Publicado: Dom May 01, 2016 6:39 pm
por Domper
Sullivan Clark. El final de las Magdalenas. Republic Editions. Dublín, 1993.

… La República de Irlanda seguía al margen de la situación que se vivía en Irlanda del Norte. En la ciudad irlandesa de Lifford, cercana a la frontera, se estaba celebrando la inauguración de la Lavandería de Lifford, una dependencia del Asilo de las Magdalenas de la localidad. Durante la celebración, a la que asistían los dignatarios locales y el obispo Harris de Raphoe, se estaba grabando un documental con el objetivo de recaudar fondos. El obispo pronunció un discurso en favor de las trabajadoras, pero la superiora de la congregación y varias de las “madres” (monjas a cargo de las internas) hicieron comentarios despectivos sobre las acogidas. Sus palabras fueron recogidas por los micrófonos y tuvieron gran repercusión tras los sucesos posteriores.

A mediodía se produjo en la cercana localidad de Strabane, en el Ulster, un atentado del IRA. Una bomba estalló al paso de una compañía, que sufrió varias bajas. Un comando de insurgentes disparó contra los supervivientes, pero los soldados repelieron la agresión y salieron en persecución de los guerrilleros nacionalistas, que intentaron refugiarse cruzando la frontera irlandesa, a solo unos centenares de metros. Los soldados ingleses cruzaron la línea fronteriza y llegaron a la cercana Lifford. Dos policías irlandeses intentaron detener a los británicos, que les dispararon. Los policías respondieron con sus armas antes de caer abatidos. Parece que el tiroteo hizo creer a los ingleses que se estaban enfrentando a los guerrilleros del IRA, y los soldados se adentraron en las calles de la población disparando indiscriminadamente. Algunos viandantes se refugiaron en el asilo, y una patrulla lo asaltó, pensando que allí se escondían los miembros del IRA.

Las cámaras grabaron la entrada de los soldados británicos en la lavandería y como las “madres” salieron corriendo, atropellando al obispo, internas y niños. Una interna, Anna R. O’Brian, una madre soltera cuya familia acababa de enviarla al asilo, se dirigió hacia la puerta de dos hojas y la mantuvo cerrada aunque los ingleses dispararon a través de la madera, causándole graves heridas. A pesar de ello Anna se mantuvo apoyada, bloqueando la puerta hasta que fue volada por una carga explosiva. Algunos asistentes que no habían podido escapar fueron fusilados por los británicos, que incendiaron el local antes de salir. Un cámara consiguió rescatar la cinta en la que se recogió la tenaz resistencia de Anna y su heroica muerte. Los minutos ganados por esa “mujer perdida” (como poco antes la habían llamado las “madres” ante las cámaras) permitieron la salvación de decenas de internas y de huérfanos.

La difusión del documental no solo causó una gravísima crisis entre Irlanda y el Reino Unido, sino que provocó un brusco cambio en la imagen que de la mujer y de la Iglesia había en toda Irlanda. La publicación de testimonios de abusos sufridos por madres solteras desacreditó a las Hermanas de la Misericordia, obligando a la intervención del gobierno de la República y llevando finalmente al cierre de la red de asilos.