Publicado: Lun May 07, 2018 7:21 pm
por Domper
En algún momento de la noche Lisa y Hans se fueron; ni supe cuándo ni me importó. Ni siquiera sentía el pie; yo flotaba en los brazos de Katrin.

Cuando salimos del Atlantis ya casi clareaba. No estaba mi coche, pues mi amigo Hans se lo había llevado; tal vez pensase que me convenía un paseo por las calles oscuras. En esa noche invernal el oscurecimiento hacía que las aceras fuesen lúgubres además de gélidas. Acompañé a Katrin pues en el Berlín atestado de gentes de toda calaña la oscuridad no era segura.

—Roland, no debes hacerlo. Piensa en tu pie.

Pero esa noche mi pie no existía. Tampoco había negrura; solo estaba ella que iluminaba la ciudad con sus ojos. No sé si cojeando o volando la acompañé hasta su casa; en el umbral nos despedimos con un beso y la promesa de volvernos a ver.