Publicado: Jue Abr 21, 2016 3:37 pm
por Domper
En Berlín el joven teniente Von Hoesslin, un veterano de los combates de Egipto, donde quedó con una pierna inútil, es seleccionado como ayudante del mariscal Von Manstein. El mariscal ha organizado una división para la vigilancia de Berlín, y encomienda al capitán el enlace con la Kripo (policía criminal), que bajo el control del general Walter Schellenberg ha adquirido más responsabilidades.

El general Schellenberg está alarmado por la deriva del régimen de Goering, que pretende proseguir con el genocidio. Ha encomendado a un policía de la kripo, Gerard Wiessler, la investigación del atentado de Hitler, pero cuando descubre a los sospechosos, le ordena que cese la investigación. El regimiento al que pertenece el probable asesino es destinado a Jerusalén, para preparar la llegada de Goering. Mientras Wiessler investiga las relaciones entre los nazis más prominentes (liderados por Kaltenbrunner) y el ejército.

Cuando corre el rumor que Goering ha perecido en un atentado en Palestina —aunque en realidad los que han muerto han sido dos de sus ayudantes— Von Manstein se reúne con Schellenberg, y siguiendo los planes preparados organizan una trampa en la que caen los conspiradores que pretendían hacerse con el poder. Cuando días después Goering es asesinado en Jerusalén y Von Manstein y Schellenberg se hacen con el poder. Wiessler imagina lo sucedido, pero muere después en un accidente en circunstancias oscuras.

Schellenberg y Von Manstein se asocian con Franz Von Papen, ministro de Exteriores, y con Albert Speer, al que se le encomienda la producción industrial y de armamentos. Entre los cuatro forman un gabinete que controla el poder en Alemania, aunque nombran canciller a un prestigioso militar, el mariscal Von Brauchitsch, aunque con funciones puramente ceremoniales. Von Brauchitsch es un hombre enfermo pero más ambicioso de lo que esperan los cuatro socios en el Gabinete. El teniente Von Hoesslin pasa a actuar como secretario en sus reuniones.

Tras el asesinato de Goering el Primer Ministro británico Winston Churchill cree que es el momento de una contraofensiva general. En Irak el ejército inglés contrataca, ayudado por el cambio de bando de Transjordania, pero el general Rommel reacciona fulgurantemente destruyendo el régimen probritánico de Amman y rechazando la ofensiva inglesa, que había recuperado Bagdad. Planea un ataque que cerque a los ingleses en Irak, pero una sublevación en Siria le obliga a intervenir y retrasa sus planes.

Al mismo tiempo la inteligencia británica organiza un golpe de estado en Portugal, que pretende sustituir al dictador Salazar por el almirante Oliveira. Salazar consigue escapar a España con algunas tropas, pero en Portugal desembarca el ejército británico, tomando el país sin lucha e intentando invadir España, siendo la ofensiva detenida en Badajoz. La aviación inglesa en Portugal, sin embargo, causa muchos daños en España. Es preciso que Von Manstein se desplace a Madrid y ofrezca ayuda, aunque imponiendo algunas condiciones. Sin embargo el ejército español lanza una ofensiva en el norte de Portugal sin contar con los alemanes, que está a punto de acabar en desastre cuando los ingleses caen sobre su flanco. Ciudad Rodrigo es cercada y Salamanca está a punto de caer, hasta que los españoles, apoyados por la aviación alemana, consiguen rechazar a los británicos y socorrer Ciudad Rodrigo.

Mientras sigue la lucha en otros escenarios. Malta es invadida por los italianos, que también avanzan en Sudán. En Irak los ingleses atacan de nuevo y cercan a una división alemana cerca de Tikrit, y aunque Rommel puede liberarla tiene que replegarse. En Canarias la insurrección española prosigue, pero los ingleses asesinan al líder español, el teniente coronel Payeras —desde entonces los ingleses pasan a ser llamados “herejes” por los españoles—. En el Canal de la Mancha una nueva ofensiva aérea alemana es rechazada por la RAF.

El empeoramiento aparente de la posición alemana hace que Italia, que está dirigida por Badoglio —que había sucedido a Mussolini—, intente negociar con los ingleses. Francia, aunque es una aliada nominal de Alemania, se mantiene casi neutral. Incluso en Berlín se producen conspiraciones, alentadas por el canciller Von Brauchitsch, que amenazan la posición del gabinete. También en Berlín se descubre una red de espías soviéticos, que parece tener ramificaciones cada vez más amplias. Un policía trabajando en solitario emprende el desmantelamiento de las redes.

La posición de debilidad alemana es solo aparente. Se está preparando una ofensiva simultánea en todos los escenarios bélicos: el Canal de la Mancha, Portugal, el Mediterráneo, Canarias e Irak. Previamente al ataque el mariscal Von Manstein y el ministro Von Papen se desplazan a Francia para participar en una ceremonia en Verdún que conmemorará el fin de la anterior guerra. El día anterior contactan con el ministro Romier y el general Weygand, ambos colaboradores de Pétain, para intentar llegar a un acuerdo de paz definitivo entre Francia y Alemania que solucione la cuestión de las fronteras. Romier queda interesado, pero Weygand rechaza la propuesta. Al día siguiente, durante la ceremonia, se produce un ataque aéreo inglés, que luego se descubre ha sido instigado por Weygand. Von Manstein es levemente herido, pero la ocasión es aprovechada por un fanático para matar a Pétain. El almirante Darlan y el general Weygand intentan hacerse con el poder, pero el intento es detenido por los alemanes. El sucesor de Pétain es Romier, que ofendido por el ataque inglés declara la guerra y alinea a su país junto con Alemania. En Italia las conversaciones con Inglaterra fracasan, lo que lleva a la caída de Badoglio, sustituido por Ciano.

Entonces se inicia la gran ofensiva. En el mar los españoles organizan un ataque contra Canarias, coordinado por la guerrilla, para destruir al Ramillies, un acorazado inglés averiado. En Islandia los acorazados Bismarck y Tirpitz destruyen al Revenge, otro acorazado inglés. En Sudán los italianos, apoyados por los alemanes, reinician la ofensiva, toman Jartum y enlazan con Abisinia, acorralando a los ingleses en la costa del Mar Rojo. En Irak Rommel efectúa una finta para hacer creer que iba a atacar por el este del Tigris, haciéndolo en realidad por el oeste del Éufrates. El ejército inglés, sorprendido, se derrumba e intenta escapar hacia Basora. En el Mediterráneo son asaltadas Creta (por los italianos) y Chipre (por alemanes y franceses). En el Canal de la Mancha el cambio de tácticas de los alemanes derrota a la RAF en el sur de Inglaterra. Aunque se suspenden los bombardeos de las ciudades por motivos en parte humanitarios y en parte como medida de propaganda ante la opinión pública norteamericana, las instalaciones industriales sufren ataques repetidos.

La principal ofensiva es en Portugal. Los españoles lanzan varias ofensivas de distracción. La principal es desde Badajoz, pero el ejército británico contrataca; en una importante batalla en Estremoz los españoles los rechazan. Un grupo panzer alemán ataca algo más al sur y junto con los españoles consigue rodear a parte del ejército inglés, que tiene que rendirse en Évora. Prosigue la ofensiva hacia Lisboa, que cae dos semanas después; a los ingleses solo les queda la evacuación. Las victorias permiten además que sean sofocadas las conspiraciones contra el gabinete que dirige Alemania.

Mientras los buques alemanes, españoles e italianos vuelven al Atlántico. El Bismarck y el Tirpitz atacan dos convoyes cerca de Islandia y, tras un incidente con los norteamericanos que pone en evidencia el belicismo de Roosevelt, se internan en el Atlántico. Una escuadra de cruceros italoespañola mantiene un combate indeciso con otra inglesa. Los cruceros vuelven a salir al mar como cebo, y los ingleses se dirigen contra ellos. El almirante italiano Iachino manda una gran flota con cuatro acorazados, pero es atacado por un submarino y sufre averías en varios barcos; al día siguiente la Fuerza H de Sommerville cae sobre ellos; dos acorazados (Littorio y Vittorio Veneto) se retiran con serias averías, pero el Scharnhorst es hundido. Mientras un crucero de batalla inglés intenta destruir a los cruceros hispanoitalianos, pero es sorprendido y hundido por el Bismarck y el Tirpitz. En conjunto son tablas: los ingleses pueden proseguir la evacuación de Portugal aunque tiene muchísimas pérdidas: los españoles contratacan en Canarias con el apoyo de la flota y los ingleses quedan arrinconados en el norte de Gran Canaria y en Lanzarote.

En Inglaterra la situación es cada vez peor sobre todo a causa de las pérdidas causadas por los submarinos alemanes y por los bombardeos. En el continente, se reagrupan fuerzas para un nuevo ataque.

Mientras un policía, cada vez más alarmado, ve que ha cambiado el comportamiento de la red de espías soviéticos, que se prepara para un posible corte de comunicaciones.