Publicado: Sab Abr 26, 2014 4:13 pm
por Domper
Dora menos dos

15 de Mayo de 1941

Al soldado Freech no le gustaba que su pesado cañón disparase. Aunque el alcance de su sFH 18 le mantenía fuera del alcance de la mayoría de los cañones ingleses disparar a veces desencadenaba duelos artilleros que mal podían acabar. Además los proyectiles de 15 cm pesaban un quintal, levantar esos obuses de 45 kg era agotador.

El soldado veía la montaña de proyectiles que se acumulaba tras su cañón. Por lo menos había un millar, e iba a tener que cargarlos todos. Temblaba con solo pensarlo. Pero por ahora su cañón solo disparaba de vez en cuando. Incluso Freech sabía que la balística no era una ciencia exacta, y que los primeros disparos solían caer muy lejos de donde se pensaba. Los mapas raramente eran precisos, y el cañón o el objetivo podían estar más cerca o más lejos de lo que pensaban. Para eso estaban los tiros de corrección: el cañón empezaba a disparar sobre su objetivo, y los observadores avanzados decían si los disparos caían cortos o largos. Una vez conseguido el alcance exacto y corregida la desviación causada por el viento, se empezaba a disparar a toda velocidad hasta destruir el blanco asignado.

Pero lo malo de los tiros de corrección es que alertaban al enemigo. Los soldados se refugiaban en los agujeros tan hondos que los cañones de campaña solo los destruían con raros impactos directos. Disparar más no era la solución, porque una barrera de artillería prolongada avisaba al mando enemigo de lo que ocurría y, cuando la posición era destruida, los atacantes se encontraban con otra fortificación igual un poco más atrás.

Pero a alguna alma condenada se le había ocurrido que se podía reglar el tiro sin alertar al enemigo. Bastaba con simular duelos artilleros, disparando contra objetivos alejados del real, y comprobar la desviación de los proyectiles. Luego se iba a las tablas, se calculaba el alcance del objetivo que, cuando se iniciase la preparación artillera, sería alcanzado por un montón de proyectiles sin previo aviso.

Por eso Freech seguía cargando proyectiles para disparar contra el desierto del otro lado del Canal.