad para expresarle mi admiración por la valentía, la resistencia y la proeza militar de los magníficos ejércitos rusos, según me ha informado el general Bradley y tal como se reflejó en las grandes victorias del mes pasado.

Telegrama de Stalin a Roosevelt del 31/12/1942:

Le ruego, señor presidente, que acepte mi agradecimiento por la cordial felicitación, en nombre del pueblo norteamericano, a las fuerzas armadas de la Unión Soviética, y que transmita lo mismo al Congreso de los Estados Unidos.

Telegrama de Roosevelt a Stalin del 4/2/1943:

En calidad de comandante en jefe de las fuerzas armadas de los Estados Unidos de América, le felicito por la brillante victoria de sus ejércitos en Stalingrado. Los 162 días de batalla épica por la ciudad que honra para siempre su nombre y el resultado decisivo que todos los norteamericanos celebramos hoy perdurarán como uno de los capítulos más admirables de esta guerra de los pueblos unidos contra el nazismo y sus émulos. Los comandantes y combatientes de sus ejércitos en el frente, así como los hombres y mujeres que los han apoyado en las fábricas y los campos, se han unido no sólo para cubrir de gloria las armas de su país, sino para inspirar con su ejemplo un impulso renovado entre las Naciones Unidas, que desplegarán toda la energía con el fin de lograr la derrota definitiva y la rendición incondicional del enemigo común.

Telegrama de Stalin a Roosevelt del 5/2/1943:

Le agradezco su felicitación por la victoria de los ejércitos soviéticos en Stalingrado. Deseo también expresarle mi confianza en que las operaciones militares conjuntas de las fuerzas armadas estadounidenses, británicas y soviéticas conducirán muy pronto a la victoria sobre nuestro enemigo común.

Antes de que se terminaran de enturbiar las cosas, pues siempre hubo dificultades obvias (también las hubo entre británicos y estadounidenses, y antes entre británicos y franceses), antes de que tocara repartirse el pastel y de que uno tuviera bombas atómicas y el otro no, antes de que muriera Roosevelt, había cierta sinceridad entre el acercamiento diplomático entre los EUA y la URSS. Más allá de lo igualmente obvio, la necesidad que tenían los Aliados occidentales de los rusos para poder ganar la guerra en Europa (incluso hasta casi el final se pensó que también contra Japón), el acercamiento diplomático también iba más allá de lo práctico, entrando en lo ideológico. Roosevelt pensaba que Stalin podía suavizar el comunismo leninista en la URSS y para Stalin el New Deal era una aproximación del capitalismo al comunismo llevada a cabo por un hombre de mayores miras que otros líderes como Churchill, del cual desconfiaba por completo (y viceversa). Así pues, si existió esa necesidad mutua de entendimiento y práctica en el terreno de poder abatir al enemigo común, y si Stalingrado fue un antes y un después, y pasada la Guerra Fría... Pues sí, me parece una vergüenza que no se haga una celebración común tanto del Día D como de la victoria en Stalingrado.