Der zweite Weltkrieg

Justicia prohíbe ofrecer derechos de venta del águila del Graf Spee
nov 29 2014

La Justicia hizo lugar a una medida cautelar solicitada por el rescatista Héctor Bado, quien accionó contra el empresario y ex socio Alfredo Etchegaray, Este último no podrá seguir ofreciendo los derechos de venta del águila del Graf Spee.

¿De quién es la famosa águila del Graf Spee? Del Estado uruguayo, al igual que el buque y las piezas que se han recuperado del sitio del naufragio, como el no menos famoso telémetro. Sin embargo, la venta de los elementos rescatados debe repartirse entre el Estado y los rescatistas, 50% para cada uno.

De la parte privada, el 50% le pertenece al jefe de la operación de rescate, el buzo Héctor Bado, y el restante 50% a los hermanos Alfredo y Felipe Etchegaray (25% a cada uno).

Esta sociedad funcionó muy bien durante largo tiempo, hasta que desde hace algunos años Alfredo Etchegaray comenzó a ser la cara visible de las reclamaciones para vender los elementos rescatados. Héctor Bado, residiendo en Estados Unidos, guardó silencio. Pero volvió a tomar notoriedad pública por otro rescate: el de los restos del avión de Air Class, siniestrado en junio de 2012.

"Cuando Bado se fue para Estados Unidos, los Ecthegaray empezaron a disponer del águila y de los derechos del contrato de rescate como si fuesen los únicos dueños; tomando decisiones unilaterales, como iniciar un juicio contra la Prefectura, desconociendo la participación de Bado", declaró a El País el abogado Ciro Tesouro, representante del rescatista.

"El juicio que iniciaron los hermanos Etchegaray contra Prefectura fue un error jurídico que terminó trancando todo 4 años, en el que perdieron en primera instancia, segunda instancia y casación. Desde 2011 a 2014, cuando salió a sentencia (hace un mes y medio) hicieron un juicio disponiendo de los derechos de Bado de forma inconsulta. Se perdieron cuatro años sin poder hacer nada", añadió Tesouro.


Demanda.
Frente a esta situación, Bado solicitó que intervenga la Justicia. "La medida cautelar se pide cuando hay algún peligro de que la tramitación del juicio demore mucho y cuando llegue la resolución final se haya perdido la cosa o los derechos que se están discutiendo", explicó el abogado de Héctor Bado.

El expediente terminó en manos del juez civil de 9° Turno Alejandro Recarey, quien resolvió hacer lugar "en todos sus términos" a la cautela solicitada por Bado.

"Se dispone prohibir a los cautelados la disposición a cualquier título (especialmente su venta o subasta, entre otros) de todos los efectos rescatados del pecio del acorazado Admiral Graf Von Spee, cualquiera de ellos, especialmente su mascarón de proa y telémetro", indica la sentencia judicial a la que accedió El País.


Se escuchan ofertas.
El 3 de octubre, Alfredo Etchegaray dijo a El País que se encontraba "escuchando ofertas" sobre el 50% de los derechos de comercialización del águila del Graf Spee. Una de las empresas con las que se contactó para promocionar la venta de los derechos es la casa de remates Gomensoro, que tasó esta pieza única en unos US$ 15 millones.

"En el expediente judicial, la propia Prefectura y el Ministerio de Defensa reconocen expresamente no sólo que los rescatistas somos titulares de un crédito por el 50% del precio de la enajenación de los bienes rescatados, sino también que a la fecha, la Prefectura no habría dado cumplimiento a su obligación (contractual y normativa) de enajenar los objetos para compartir los beneficios con los rescatistas", anotó el empresario y último propietario de los derechos de rescate del buque de la Segunda Guerra Mundial.

Según el escrito interpuesto por los abogados de Héctor Bado, "en su perturbado periplo de apariciones públicas, Alfredo Etchegaray ha venido arrogándose el éxito de las operaciones, desconociendo tendenciosamente la aparición de Bado como líder y experto de las tareas de búsqueda y rescate del Graf Spee, usurpando el prestigio profesional y la trayectoria de Bado como si hubiese participado de alguna operación de búsqueda o rescate, de la que Etchegaray jamás participó activamente".

Los hermanos Alfredo y Felipe Etchegaray solicitaron en el año 1997 ante la Prefectura el permiso de búsqueda. Bado se integró a la sociedad en 2002, aunque en 1995 ya había rescatado un cañón del buque.


Ofrenda floral a los 75 años
Como diera cuenta El País, Inge Nedden, hija del capitán del Graf Spee, Hans Langsdorff, llegará el 11 o el 12 de diciembre a Montevideo para recordar el 75 aniversario de la batalla de 1939.

Además de una actividad en el Museo Naval, está previsto que una comitiva viaje en barco hasta la zona del hundimiento del acorazado (que está señalizada por una boya), para depositar una ofrenda floral en el río.

Junto con los descendientes de los marinos, en Buenos Aires se realizará la ceremonia central por los 75 años de la batalla el domingo 21, en el Cementerio Alemán. Allí se encuentra la tumba de Langsdorff.


El águila de la discordia
Los hermanos Alfredo y Felipe Etchegaray solicitaron en el año 1997 ante la Prefectura el permiso de búsqueda del Graf Spee.

El buzo Héctor Bado se integró a la sociedad en 2002, aunque en 1995 ya había rescatado una pieza de artillería del buque, por lo que conocía perfectamente la ubicación y estado del mismo.

El 3 de octubre, Alfredo Etchegaray dijo a El País que se encontraba “escuchando ofertas” sobre el 50% de los derechos de comercialización del águila del Graf Spee. Una de las empresas con las que se contactó para promocionar la venta de los derechos fue la casa de remates Gomensoro, que tasó esta pieza única en unos US$ 15 millones.

Bado, en tanto, dijo a El País que Etchegaray inició un juicio en Uruguay para poder vender el águila sin su consentimiento, el que “retrasó el proceso cuatro años”. También indicó que, sin consultarlo, el empresario comenzó a ofrecer la venta de los derechos de la parte privada, de la cual a él le corresponde el 50% y a Etchegaray el 25%.

El juez Alejandro Recarey resolvió hacer lugar “en todos sus términos” a la cautela solicitada por Bado, impidiéndole a Etchegaray y a la casa de remates Gomensoro ofrecer los derechos de venta del águila.

Actualmente, el águila se encuentra en una caja de madera, guardada en un depósito del Fusna (Fusileros Navales).

DE SOCIOS A PARTES EN EL CONFLICTO
Etchegaray: “Estado o interesados del exterior podrían comprar los derechos”
A comienzos del mes pasado, Alfredo Etchegaray dijo a El País que se encontraba “escuchando ofertas” sobre el 50% de los derechos de comercialización del águila del Graf Spee. Una de las empresas con las que Etchegaray se contactó para promocionar la venta es la casa de remates Gomensoro, que tasó esta pieza única en unos US$ 15 millones.

El empresario dijo que espera que los derechos de la parte privada sean comprados desde el exterior o incluso por el Estado uruguayo. De todos modos, se mostró dispuesto a escuchar “otras ofertas” para solucionar el conflicto que generó la controvertida pieza -entre otras cosas por la intervención del gobierno alemán- desde el día que fue rescatada de las turbias aguas del Río de la Plata.


Bado: “El juicio que hizo Etchegaray retrasó la venta del águila 4 años”
El rescatista Héctor Bado dijo a El País desde Miami, donde reside, que Etchegaray inició un juicio en Uruguay para poder vender el águila sin su consentimiento, el que “retrasó el proceso cuatro años”. También indicó que, sin consultarlo, el empresario comenzó a ofrecer la venta de los derechos de la parte privada, de la cual a él le corresponde el 50% y a Etchegaray el 25%.

El escrito de la demanda -al cual accedió El País- señala que “la apropiación del patrimonio social en beneficio exclusivo de Etchegaray es evidente, y el riesgo para Bado de perderlo todo es inminente”. Por estos motivos, el juez Alejandro Recarey aceptó que se notificara, tanto a la casa de remates Gomensoro como a la Prefectura, que Etchegaray no puede ofrecer los derechos de venta.