Publicado: Vie Nov 24, 2017 9:13 pm
por Domper
El reparto de Bélgica

Considerando que la situación de los Países Bajos era similar a la de las regiones limítrofes se estableció un estatuto similar que afectó principalmente a Bélgica. El reino de Bélgica desapareció como tal, y sus cantones tuvieron que escoger entre unirse a Holanda (opción elegida por la mayor parte de los de habla flamenca), a Francia (destino de los cantones francoparlantes, incluyendo Bruselas, la antigua capital) o al Reich (los cantones germanófonos del oeste de Bélgica). El plebiscito de 1947, en el que los antiguos ciudadanos belgas solo pudieron escoger entre las tres opciones, consolidó el reparto. La elevada tasa de abstención (que en algunas zonas de habla flamenca llegó al 70%) demostró que el régimen era mucho menos apreciado por los belgas que por franceses y alemanes, pero hasta 1954 no se restauró el estado belga según los mismos principios que el polaco. Aunque parezca que Bélgica fue peor tratada que Polonia, en el ánimo de París y en el de Berlín pesaba el convencimiento de que el país era una creación artificial impuesta por Gran Bretaña. Paradójicamente la monarquía belga no fue abolida, sino que pasó a ser un título honorífico integrado en el Reich. Leopoldo III se erigió en representante de los antiguos belgas logrando un merecido respeto de su antiguo pueblo, y su vuelta al palacio real de Bruselas en 1953 fue un acontecimiento de masas.

El tratado estableció que Luxemburgo volvía al Imperio Alemán como región autónoma. En el caso de Holanda, en el tratado se acusaba a la Casa de Orange de abandonar a su pueblo y la declaraba traidora. Tras establecerse una regencia Holanda fue admitida en la Unión Europea; se estipuló tras diez años el pueblo holandés podría decidir si integrarse en el Reich como un estado autónomo, o conservar la independencia; hasta entonces se convirtió en un protectorado de Alemania, con una figura legal similar a los de Noruega (cuya casa real fue también proscrita), Bohemia o Eslovaquia. Solo a partir de 1954, tras la restauración belga, se permitió la de Holanda y la de otros pequeños estados, aunque dentro del marco de la Unión Europea y sometidos al principio de la soberanía compartida.