Publicado: Mié May 07, 2014 3:27 pm
por Domper
Atasco

Dora, Hans + 10

El fracaso en la toma del Bastión y la decisión de reforzar el cruce al Norte había obligado al general Fürst a desviar el eje de la ofensiva. El tráfico por las carreteras se había saturado y el pésimo firme, maltratado por el paso de cientos de vehículos pesados, hizo reventar las ruedas de varios camiones. Más al Norte se habían tomado los pasos del Canal, pero el sector de la 10ª estaba más expuesto al fuego de la artillería pesada británica.

Como resultado a mediodía las columnas de tanques y camiones se habían detenido, creando un gran embotellamiento que llegaba hasta los arrabales de El Cairo. En el Canal los ingenieros habían conseguido tender dos pasarelas que permitían el paso de la infantería, pero los transbordadores, aun operando a pleno ritmo, solo conseguían hacer pasar a unos pocos vehículos. Los pontones que debían usarse para tender puentes de barcas estaban atascados kilómetros atrás, y las maldiciones que proferían los oficiales no les hacían avanzar ni un metro.

La infantería de la 10ª y de la 20ª había conseguido pasar y consolidaban las posiciones tomadas, apoyadas por el demoledor fuego de la artillería situada en la orilla Oeste del Canal. Pero solo un puñado de tanques habían conseguido pasar, y muy pocas armas de apoyo. Sin ellas los infantes no se podían aventurar en el interior, un terreno prácticamente llano que no ofrecía protección contra los ataques de los tanques.

Dos oficiales se desgañitaban en el cruce de dos pistas mientras el Feldwebel Boehm les impedía seguir. La discusión se enconaba y Boehm dudaba entre seguir gritando, intentar llamar a su teniente, o amenazar con su arma a los oficiales, cuando se detuvo junto a él una motocicleta que llevaba a un alto oficial. El general, muy delgado y cubierto de polvo, llamó al Feldwebel.

—¡Cabo! ¿Por qué no se mueve la columna?

—Mi general —dijo Boehm— la artillería británica está bombardeando la pista y he detenido el tráfico.

—¿Dice que ha detenido el tráfico? ¿Usted por su cuenta?

—Son órdenes del capitán, mi general. Tendrá que esperar a que le autorice a seguir.

—Cabo ¿usted ve mis insignias, verdad que sí? Supongo que le enseñarían que un general tiene más graduación que un capitán ¿lo recuerda? ¡Pues sus órdenes quedan anuladas! ¡Dé paso libre con artillería o sin ella! ¡¡Teniente!! —rugió el general, llamando a uno de los oficiales.

—¿A sus órdenes, mi general! —el teniente se cuadró y si no dio un taconazo fue porque las botas de campaña no se lo permitían.

—¿Qué llevan esos camiones?

—Comida, mi general. Suministros de boca.

—Los soldados ya llevan raciones para dos días ¿y su columna, que lleva? —preguntó al otro oficial.

—Mi genera, mi columna forma parte del *** batallón de intendencia y llevo suministros…

—¡Le he preguntado que qué leches lleva! —el general no aguantaba la incompetencia.

—Suministros varios. Tiendas de campaña, mantas, ropa de repuesto y abrigos…

—Teniente, mis soldados pueden combatir sin tiendas de campaña pero no sin tanques ¡saque a sus camiones de la carretera! ¡Cabo! —gritó el general.

—A sus órdenes, mi general.

El general escribió una nota en su libreta, arrancó la página y se la entregó al Boehm —. Cabo, aquí tiene sus órdenes. Los pontoneros tienen prioridad absoluta y tienen que seguir adelante con artillería inglesa o sin ella. Recorra la columna y aparte a todo el mundo, salvo a los pontoneros, a los que lleven municiones o a los blindados. Si alguien discute, enséñeles este papel ¡Rápido! —el general montó en la moto y se dirigió hacia el sur atravesando el campo, seguido por dos mercedes que traqueteaban entre las piedras..

La nota estaba firmada por el general Erwin Rommel.