Publicado: Sab Abr 26, 2014 4:19 pm
por Domper
Hans menos cuatro

17 de Mayo de 1941

Alan Brooke odiaba los hábitos nocturnos de su Primer Ministro. Tenía que trabajar todo el día en el Estado Mayor Imperial, pero el noctámbulo Churchill le obligaba a despachar por la noche. Alan Brooke no solía volver hasta su residencia hasta las tres o las cuatro, con apenas tres horas por delante hasta la siguiente jornada. Eso si podía volver, que esa noche sería imposible.

Londres estaba soportando el peor ataque desde el inicio del Blitz. Los bombarderos alemanes pasaban uno a uno sobre la ciudad lanzando su carga mortal. Las bombas de alto explosivo hacían temblar las paredes, mientras las incendiarias lanzaban destellos como flashes de fotografía. Los crecientes incendios iluminaban la ciudad con su luz rojiza, mientras los londinenses, refugiados en túneles del Metro o temblando en sus refugios Anderson, temían la caída de la siguiente bomba. Los reflectores horadaban la noche buscando aviones alemanes, y la artillería antiaérea añadía sus ladridos al estruendo.

El Primer Ministro disponía de un cómodo y seguro refugio, pero había subido a la azotea para observar la incursión, mientras sus ayudantes intentaban que se refugiase, temiendo que cualquier fragmento de metralla acabase con su vida. Alan Brooke intentaba hacerse escuchar por un entusiasmado Churchill.

— Sir Winston, escúcheme, por favor. Estamos casi seguros que los alemanes van a intentar cruzar el Canal. Los alemanes están acumulando una montaña de suministros en su orilla. Los italianos siguen atacando a los australianos en el Delta del Nilo pero con menos espíritu. Creemos que se están preparando para el ataque real.

Churchill siguió mirando — ¡Ahí cae un alemán!

— Primer Ministro, necesito su autorización para retirar a los australianos del Delta y reforzar con ellos las defensas del Canal.

— ¿No me dijo lo mismo de los sudafricanos? Tuve que suspender la ofensiva en Etiopía, ahora que iba bien, para mandarlos a su dichosa Aqaba. Ese lugar me suena a Lawrence de Arabia

— Los sudafricanos son imprescindibles para defender Aqaba, y además está costando mucho descargar su equipo. Necesito retirar a los australianos para reforzar la escarpa de Suez, y enviar a la brigada neozelandesa a Aqaba.

—¿Tan importante es ese puerto? — dijo Churchill.

— Es nuestra única vía segura de aprovisionamiento o de retirada.

— ¿Retirarnos de Suez? Ni por asomo.

Alan Brooke se resignó. Llevaba días diciendo que la posición en Palestina era insostenible. Intentaría otra cosa —. Al menos déjeme retirar a los soldados de Creta. Nuestros destructores de Haifa pueden hacerlo si dejan su material. Pero en Creta están atrapados. Al menos me gustaría llevarlos a Chipre.

— Lo tendré en cuenta — dijo Churchill — ¡Mire, otro más, los boches lo están pagando caro!

Más caro lo pagaban los ingleses, pensó Alan Brooke mientras se retiraba. Iba a hacer planes para retirarse de Oriente Medio le gustase a Churchill o no.