Publicado: Jue Jun 08, 2017 10:22 am
por Domper
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Heia Safari (película)

Heia Safari es un filme histórico dirigido en 1942 por Veit Harlan y estrenado en 1942. Producido y filmado durante la Guerra de Supremacía, fue utilizado por el Ministerio de Propaganda para apoyar la candidatura imperial del general Paul Emil von Lettow-Vorbeck.

La película está basada en las memorias del general Von Lettow-Vorbeck durante la Primera Guerra Mundial. Relata la historia de la resistencia de las fuerzas coloniales alemanas que durante cuatro años rechazaron el acoso de los aliados, capitulando tan sólo tras el armisticio de 1918.

Argumento

El general Von Lettow-Vorbeck es enviado en 1914 al África Oriental Alemana donde se le encomienda la dirección de las escasas fuerzas coloniales: unos tres mil soldados alemanes y doce compañías de askaris (soldados nativos). Debido a la debilidad de las fuerzas de la colonia y la falta de municiones el gobierno de Berlín ordena al general que en caso de conflicto se mantenga a la defensiva.

Al desencadenarse la guerra el gobernador Von Schnee (retratado como un pusilánime que seguía al pie de la letra las directrices de Berlín, por absurdas que fuesen) confirma las órdenes de evitar las operaciones ofensivas. Entonces los británicos desembarcan en Tanga, en la costa de Tanganika; sin dar tiempo a que se consoliden, Von Lettow contrataca y los derrota estrepitosamente. Sin embargo, tras la victoria el general reflexiona sobre la batalla concluyendo que la estrategia defensiva es perjudicial, pues los británicos podrían atacar en masa a las guarniciones aisladas y derrotarlas por partes. Von Lettow decide actuar a la inversa y ser él quien tome la iniciativa, para poder concentrar sus escasas fuerzas contra puestos aliados desprevenidos. En una escena Von Schnee queda aterrado ante los proyectos del general y le ordena abandonarlos bajo la amenaza de destitución; pero Von Lettow-Vorbeck le contesta que su mando militar no está subordinado al gobernador, que solo responde ante el Estado Mayor de Berlín, y al estar cortadas las comunicaciones él era la máxima autoridad militar. El general ataca a los ingleses de Kenia y los derrota en Jassin y en el Kilimanjaro. Aunque las tropas alemanas sufren muchas bajas, se consigue capturar un gran arsenal que permitirá mantener la resistencia.

Con todo, el gran coste de esas operaciones obliga a que Von Lettow-Vorbeck cambie su estrategia. Reconociendo su inferioridad numérica decide rehuir los enfrentamientos con el ejército enemigo, para seguir tácticas de guerrillas que dice haber aprendido de la lectura de obras sobre la Guerra de Independencia española; parece que esa escena fue añadida para congraciarse con el gobierno español. Von Lettow evita las batallas pero lanza ataques relámpago contra los británicos de Kenia y de Rhodesia, consiguiendo paralizarlos y obligándoles a mantener en África el gran ejército que estaban organizando y que querían llevar a Europa.

El 1916 el general sudafricano Smuts, al que se pinta como un bóer vendido a los ingleses, lanza una gran ofensiva contra el África Oriental Alemana. Pero el general Von Lettow utiliza su conocimiento del terreno para rodear y derrotar una y otra vez a los británicos, consiguiendo no solo recuperar el territorio perdido sino invadir Mozambique, ya que Portugal se acaba de unir a los aliados. En otra escena un oficial portugués capturado se lamenta de que su país está actuando como un lacayo de los ingleses cuando su verdadera amiga tendría que ser Alemania; después colabora con Von Lettow para que logre el apoyo de la población local. En 1918 el general vuelve a Tanganika para eludir otra ofensiva de Smuts, y finalmente invade de nuevo Rhodesia, derrotando de nuevo a los británicos. En los efectos capturados encuentra un periódico en el que se dice que la guerra ha terminado y que el ejército de Von Lettow-Vorbeck es el único que sigue combatiendo. Tras comprobar que no se trata de una artimaña, Von Lettow-Vorbeck ordena entregar las armas y se despide de sus tropas.

Tras el armisticio el general se esfuerza en conseguir que sus hombres sean repatriados, y que los soldados nativos sean tratados de la misma forma que los europeos. En 1919 vuelve a Alemania, donde los socialistas conspiran junto con el gobernador Von Schnee para juzgar al general por desobedecer las órdenes. Pero el clamor del pueblo alemán fuerza a los gobernantes a que reconozcan el mérito del Von Lettow y de sus hombres, que habían formado el único ejército alemán siempre victorioso. La película acaba con Von Lettow-Vorbeck desfilando en Berlín al frente de sus tropas, ostentando la medalla Pour le Mérite, la máxima condecoración alemana; en la escena final la medalla se desdibuja para convertirse en una corona imperial.

Producción

Aunque durante el periodo de entreguerras hubo varios intentos de llevar la historia de Von Lettow-Vorbeck a las pantallas, el distanciamiento entre el general y la cúpula del Partido Nazi impidieron que los intentos llegasen a buen término. En 1940 el Statthalter Goering decidió apoyar su posición como sucesor del Führer Hitler con una serie de películas sobre grandes figuras de la historia alemana, incluyendo una dedicada al general. Pero las campañas de África se habían librado en sabanas y en bosques tropicales a los que era imposible acceder en plena guerra. El director Veit Harlan propuso utilizar parte del metraje filmado para una película de aventuras sobre un viaje a Tanganika de Kara Ben Nemsi, un personaje de Karl May; hay que señalar que dicho viaje había sido imaginado por el guionista ya que no se encuentra en la obra de May.

Tras la muerte del Statthalter el proyecto recibió mayor prioridad. Varios miles de soldados actuaron como extras en las escenas de combates y se construyeron grandes escenarios para simular las aldeas africanas. Las batallas se filmaron en escenarios naturales en Sicilia y en Yugoslavia, y el resto en los estudios berlineses. La película fue estrenada en febrero de 1942, coincidiendo con la campaña que apoyaba la figura del general Von Lettow-Vorbeck como regente. Lo apresurado de la finalización hizo que el resultado final se resintiese, aunque el épico el argumento conquistó el favor del público. Tras finalizar la Guerra de Supremacía Veit Harlan volvió a filmar gran parte de las escenas en los escenarios reales, pero la oposición del káiser impidió el reestreno de la obra hasta 1965, un año tras el fallecimiento de Paul I.