Publicado: Mar Abr 15, 2014 8:26 am
por Wyrm
El caso Gurlitt, punta del iceberg del inmenso expolio nazi aún no resuelto
15/04/2014

Más de 6.000 museos de Alemania acogen miles de obras de arte que pertenecieron a familias judías y que fueron requisadas por los nazis


El régimen nacionalsocialista erigido por Adolf Hitler no solo fue autoritario, militarista, racista y homófobo; también llevó a cabo un expolio sistemático de las más diversas propiedades, desde terrenos y fábricas hasta miles de obras de arte. Numerosas familias judías, por ejemplo, tuvieron que abandonar en su huida todo su patrimonio artístico; otras tuvieron menos suerte: antes de ser deportadas a una muerte casi segura en los campos de concentración, los nazis expropiaron su patrimonio cultural.

La colección de Corlenius Gurlitt podría ser un ejemplo más del enorme patrimonio cultural expoliado por el nazismo y heredado por la Alemania de posguerra tras la caída de Hitler.

Septiembre de 2010: la extraña actitud del anciano Cornelius Gurlitt, hijo de un historiador, marchante y coleccionista de arte colaboracionista con los nazis, llama la atención de la Policía aduanera en un control rutinario a bordo de un tren entre Zúrich y Múnich. La Policía encuentra en el equipaje de Gurlitt 9.000 euros en efectivo. Una cifra cuyo transporte en metálico entre Suiza y Alemania es legal. Sin embargo, el extraño comportamiento del anciano llama la atención de la Policía, que inicia una investigación por sospechas de delitos fiscales y patrimoniales.

En febrero de 2012, la Policía consigue una orden de registro del departamento de Gurlitt en la capital bávara: allí descubre una valiosísima colección formada por 1.280 cuadros que contiene obras de Picasso, Chagall, Matisse y Beckmann, entre otros nombres. Las autoridades mantienen en secreto el descubrimiento hasta que el semanario alemán «Focus» lo hace público el 3 de noviembre de 2013. Ahí empieza el caso Gurlitt para la opinión pública. Una historia todavía con final abierto.

La ERR (Einsatzstab Reichsleiter Rosenberg) fue la organización nazi encargada de ejecutar sistemáticamente ese expolio artístico. El modus operandi era el siguiente: incrustada en las tropas alemanas, la ERR, conformada por expertos de arte e historiadores, se encargaba de rastrear los países ocupados por el Tercer Reich en busca de obras arte. La organización, creada ex profeso por Hitler para expoliar patrimonio cultural, actuó fundamentalmente en Francia y Polonia, como explica Stefan Koldehoff, periodista especializado en arte robado y autor del libro «Los cuadros están entre nosotros. El negocio del arte robado por los nazis».

Tras el descubrimiento del caso Gurlitt y la fundada sospecha de que algunos de los cuadros de su colección procedían del expolio nazi, muchos se preguntaron por qué las autoridades alemanas no reaccionaron antes para investigar la procedencia de cada una de las obras que conforman actualmente las colecciones públicas y privadas existentes en Alemania.

«Tras 1945, la República Federal Alemana evitó promulgar leyes que establecieran un procedimiento legal para la devolución de obras robadas por los nazis a los dueños originales o a sus descendientes. Como opinan muchos economistas, el primer Gobierno de la República Federal debió de pensar que, si comenzaba a restituir las obras de arte expoliadas por el nazismo a las víctimas del holocausto, en algún momento tendría que hacer lo mismo con el resto de propiedades expropiadas, como viviendas o medios de producción. Ello habría hecho imposible una rápida reactivación económica de un país en ruinas», apunta Stefan Koldehoff en un encuentro con un grupo de periodistas extranjeros en el centro de Berlín, a pocos metros del mítico Museo de Pérgamo.


Principios de Washington
El 3 de diciembre de 1998, un grupo de países, entre ellos Alemania, firma los conocidos como Principios de Washington. Los países firmantes se comprometen a identificar las obras procedentes del expolio nazi y a intentar encontrar a los propietarios originales (o a sus descendientes) para la devolución de las piezas. Sin embargo, los países firmantes también reconocen las diferencias existentes entre los diferentes sistemas jurídicos nacionales, por lo que los Principios de Washington solo suponen un compromiso moral no vinculante legalmente.

En una entrevista concedida a principios de este año al diario «Frankfurter Allgemeine Zeitung», Monika Grütters, la nueva secretaria de Estado de Cultura (Alemania carece de Ministerio de Cultura), reconocía que su predecesor en el cargo, Michael Naumann, debería haber hecho más por rastrear las obras procedentes del exilio nazi que siguen formando parte de las colecciones públicas y privadas del país. El proceso de recuperación y devolución de todo ese arte expoliado «ni mucho menos ha acabado», dijo Grütters, quien decidió doblar el presupuesto destinado a las labores de localización de las piezas.

Aunque Stefan Koldehoff no se atreve a dar una cifra concreta, está convencido de que las colecciones de los 6.000 museos que hay en Alemania todavía contienen varios miles de obras de arte que pertenecieron a familias judías y que llegaron a manos del nazismo por su venta o expropiación durante los años 30 y 40 del siglo pasado. Todo apunta, por tanto, a que el caso Gurlitt podría suponer un punto de inflexión en el proceso de recuperación y restitución de ese iceberg de arte expoliado sobre el que Alemania parece estar sentada.

El último capítulo del caso Gurlitt llegó el pasado miércoles, cuando la Fiscalía de Augsburgo anunció que devolvería todas las obras confiscadas al anciano coleccionista. Este se comprometía a su vez, y de acuerdo con los Principios de Washington, a devolver aquellas obras cuyo origen esté ligado al expolio nazi. Ello debe ser ahora establecido por un grupo de expertos independientes. Algo a lo que Gurlitt en absoluto está obligado, pues la ley alemana vigente protege la propiedad privada, incluso cuando esta tiene un origen difícilmente aceptable desde un punto de vista moral.


Fechas clave
28 de febrero de 2012
El hallazgo

La Policía registra el apartamento de Cornelius Gurlitt en Múnich y descubre la valiosa colección de 1.280 obras, que es confiscada.

3 de noviembre de 2013
Caso público

Las autoridades alemanas mantienen en secreto el hallazgo hasta que el semanario «Focus» lo hace público en noviembre del pasado año.

28 de enero de 2014
La sospecha

Un grupo de expertos formado por el Gobierno federal hace público que 450 obras de la colección de Gurlitt podrían proceder del expolio nazi.

10 de febrero de 2014
Cuadros en Salzburgo

En la casa que tiene Gurlitt descubren 60 cuadros más que son investigados y sumados a los ya requisados.

28 de febrero de 2014
El recurso

El equipo de abogados de Gurlitt anuncia que ha presentado un recurso contra la confiscación de la colección del anciano.

7 de abril de 2014
El acuerdo

Gurlitt y el Gobierno federal anuncian un acuerdo para devolver los cuadros que fueron robados por los nazis.

8 de abril de 2014
La devolución

La Fiscalía de Augsburgo comunica que devolverá la colección a Gurlitt, pero defiende su decisión de haberla confiscado.

Fuente: http://www.abc.es/cultura/arte/20140415 ... 32049.html