Publicado: Dom Abr 26, 2009 2:29 am
por Winrich Behr
29.12.08
Los japoneses y los prisioneros de guerra británicos

Como muy bien retrataron películas como El Puente sobre el río Kwai, el Imperio Japonés, que nunca suscribió la Convención de Ginebra de 1929, violó de forma repetida y sistemática todos los tratados internacionales concernientes al tratamiento de los Prisioneros de Guerra.

Prisioneros de guerra chinos, americanos, australianos, británicos, canadienses, indios, holandeses, neozelandeses y filipinos, custodiados por los japoneses durante la 2ª Guerra Mundial fueron objeto de malos tratos, trabajos forzados, experimentación médica, torturas y ejecuciones sumarias. Nunca se facilitó el acceso a la Cruz Roja a los campos de prisioneros.

Según los procedimientos del Tribunal de Tokyo, el ratio de muertes entre los prisioneros de guerra occidentales era del 27.1% (llegando los americanos hasta el 37%), 7 veces el ratio de los campos bajo control alemán e italiano.

Este brutal tratamiento a los prisioneros de guerra se sostenía en el peculiar sistema de valores militares japoneses: Un soldado japonés no podía concebir el hecho de rendirse al enemigo; su deber era combatir hasta la muerte. A tal efecto, solían reservarse una granada como último recurso antes que la derrota. Por ello, un prisionero de guerra era para ellos un cobarde, alguien que había perdido toda dignidad castrense y que por ello merecía el peor de los tratos.


Esta crueldad dió ligar a escenas del mayor salvajismo, que no es necesario describir ahora. Lo que sí es cierto, es que el peculiar carácter japonés chocó contra la flema de los irónicos y cínicos prisioneros de guerra británicos, dando lugar a escenas tan surrealistas como esta:

Uno de nuestros hombres, creo que un soldado del Regimiento Middlesex, se las arregló para abrir un túnel desde su choza, en el campo {de prisioneros} en el que estábamos, hasta la cantina del ejército japonés y durante un tiempo apareció con miles de cigarrillos, chocolatinas y lujos de todas clases, por ejemplo jabones, que vendía en el campo a los demás prisioneros. Lo pillaron y, como es lógico, esperábamos que lo decapitaran en público, ya que allí te daban una paliza sólo por parpadear en los desfiles matutinos. Pero a este individuo lo llevaron ante un tribunal militar japonés y lo condenaron a no salir del campo durante 6 semanas... no se le permitía salir en los grupos de trabajo con sus compañeros. Y este muchacho iba con un cartel delante y otro detrás que decía simplemente: "Soy un ladrón", en inglés y en japonés. Un guardia japonés se me acercó a mí y me dijo: "Ah, Bush- san (que significa Capitán Bush), es un castigo terrible para este pobre hombre, es muy humillante". aquello me dejó atónito, pero el chico se quedó en el campo durante seis semanas y los guardias le daban parte de su propia comida y cigarrillos. Este muchacho no había pasado una época tan fantástica en toda su vida de prisionero de guerra.

Capitán Lewis Bush
http://www.historiadelahumanidad.com/20 ... os-de.html