Der zweite Weltkrieg

La Justicia hizo lugar esta semana a un recurso del Ministerio de Defensa Nacional y falló en primera instancia frenando la venta del águila del Graf Spee. El empresario Alfredo Etchegaray, titular de los derechos de rescate, apelará el fallo.

Tras muchos años desde el rescate del mascarón de popa del Graf Spee, el objeto continúa guardado en una caja en un depósito del Fusna (Fusileros Navales), esperando la resolución de un litigio judicial entre los hermanos Alfredo y Felipe Etchegaray y el Estado uruguayo.

En la primera vista al expediente la jueza Marta Gómez de Haedo entendió que no había inconvenientes para la venta tanto del águila como del telémetro del Graf Spee. Sin embargo, la magistrada hizo lugar después a un recurso presentado por el Ministerio de Defensa, que logró así frenar la venta de este objeto que ha sido centro de una disputa diplomática con el gobierno alemán.

El abogado de los hermanos Etchegaray, Carlos Rodríguez, apelará la sentencia, por lo que en caso que un tribunal le dé la razón a la parte privada, el ministerio podría recurrir a la Suprema Corte. "El tema está en si (los hermanos Etchegaray) son copropietarios de la cosa o si simplemente tienen derecho al 50% sobre el producido o la venta. Nosotros entendemos que son copropietarios en función del contrato de rescate que se firmó en su momento", explicó el abogado a El País.


En agosto, el buzo Héctor Bado, responsable de las operaciones de rescate, dijo a El País que el águila podría valer unos US$ 42 millones, aunque en su momento se habían recibido ofertas por US$ 8 millones.

Buque alemán que pasó a ser propiedad del Uruguay
El Graf Spee, hundido en 1939, se encuentra dentro de la franja costera de 7 millas, en la zona de Punta Yeguas, en aguas de jurisdicción nacional.

El III Reich (gobierno alemán) vendió el buque, según consta en documentación y prensa de la época (1940): lo compró en calidad de "chatarra" un ciudadano uruguayo.

Por el artículo 15 del Decreto Ley 14.343 (norma sobre buques hundidos), es propiedad de Uruguay.

Un informe de Jorge A. Silva Censio, asesor letrado de la Dirección de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Relaciones Exteriores (del 20 de abril de 1987), señala que no existe un sucesor confirmado del III Reich y apoya la propiedad del Estado uruguayo sobre los restos del acorazado alemán.

Pedido de Alemania detuvo el proceso
El Ministerio de Defensa Nacional defiende la titularidad del Estado sobre los bienes en litigio porque éstos fueron recuperados de aguas de jurisdicción nacional.

Pero también ha admitido, durante el juicio, que el 50% de la venta le correspondería a los privados.

Según abogado defensor, el gobierno quiere reservarse el derecho de decidir cuál es el mejor momento para comercializar esas piezas.

"El Estado no pretende incumplir el contrato, pero como todo Estado, tiene unos problemas burocráticos enormes y es incapaz de tomar decisiones rápidas. Hasta ahora no ha resuelto sacar a la venta el águila, pero Etchegaray tampoco puede ser rehén de esa lentitud del Estado", señaló Rodríguez.

LITIGIO. Hace cinco años el gobierno alemán, por intermedio de su exembajador en Uruguay, Volker Anding, solicitó que se impidiera la venta del águila del Graf Spee. En una carta que entregó a la Cancillería, el diplomático dijo que por tratarse de un "barco de guerra", pertenece al Estado alemán. Hubo después otras manifestaciones de ese país, por la vía diplomática, expresando incomodidad con el hecho de que el objeto fuera vendido o exhibido.

Sin embargo, para defender la "propiedad" de los restos del Graf Spee, hundido en 1939, el gobierno cuenta con la norma 14.343, popularmente conocida como "Ley de Barcos Hundidos", que se creó originalmente para recuperar embarcaciones naufragadas y evitar accidentes marítimos.

La norma señala que "los barcos hundidos con anterioridad al 31 de diciembre de 1973 y cuya extracción, remoción o demolición no fuere comenzada antes de los cuatro meses después de publicada esta ley (1976), serán considerados automáticamente abandonados a favor del Estado".

Pero además, existe un documento que certifica que en 1940 el gobierno alemán vendió el buque a un ciudadano uruguayo. Ese escrito fue recuperado por Etchegaray en la Oficina de Registro Público del Reino Unido (Public Record Office).

El empresario también cuenta con otro documento de compraventa, hallado en los archivos de la Armada Nacional, en el que se señala que "el gobierno alemán vende a Don Julio Vega Helguera y éste le compra a aquél, los restos del barco de guerra denominado Admiral Graf Spee, hundido en las aguas del Río de la Plata".

El diario El País del 2 de marzo de 1940 ya daba cuenta de la venta del acorazado alemán a este ciudadano uruguayo.