Publicado: Jue Jun 04, 2009 2:39 pm
por Anibal clar
Hola a todos.
Pues la verdad no se cuantas partes serán.
Dependerá mucho de cómo ataquen los rusos y de la pericia de nuestros héroes :mrgreen:


Aquí va la parte séptima.

El tiempo había ido trancurriendo. Entre preparativos y el stress producido por la situación, las horas habían volado a toda velocidad.
Von Tiersmann reunió de nuevo al major y los capitanes.
- Señores, según los cálculos del Alto Mando, el ataque se producirá dentro de unas 6 u 8 horas. Aproximadamente en torno a las 7 de la mañana. Debemos frenar la primera acometida como sea. El tiempo transcurre a nuestro favor. Cuanto más resistamos, más beneficio haremos a la plana mayor del ejército y del grupo de ejércitos.
Como no puede ser de otra manera, espero de cada uno de ustedes la máxima profesionalidad y entrega.
- Creo hablar en nombre de todos los presentes, dijo el major Immelmann, diciendo que dejaremos hasta nustro último empeño en sacar adelante esta situación.
- Y así será, agregó Von Dompereiss.
- Ahora, dijo el coronel, vamos a brindar con esta botella que tenía guardada para una ocasión especial. No era esto precisamente en lo que yo había pensado, pero en fin, daremos salida a este vino alsaciano.
Brindaron por la suerte, por el futuro y por el éxito de Alemania.
Mientras bebían el vino, los T-34 se aproximaban al lugar. En pocas horas estarían allí.

Una vez acabado el brindis, cada uno marchó al puesto que le correspondía.

Pasaron unas horas. Comenzaba a amanecer. Todo era silencio. Aproximadamente eran las 7 de la mañana.
La radio dió señales de vida en el puesto de mando de Von Dompereiss, al este del despliegue.
El puesto de observación de la colina este (C2) informaba que se veía movimiento de blindados a unos 5 Km.
¡ Empezaba la fiesta !
Inmediatamente a una orden del capitán, se lanzó una bengala amarilla, ¡¡ Máxima alerta !!
Se fueron haciendo visibles al otro lado del río, los blindados soviéticos. Unos 50 aproximadamente, apoyados por 10 semiorugas y unos 200 soldados.
Von Dompereiss se acercó a los pak 40 que apuntaban al vado.
En ese momento, los carros comenzaron a hablar. Fuego de cobertura sobre la colina (C2) y el bosque (B2), a la vez que se dirigían a toda máquina al puente y el vado.
- Las bengalas rojas, rápido, anunció Von Dompereiss.
Los fumígeros fueron lanzados, con lo cual las tropas abandonaron sus posiciones en colina y bosque y se replegaron a las primeras casas del pueblo. Tal movimiento no pasó desapercibido para los rusos, que pusieron toda su atención en el mismo. Justamente era lo que Von Dompereiss quería, pues así pasaron desapercibidos los cañones y los 2 Maultier 42.
El primer T-34 ya cruzaba el puente, seguido por otros 3 a corta distancia. Del mismo modo, 7 monstruos mecánicos y 5 semiorugas empezaban a cruzar el vado (V3).
Von Dompereiss esperó hasta que el primer T-34 cruzó el puente, en ese momento dió la orden de fuego a sus pak 40. El primer disparo hizo blanco e inmovilizó al carro, que pronto comenzó a arder, los que 3 que venían detrás quedaron bloqueados sobre el puente, momento que aprovechó el capitán para accionar el mando y volarlo, con lo cual cayeron al río y quedaron completamente destrozados.
Las unidades alemanas que habían salido de sus posiciones originales comenzaban a ocupar las primeras casas del pueblo, instalando las mortíferas MG-42.
Los carros que cruzaban el vado junto a los semiorugas llegaban a la orilla, comenzaron a avanzar hacia el pueblo. De repente... ¡¡¡ Pummm !!! ¡¡¡ Pummmmm !!! Las minas Tellermine comenzaron a hacer de las suyas. 3 carros quedaron fuera de combate, y los otros 4 hubieron de pararse. Los semiorugas se pararon y la infantería comenzó a bajar.
- Bengala azul, ordenó Von Dompereiss.
Así que bengala azul al aire... Señal para que los Maultier 42 y sus neberwerfer comenzarán el fuego sobre la zona indicada. El diluvio de proyectiles comenzó a caer sobre la infantería que bajaba de los semiorugas con mortífera precisión. Desde el puesto de mando en la colina sur (C3) el major Immelmann daba las coordenadas con una exactitud digna de encomio.
La salida del vado se convirtió en una carnicería horrible. Una matanza.
Los T-34 del otro lado del río, comenzaron a tirar contra las casas, desde donde las MG-42 estabán machacando a los infantes rusos. Los pak 40 seguín haciendo fuego con precisión, y cada descarga de los Maultier era demoledora.
Los soviéticos detuvieron el ataque y se retiraron momentáneamente.
Resultado, 11 T-34 fuera de combate y 5 semiorugas hechos papilla, unos 85 soldados muertos. Todo un éxito contabilizando las bajas propias, 11 muertos y 5 heridos, pero las primeras casas del pueblo habían sido destruidas y estaban bajo el fuego directo de los T-34 del otro lado del río.
No obstante, Tio Domper había conseguido detener el asalto por el momento.

Pero mientras todo esto ocurría, una formación mucho más poderosa se avecinaba contra la colina norte (C1).

(continuará)