Publicado: Dom Oct 27, 2019 3:51 pm
por grognard
Los criptógrafos españoles que descifraron los códigos de Enigma
El documental ‘Equipo D: los códigos olvidados’ rescata la figura del criptoanalista Antonio Camazón y su labor en la traducción de los mensajes de la máquina Enigma.
ACTUALIZADA 27/10/2019 A LAS 11:11
Pedro Zapate


El guionista y director andaluz Jorge Laplace acaba de presentar en la 64 edición de la Seminci de Valladolid el filme documental ‘Equipo D: los códigos olvidados’, un trabajo en el que pone en valor el papel que jugó un grupo de siete españoles, dedicadas junto a franceses y polacos a descifrar el sistema de comunicaciones criptadas de los nazis con sus máquinas Enigma durante la Segunda Guerra Mundial. De aquel equipo de criptógrafos solo se conocía, hasta ahora, la figura de Faustino Antonio Camazón Valentín, un burgalés nacido en 1902 vinculado a Aragón -su esposa, María Cadena, era altoaragonesa-, donde pasó la última etapa de su vida hasta su fallecimiento en Jaca, en 1982, en cuyo cementerio reposan sus restos.

Su biblioteca personal, llena de interesantes volúmenes relacionadas con las lenguas –más de 150– , fue adquirida por la Universidad de Zaragoza en 1984 e integra la colección denominada ‘biblioteca del espía’, que se encuentra en la Biblioteca María Moliner de la Facultad de Filosofía y Letras.

El filme de Laplace nace de un artículo escrito en 2008 por Arturo Quirantes, profesor de la Universidad de Granada, quien había tenido acceso a los documentos desclasificados del servicio de inteligencia francés, donde se publicó por primera vez la foto de los criptógrafos españoles. Casualmente, esa imagen llegó a través de internet hasta el sobrino de Antonio Camazón, Luis Ballarín, quien reconoció a su tío en la fotografía y, a partir de entonces, comenzó a recordar todas las historia que Antonio Camazón le había contado sobre su labor en Francia. Unos días antes de la publicación de Quirantes, Ramón J. Campo recogió en un amplio reportaje publicado en HERALDO la historia de Camazón y su labor como espía y criptógrafo durante la Segunda Guerra Mundial.

El ‘Equipo D’

Laplace explica que el papel de Camazón y el ‘Equipo D’, integrado por siete españoles que contribuyeron a descifrar los códigos de la máquina Enigma, "todavía es poco conocido e incluso desconocido para muchos. De hecho, hasta hace unos años no se sabía que hubo participación española de una forma tan notable en ese trabajo que realizaron junto a Alan Turing, uno de los grandes genios que tiene el siglo XX, de quien se realizó una película en Hollywood, y que tiene todo tipo de honores. Aquellos criptógrafos españoles estuvieron al más alto nivel trabajando durante el conflicto".

Precisamente, el pasado miércoles la profesora de Álgebra de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, Paz Jiménez, y el colaborador extraordinario del Departamento de Matemáticas, Manuel Vázquez impartieron la charla ‘Alan Turing y el descifrado de mensajes de Enigma en la II Guerra Mundial’.

El director del filme revela que "partíamos solo de la identidad de Antonio Camazón pero durante el proceso de investigación dimos con más nombres. A través de este documental se conocerán por primera vez más datos acerca de los miembros de aquel equipo de españoles de quienes hasta ahora solo era conocido Camazón". "Lo que pretendemos con este trabajo es dar a estos protagonistas la justicia que no tuvieron en vida. Todos los que rodearon a Alan Turing y a los criptógrafos franceses y polacos son héroes nacionales, tienen calles... y a los españoles no los conocía nadie", subraya.

Con esta trabajo, Laplace señala que "el objetivo es devolverlos a la historia. Camazón pasó sus últimos años en Jaca, y está muy vinculado a la provincia y a Aragón. Por eso, debe conocerse más y se debe rendir homenaje a personas que como él realizaron una contribución tan importante durante la II Guerra Mundial".

Tras la Seminci, el filme recorrerá varios festivales y Laplace confiesa que "estamos estudiando estrenarlo en Aragón. Nos encantaría". El documental fue rodado, entre otras localizaciones, en París, Zaragoza, Jaca y Canfranc. Por este paso fronterizo Camazón llegó desde el sur de Francia hasta Jaca, la ciudad que guarda para siempre el recuerdo de su enigmático pasado.

Fuente: https://www.heraldo.es/noticias/ocio-y- ... 40578.html


Tráiler del documental. Coproducción Playmedia Producciones/TVE/Canal Sur



El reportaje de "El Heraldo" de 2008 sobre el Equipo D, actualizado a día de hoy

El secreto de Enigma descansa en Jaca
Antonio Camazón fue un espía español experto en criptografía que intervino en la II Guerra Mundial para descifrar mensajes de los nazis. Lo contó a su familia aragonesa en los últimos 15 años de vida en Jaca.
ACTUALIZADA 27/10/2019 A LAS 02:00
Ramón J. Campo


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Reportaje sobre la máquina Enigma y Antonio Camazón publicado en Heraldo en 2008. Heraldo.es


Tu tío fue alguien en la Segunda Guerra Mundial porque era uno de los mayores expertos del grupo que trabajó en la operación Enigma , debía ser el número 20", comentó monsieur Rochais, un compañero francés, a Nicolás Luis Ballarín en Jaca. "Pude ser el 20, el 30 o el 40. No fue una carrera ciclista sino que el trabajo era en equipo", replicó Faustino Antonio Camazón a su sobrino en las charlas semanales (entre 1968 y 1982) cuando lo llevaba de excursión en su seiscientos a las iglesias del Serrablo o San Juan de la Peña. "Los franceses se han portado muy bien conmigo, mejor que con artistas (españoles), porque les hice un trabajo muy bueno. Pasábamos noches enteras para descifrar Enigma ", relataba Camazón con humildad porque no presumía ni de la condecoración que le otorgó el Gobierno francés ("mi tía María contaba la fiesta que le dieron, pero él no").

El jefe del Deuxieme Bureau, George Bertrand, reconoce en su libro "Enigma , el mayor enigma de la guerra 1939-1945" (Editorial Plon, 1973) que "cada equipo tenía una fracción para aumentar el rendimiento" (entre los tres grupos de expertos en criptografía integrados por franceses, polacos y españoles). El "Equipo D" estaba integrado por siete españoles exiliados procedentes del servicio secreto de la República ("5 oficiales y dos comisarios políticos", los define) y dirigido por Camazón . Bertrand relata que regularizó su situación (eran republicanos exiliados que estaban presos en campos de concentración del sur de Francia en febrero de 1939) para que entraran en el "templo secreto" Bruno (el puesto de criptoanalistas situado en el castillo de Vignolles, al noroeste de París).

Treinta años después de la Segunda Guerra Mundial, con la publicación de este libro de Bertrand y otros sucesivos (The Ultra Secret", de un miembro de la Inteligencia británica, o "Enigma ", del polaco Kozaczuk), empezó a desvelarse el secreto que los aliados descubrieron: el sistema de comunicaciones criptadas de los nazis con sus máquinas Enigma . Menos se conocía que españoles intervinieron en esa gran operación de espionaje, junto a los polacos e integrados en el servicio secreto francés. Cuando Nicolás Luis Ballarín leyó un artículo sobre "La máquina que ganó la guerra" en un diario nacional, donde se citaba al "misterioso Camazón ", que dirigía el equipo español, ató los hilos de las historias que le relató su tío durante quince años.

"Cuando vino en 1968 a Jaca aquí no se sabía lo que era la criptografía. No le di importancia, pero me contó muchas cosas. Tenía mucha documentación. Hablaba del sistema polialfabético a través del que unas letras sustituían a otras. Decía que les costó mucho descifrarlo", recuerda Ballarín.

El desconocido curriculum de Camazón , casado con la altoaragonesa María Cadena, es digna de una novela policiaca. Faustino Antonio Camazón (Valladolid, 1901-Jaca, 1982) demostró su rebeldía al colarse como polizón en un barco a sus 12 años hasta llegar a Colombia. Fue repatriado y sus padres lo enviaron a Madrid, donde destacó por su destreza en matemáticas, los idiomas y la criptografía. "Iba a dar clases a las embajadas y aprendía francés, inglés y alemán", cuenta el sobrino. "Fue tertuliano de Santiago Ramón y Cajal en el Café de Chinitas, y lo nombra en su biografía como un aficionado a la criptografía".

Camazón entró en la Policía Criminal en Madrid, donde resolvió algún secuestro y crimen gracias a su pericia en las huellas. La especialidad en criptografía lo condujo al Servicio secreto español que se estrenó en el norte de África en busca de Abd el Krim. No solo aprendió árabe ("sabía cuatro idiomas y conocía hasta doce, un día lo vi en Jaca hablar en japonés con unos turistas") sino que estrechó sus lazos con sus colegas del Deuxieme Bureau francés, que le sirvió para salvar una vida. Se convirtió en un alto cargo policial en la II República. "En la Guerra Civil estuvo en el frente del Ebro y en Tardienta, donde descubrió que uno se escondía en un campanario después de matar a varios soldados", agrega su sobrino Ballarín.

En 1938 conoció en Barcelona a María Cadena, una enfermera natural de Matidero (Huesca) que trabajaba en un hospital. Sabía que la República iba a perder la guerra. Los alemanes enviaron máquinas Enigma a España para empezar a trabajar en el envío de mensajes criptados, sobre todo la Legión Condor. La guerra civil fue el campo de entrenamiento de la II Guerra Mundial, también en cuanto al espionaje. "Mi tío intercambiaba información de la guerra civil con los franceses", señala su sobrino.

Hasta tuvo que alertar a su novia porque se enteró de que la habían denunciado y se escondió fuera de su casa. Se reunieron en París, tras proporcionarle un guía para cruzar el Pirineo y una identidad falsa. Camazón cruzó a Francia en febrero de 1939 con su secretario, "el señor Barba", e ingresó con los exiliados españoles en un campo de concentración al sureste de Francia.

Mandó una carta a sus compañeros franceses, pero no permitieron que llegara. Consiguió que el equipo de basura que salía del campo enviara la misiva y al día siguiente dos militares fueron a sacarlo de allí. Exigió que lo liberaran con su secretario. Hubo republicanos presos que los acusaron de traidores cuando los pusieron en libertad. Camazón ayudó a reconstruir el Deuxieme Bureau con su "colega francés", Gustave Bertrand, bajo la condición de que liberara a los siete integrantes del servicio de criptografía. Su nueva identidad falsa era André Magnol.

"Un día le pregunté si había pasado peligro y me dijo que solo en una ocasión", relata Ballarín. Cuando el mariscal Petain firmó el armisticio con Hitler (junio de 1940) tuvieron que desmantelar el puesto Bruno y marcharse a Argel con los criptólogos polacos y franceses. Los alemanes prohibieron que volaran aeronaves. No solo tuvieron que cruzar España en un avión sino que además sufrieron un aterrizaje de emergencia en Madrid porque estaba averiado. "Rezábamos y todo. Fue un viaje muy malo. En Madrid nos dijeron que los españoles no podíamos salir del avión, con lo que me hubiera gustado dar un paseo por allí para ver cómo quedó después de la guerra", explicó Camazón a su sobrino.

Primero dejaron un castillo próximo a París por el puesto Cádix en Nimes y en octubre optaron por salir a Argel en un almacén de pescados. A veces fue desmantelado ante la visita de los alemanes. En 1942 Argelia fue liberado por los aliados y fue su punta de lanza de la liberación de Europa por el Mediterráneo. "De Argel fueron detrás de las tropas aliadas. Vio campos de concentración nazis y contaba que le parecía una barbaridad para una gente tan inteligente. Mi tío explicó que les costó tres años y muchas noches de trabajo descifrar la máquina Enigma ", recuerda Ballarín.

Antonio Camazón era una perla del espionaje que se disputaron los servicios secretos de Estados Unidos al acabar la II Guerra Mundial. Dos norteamericanos se presentaron en su casa de París, en el bosque de Bologne, y le hicieron una oferta de trabajo muy tentadora por ser "uno de los expertos criptógrafos en la II Guerra Mundial y no era francés", pero él se negó. "Tampoco soy norteamericano. En Francia se han portado bien conmigo", replicó.

Su destino en la posguerra fue un mando en el Deuxième Bureau en el Ministerio de Asuntos Exteriores como experto en Latioamérica y España. "Me contó que los servicios secretos británicos y norteamericanos impidieron varios atentados contra Franco", cuenta su sobrino. La familia altoaragonesa vendió su gran biblioteca y se deshizo de su documentación en la basura. El secreto de Enigma descansa en Jaca.
La máquina de la guerra

Antonio Camazón se jubiló en 1968 y dejó sus tres apartamentos en París para volver a su tierra. En principio, se instaló en Pau, pero poco después llegó a Jaca con su familia aragonesa. Pero antes de emprender el regreso Camazón se entrevistó con el embajador español en Francia para saber si en su país tenía alguna deuda pendiente. Como estaba limpio podía volver. En Jaca recibía visitas de varios generales deseosos de conocer su experiencia tan importante en la Segunda Guerra Mundial. Su cultura era tan basta que su familia ha guardado hasta un estudio psicoanalítico que dedicó a Miguel de Cervantes y se convirtió en una conferencia en la Universidad de Sorbona en 1952.

El catedrático de Física de la Universidad de Granada Arturo Quirantes ocupa su tiempo libre en estudiar la criptografía. Hasta dedica en Internet un museo virtual al desconocido Antonio Camazón , el espía español más oculto y de los más importantes en la decisión de la Segunda Guerra Mundial. Su dirección http://www.cripto.es incluye una completa descripción de la máquina que decidió la guerra. Quirantes explica que "la máquina Enigma funciona mediante el sistema de sustitución polialfabética". "Cada vez que se pulsa una tecla para cifrar, al menos uno de los rotores cambia de posición, de forma similar a un cuentakilómetros de un coche. Un tablero de conexión tiene enchufes para conectar unas letras con otras", detalla.

Los alemanes se interesaron en la criptografía en la Primera Guerra Mundial, pero fue en 1926 cuando la máquina Enigma quedó bajo el control del Estado y desapareció del mercado comercial. La dependencia del Tercer Reich de Enigma fue total, desde sus ejércitos y servicios secretos (Luftwaffe, Tierra, Estado Mayor, submarinos, Marina Mercante, SS, SA y Gestapo) hasta toda su red diplomática o países amigos (Franco recibió varios en la guerra civil). Al descifrar los planes nazis, cambió la guerra y su rumbo.

(Este reportaje fue publicado en HERALDO DE ARAGON el domingo 28 de septiembre de 2008)

Fuente: https://www.heraldo.es/noticias/aragon/ ... 40573.html

Coloquio en RTVE sobre el tema

http://www.rtve.es/rtve/20190830/equipo ... 8047.shtml