Publicado: Mié May 07, 2014 3:25 pm
por Domper
Salto

Dora, Hans + 1:30

Entre los cientos de aviones que sobrevolaban el Sinaí al principio no llamó la atención el paso de un grupo de trimotores, que fueron confundidos con bombarderos italianos. Los trimotores rodearon Suez por el Sur y luego se dirigieron al Norte, evitando las defensas antiaéreas. Sobrevolaron la meseta del Sinaí y luego empezaron a saltar paracaidistas.

Desde lo alto los paracaidistas podían ver la humareda causada por el bombardeo y, a sus pies, el Paso de Mitla. Allí varios cerros pelados dominaban la carretera que ascendía a la meseta, y su posesión daría paso libre al interior de la Península del Sinaí. El coronel Bräuer mandaba el Primer Regimiento de paracaidistas, reconstituido tras las graves pérdidas sufridas durante la operación Morgenstern. En el primer asalto dos compañías de paracaidistas tenían que saltar sobre el paso y tomar posiciones para defender el terreno en el que debían aterrizar los planeadores.

Pero la operación se empezó a torcer desde el primer momento. El fuente viento arrastró a los paracaidistas y causó muchas bajas. Apenas habían llegado a tierra cuando dos autoametralladoras británicas ascendieron por el paso y empezaron a disparar a los soldados. Estos quedaron inmovilizados, aunque al estar en terreno elevado sufrieron pocas bajas.

Según el plan inicial los bombarderos Stuka debían proporcionar apoyo cercano a los paracaidistas, pero las radios se habían dañado en el salto. Los Stuka buscaron blancos de oportunidad pero no vieron a las molestas autoametralladoras. Luego un grupo de bombarderos italianos SM.79 tenía que lanzar sus bombas sobre las posiciones al pie del paso. Pero los SM.79 eran derivados de un avión civil, estibaban las bombas verticalmente, por l oque al caer se dispersaban mucho. Ninguna bomba cayó en su objetivo, pero sí varias en el perímetro ocupado por los alemanes.

Cuatro horas más tarde saltaron dos compañías más, pero el enemigo estaba alerta y las recibió con fuego automático. Más de la mitad de los paracaidistas cayeron antes de enlazar con los soldados de Bräuer. Dos Fallschirmjäger llevaron un prisionero, que dijo ser neozelandés: el paso estaba ocupado por la mejor brigada del Ejército Británico de Palestina.

En las siguientes horas los neozelandeses lanzaron dos ataques que fueron rechazados por los paracaidistas, hasta que la falta de municiones les obligó a retirarse a los cerros. Desde allí pudieron ver una columna de camiones y tanques que cruzaba el paso dirigiéndose hacia el Canal.