Publicado: Jue May 24, 2018 1:05 pm
por Domper
Apenas tuve tiempo para atusarme, ponerme el uniforme e ir al palacio Schönhausen. Subí a mi despacho, aledaño con el del regente, y pedí a mi secretaria que me subiese un café y un par de aspirinas. Cuando me senté cayó sobre mí el cansancio de la noche. Mi pie también me recordaba los excesos que había cometido. Entonces se abrió la puerta.

—Roland, espero que no le moleste compartir una taza de café con un pobre regente solitario.

Intenté levantarme pero Von Lettow me ordenó con un gesto que me quedase sentado. Acercó una silla y se sentó a la mesa.

—Hedwig, súbale un café bien cargado al mayor. Yo también querré otra taza —dijo a mi secretaria—. Y suba alguna cosilla de la cocina o nuestro buen Roland no llegará al mediodía. Muchacho, te dije que salieses y que disfrutases —me dijo—, pero no pensé que te lo ibas a tomar a la tremenda.

—Disculpe, Alteza, pero es que he dormido mal y…

—¿Dormir mal? Me parece que ni has arrugado las sábanas. O tal vez sea lo contrario y has dejado la cama hecha un campo de batalla ¿lo adivino?

—No, Alteza, no es nada de eso…

—Roland, no me vengas con milongas, que lo único que quita el sueño a un joven como tú es un buen par de tetas —habitualmente ceremonioso, Von Lettow también sabía emplear un lenguaje más vulgar—. No te avergüences que yo también he sido joven. Aun recuerdo cómo se movía Martha, y eso que las ropas de entonces no ayudaban. Pero no me cuentes nada y limítate a disfrutar del café. Es la mezcla turca que hacía traer nuestro nunca suficientemente llorado Führer. Aunque ahora que lo pienso, no creo que le hubiese gustado que me la beba después de aquello que le dije.

Consiguió hacerme reír. Era famosa la respuesta que el actual regente había dado a Hitler cuando le ofreció la embajada en Berlín: según los rumores, le dijo, sin demasiadas florituras, que efectuase cierto acto anatómicamente improbable. Ya más relajados, disfrutamos del café y de unas tostadas con margarina. El regente, con la sabiduría que dan los años, me dijo que en lo sucesivo iba a poder prescindir de mi presencia bastantes noches.