Publicado: Lun Jul 17, 2017 12:52 pm
por Domper
Después el regente se reunió con los oficiales de la escuela. El director era el general Von Senger und Etterlin, un hombre callado —dejaba hablar a Guderian— pero eficiente, que fue introduciendo a los presentes.

—Alteza, le presento al teniente coronel Von Peter, que está al mando del primer batallón.

—A sus órdenes.

—Es al mismo tiempo un honor y un pacer conocer al héroe de Suez.

Todos sabíamos quién era Von Peter, considerado uno de mejores jefes de tanques de Alemania. Había mandado un kampfgruppe en Suez con el que había derrotado a una brigada acorazada británica, solventando una situación muy comprometida. Luego había cercado a otra división inglesa. Su unidad había capturado treinta enemigos por cada uno de sus soldados, sufriendo mínimas pérdidas. Von Peter había estado entre los condecorados en la famosa ceremonia de Jerusalén que había acabado con la muerte de Goering. Era un hombre muy apuesto, y yo sabía por mis sobrinas que la mitad de las colegialas alemanas atesoraban su fotografía.

Su impresionante palmarés no había finalizado en el Sinaí, pues su desempeño en Bromberg había sido tan bueno o mejor. Cierto que tenía una excelente materia prima, ya que su batallón era el que más condecoraciones tenía de todo el ejército, incluyendo otra cruz del caballero, la del as de los panzer Barkmann. Pero Von Peter no solo era un gran conductor de hombres sino un excelente táctico que conseguía derrotar una y otra vez a sus alumnos. Hasta tal punto que se decía que si el batallón 501 había sido enviado a la escuela era no solo para probar los Tiger, sino para bajarle los humos a Von Peter.

Luego Von Senger nos presentó a otro jefe que también ostentaba la Cruz de Caballero.

—Alteza, el teniente coronel Thorsten Koertig, un veterano de Mesopotamia que ahora manda el batallón 501.

—A sus órdenes.

—También me alegra conocerle. Lo único que lamento es no haber sido yo quien le impuso su bien ganada condecoración.

Thorsten Koertig agradeció el comentario. El regente siguió.

—Teniente coronel ¿Qué tal está siendo su estancia en Bromberg? ¿Le trata bien el general Von Senger?

—Aprendemos mucho, alteza.