Publicado: Jue Ago 11, 2011 1:02 pm
por grognard
Comentario Personal

La tercera novela de Ignacio del Valle que tiene como protagonista a Arturo Andrade se desarrolla en Berlín, durante los últimos agónicos días del régimen nazi. Una ciudad fantasma plagada (figurada y no tan figuradamente) de demonios (tanto mitológicos como reales), y habitada, aún pese a todo, por una masa de alemanes, civiles y militares, que continúan sobreviviendo en un amago de vida normal mientras todo se derrumba a su alrededor.

En este entorno, que tan bien conocemos gracias a películas como “El Hundimiento”, Arturo Andrade, soldado español superviviente de la División Azul y de un largo periplo por la División Wallonie y la Unidad Ezquerra, acaba encontrándose destinado, en una curiosa pirueta del destino, nada más y nada menos que en la Cancillería del Reich. Y una vez más se verá abocado a resolver un crimen, cuya víctima, en este caso, es un importante científico del programa atómico alemán.

En esa tarea, que no será nada fácil, Arturo recibirá la ayuda, como en otras novelas, de una curiosa galería de personajes arquetípicos y protípicos: varios soldados españoles ubicados por mor del destino en Berlín, como Ramiro o los apodados Manolete, Saladino o el Ninfo; algunos miembros de la Embajada Española, como el diplomático Maciá o el chupatintas Matías; el Comisario Krappe, un berlinés zumbón e irónico que representa a la Kripo; algunos miembros de las SS, como el Sturmbannführer Eckhart Bauer o el Hauptsturmführer Möbius, soldados fanáticos dedicados en cuerpo y alma al régimen nazi, aliados circunstanciales de Arturo en la búsqueda del asesino mientras persiguen sus propios objetivos.

Como en anteriores novelas, en ésta se mezclan los hechos de ficción con la realidad. En el transcurso de la aventura, mientras acompañamos a Arturo en su particular odisea, sentiremos cómo se va apretando alrededor de la ciudad el cerco ruso; sufriremos los bombardeos y la angustia de la supervivencia en sótanos y subterráneos; seremos partícipes de las luchas callejeras desesperadas, libradas edificio a edificio, piso a piso e incluso habitación a habitación; compartiremos la desazón de los puñados de combatientes de las SS de la División Charlemagne que aún se aferran a sus ideales mientras poco a poco van cediendo terreno a los soldados soviéticos; o asistiremos silenciosos a la cremación de los cuerpos de Hitler y Eva Braun, y al suicidio del matrimonio Goebbels.

Entremezclada con la Historia (con mayúsculas), la historia de la novela se desarrollará con el leitmotiv de una mortal partida de póker con varios jugadores: los responsables del desarrollo de de la bomba atómica alemana, un grupo de comandos americanos caídos sobre Berlín con oscuros propósitos relacionados con ella, el servicio de inteligencia soviético que no quiere perder la oportunidad de hacerse con la tecnología, la diplomacia española buscando salida a su precario equilibrio internacional, la misteriosa sociedad Thule en su afán de ocultarlo todo, y el mismo Arturo Andrade como catalizador involuntario del proceso que pondrá en conjunción todas estas fuerzas para llegar a la conclusión final.

Particularmente me gustó más “El tiempo de los emperadores extraños” que “Los demonios de Berlín”, pero ello no le quita mérito a la segunda. Es una novela que recomiendo, y más aún si se ha tenido la oportunidad de leer las otras dos novelas que tienen a Arturo como protagonista. Podría decirse que todas ellas se complementan, y que gracias a ellas podemos conocer cómo va cambiando y evolucionando Arturo al mismo tiempo que el mundo, aquel mundo, su mundo, parece derrumbarse a su alrededor.