Publicado: Sab Jun 06, 2009 5:50 pm
por grognard
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Fuente: http://www.elcomerciodigital.com/gijon/ ... 90531.html

Título: Los demonios de Berlín
Autor: Ignacio del Valle
Editorial: Alfaguara
Año de edición: 2009
ISBN: 9788420423326
Páginas: 432
PVP Euros: 20,00

Argumento

Los demonios de Berlín, protagonizada también por Arturo Andrade, el soldado de la División Azul que ya conociéramos en El tiempo de los emperadores extraños y que vuelve para protagonizar uno de los episodios más siniestros e intensos de la historia contemporánea: el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Berlín está sitiado por los soviéticos. Hitler y su personal, encerrados en un búnker de hormigón debajo de la Cancillería. La derrota alemana es inminente. El teniente Arturo Andrade , antiguo miembro de la División Azul, encuentra a un científico del Reich muerto y en sus bolsillos un misterioso diagrama que lo asomará aún más allá del horror en que está inmerso, poniéndole en la pista de las WuWa, las Wunder Waffen, las armas maravillosas, muy superiores a lo que hasta entonces se conocía, que aún podrían darle la victoria a Alemania. En sus indagaciones, descubre que cuatro agentes aliados persiguen a los científicos alemanes, que Thule -una sociedad secreta- actúa infiltrada en las SS y en la Gestapo, y que todos buscan una película perdida cuya exposición pública hubiera sido muy peligrosa para la supervivencia del Reich.

Un thriller que no da respiro, que documenta con precisión el pasado reciente de una Alemania a punto de colapsar, y que nos muestra a un soldado que deberá enfrentase a múltiples demonios, ajenos y propios, para salvar lo único que parece escapar a ese entorno atroz: el amor de una mujer.


Reseña/Noticia/Entrevista

"Dentro de cien años se seguirá hablando de la Segunda Guerra Mundial, esa época terminal en la que acaba un mundo y empieza otro", afirma Ignacio del Valle en una entrevista con Efe, en la que explicaba las claves de esta novela con la que cierra "de momento" la trilogía protagonizada por el soldado de la División Azul Arturo Andrade, destinado en esta ocasión a la campaña de Berlín.
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La nueva entrega de este escritor, al que le gusta "hacer cortes verticales en la Historia y alternar acción y reflexión", sitúa a Arturo Andrade en Berlín, poco antes de que los soviéticos derrotaran a los alemanes y de que esa Germania megalomaníaca proyectada por Hitler se viniera definitivamente abajo.
Andrade, junto a esa "especie de Sancho Panza" que es su compañero Manolete, tendrá que averiguar por qué han matado a Ewald von Kleist, un importante científico que trabajaba en el programa atómico alemán, al mismo tiempo que los diplomáticos españoles en Berlín le obligarán a mantenerlos informados de cuanto pueda interesarles para salvaguardar la presencia española en la ciudad.
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"La Segunda Guerra Mundial es el primer conflicto bélico en el que no hay límites entre civiles y militares. El punto de inflexión del siglo XX es Berlín, y con la destrucción de esa ciudad acaba y empieza todo", asegura Ignacio del Valle, que considera "fascinantes" la historia y la cultura alemanas. Del Valle está convencido de la necesidad de conocer bien la Historia para tratar de no caer en los mismos errores, aunque no sabe si el hombre actual será capaz de evitar tragedias como las de la Guerra Mundial o el holocausto nazi.
"El gran mal del siglo XXI hunde sus raíces en aquella época, que es el maniqueísmo, es decir, ver las cosas en blanco o negro, el bien o el mal, fascismo o democracia", señala el escritor, para insistir a renglón seguido en que "hay que evitar los totalitarismos, sean del signo que sean".
(...)
Dentro de esa pasión que siente por Alemania, Del Valle (...) afirma que le asombra cómo, con el nazismo, se rompió toda la tradición cultural de un país que "era la nación más culta de Europa". De repente, "se hundió en la irracionalidad más absoluta, en el caos".
La conjura Stauffenberg, la misteriosa sociedad Thule, "la salvaje defensa de Berlín por las SS", el nihilismo nacionalsocialista y las atrocidades soviéticas recorren las más de 400 páginas de "Los demonios de Berlín" y atrapan la atención del lector desde el principio.
Del Valle se ha documentado a fondo para esta novela -"hay un noventa por ciento de realidad en ella"- y ha recorrido también los escenarios de la trama. Así, ha podido comprobar "la energía oscura que se respira todavía en Berlín".


Fragmento del primer capítulo:
—¿Lo notas? Su alma todavía tiene que estar en la habitación.
Arturo pronunció esa frase consciente de que dos de sus tres acompañantes no se iban a enterar de la misa la media, y volvió a repetirla, esta vez en alemán. Los dos SS expresaron perplejidad en su idioma de rígidos acentos, y junto al camarada español que estaba a su lado, se emplearon en contemplar la muerte horrible, pálida y objetiva que se alzaba ante ellos. A vista de pájaro, la colosal y blanquísima maqueta de Germania, la metrópolis que Hitler proyectaba construir sobre Berlín para ser la capital del futuro Reich, se extendía sobre una plataforma que ocupaba toda la sala. Avenidas de siete kilómetros para desfiles, arcos de triunfo de más de cien metros de altura, estaciones de ferrocarril con fachadas de cuatrocientos metros de longitud..., ministerios, óperas, plazas, museos, prisiones..., todo diseñado a la medida de la gigantomanía del Führer, y, al fondo, la Volkshalle, la Sala del Pueblo, con una capacidad para ciento ochenta mil personas, con su cúpula dieciséis veces más grande que la de San Pedro coronada por una gran águila. Allí, frente a su entrada principal, ligeramente escorado a la derecha, como un macabro Gulliver, yacía el cadáver de un hombre. Estaba de espaldas, con su brazo izquierdo estirado y crispado sobre uno de los inmuebles de escayola, y su sangre salpicaba la blancura de los edificios circundantes en una composición abstracta. Antes de ver su rostro, Arturo sabía ya de quién se trataba: la persona que llevaban buscando desde hacía una hora por toda la Cancillería. Se miró la punta de las botas, como si no hubiera nada mejor que ver, y volvió a contemplar durante unos segundos la maqueta iluminada por focos que, mediante un mecanismo automático, simulaban el sol en su arco diario. A continuación posó el fusil ametrallador, se quitó las botas y, ante la mirada atónita de sus acompañantes, se subió a la plataforma y entró en la maqueta. Unos raros escrúpulos le habían asaltado inmediatamente antes de subirse y le impidieron ensuciar la blancura de los edificios. Ni siquiera notaba ya el olor de unos calcetines que llevaba puestos desde hacía tres semanas, así que con cuidado de no aplastar nada, avanzó por el eje principal sorteando el arco de triunfo e incluso las pequeñas miniaturas de automóviles que circulaban quietos por la avenida, hasta llegar al cadáver. Se agachó a la altura de su pecho y le dio la vuelta. No hacía mucho que le habían liquidado, el olor a cobre de la sangre caliente era muy particular. Se fijó con atención; el hombre tenía uno de esos semblantes crispados que se veían en ciertos martirologios. La cuchillada limpia que le habían asestado en el corazón era suficiente motivo para tal aspecto. Arturo rebuscó entre sus ropas de civil la documentación o algo que acreditase su identidad. En el bolsillo del pantalón encontró una cartera, y en su interior su Ausweis; comparó el gesto desencajado con los rasgos finos y bien cincelados de la foto, y comprobó que el nombre era el mismo que les había proporcionado el oficial al mando: Ewald von Kleist, nacido en Múnich, 1897. Fallecido en Berlín, 1945, completó Arturo mentalmente. Corroborando su epitafio, en algún lugar sobre su cabeza los terremotos de baja intensidad provocados por los bombardeos afirmaban que, efectivamente, se hallaban en Berlín, un Berlín que estaba siendo tragado por una guerra atroz y borradora. Hacía ademán de seguir registrando el cuerpo, cuando a sus espaldas oyó un crujido que le hizo darse la vuelta. Descubrió a su paisano avanzando hacia él; ya se había llevado por delante una ópera, dos Volkswagen, un Wanderer, e iba directo a por el arco de triunfo. Arturo le fulminó con una mirada que hizo que se le congelase el paso y se le descolgara la mandíbula.


El primer capítulo completo puede leerse en
http://www.alfaguara.santillana.es/uplo ... 2332-6.pdf


Fuentes:
Datos y argumento:
http://www.blogdellibro.com/2009/06/05/ ... de-berlin/
http://www.casadellibro.com/libro-los-d ... 0001319695
http://libros.mysofa.es/libro/los_demonios_de_berlin
Reseña/Entrevista con el autor
http://www.adn.es/cultura/20090604/NWS- ... Valle.html


Más novelas de Ignacio del Valle:
El tiempo de los emperadores extraños: viewtopic.php?f=77&t=4908#p63106