Publicado: Mié May 07, 2014 3:24 pm
por Domper
Llave

Dora, Hans + 0:50

Los cuarenta zapadores del teniente Sander salieron de las trincheras en las que habían esperado durante la noche y corrieron hacia el canal llevando sus botes plegables, protegidos por un alud de fuego lanzado por la artillería del Pacto. Al llegar a la orilla botaron sus lanchas, montaron en ellas y empezaron a remar, mientras miraban con recelo los proyectiles que estallaban en la orilla contraria. Los zapadores sabían que un soldado tiene más posibilidades de sobrevivir si se arrima lo más posible a la barrera de artillería, para poder asaltar la posición enemiga sin dar tiempo a sus defensores de prepararse. Era mejor sufrir bajas por acercarse demasiado al fuego propio que permitir al contrario organizar al defensa. Pero siempre aterraba acercarse a una cortina de fuego de artillería, temiendo que un proyectil cayese corto.

Al la cercarse a la orilla Sander lanzó dos bengalas de color verde. Pocos segundos después las explosiones se alejaron de la orilla y se desplazaron hacia el interior, uniéndose a la artillería italiana en el chaparrón de acero que caía sobre la posición australiana bautizada como “el Castillo”. Los morteros lanzaron proyectiles fumígenos para enmascarar el desembarco, y todas las frágiles embarcaciones llegaron a la orilla opuesta en medio de una nube de irritante humo químico.

Sin perder un momento los sargentos ordenaron a los soldados que abriesen camino con torpedos Bangalore: eran tubos de acero rellenos de explosivo, con asas a los lados. Los zapadores los situaban ante ellos, encendían las mechas y se refugiaban, y al estallar hacían detonar por simpatía las pocas minas que los nadadores de Romani o la barrera artillera habían dejado incólumes. Aunque no todas las minas habían sido destruidas, y allí sufrió la sección sus primeras tres bajas.

Otros torpedos Bangalore, introducidos bajo las alambradas, abrieron paso al foso. Los zapadores lo cruzaron saltando, unos segundos después que la artillería alargase sus fuegos. Llegaron hasta los blocaos justo cuando empezaban a asomar las armas australianas, y empezaron a lanzar cargas explosivas por las troneras. Tras unas pocas explosiones los soldados enemigos salieron por la parte trasera con sus brazos en alto.

En los siguientes treinta minutos los zapadores redujeron las posiciones del blocao. Entonces Sanders lanzó una bengala verde: el paso estaba expedito.