Publicado: Mié Mar 26, 2014 4:19 pm
por Domper
Solución a la yugoslava

26 de Marzo de 1941

El general Simovic se dirigía en su coche oficial al Beli Dvor, el Palacio Blanco, residencia del Príncipe regente Pablo. Mandado construir por el difunto rey Alejandro II, había sido finalizado cuatro años antes, pero la reina viuda y su hijo se habían negado a trasladarse y residían en el cercano Palacio Real.

Simovic era uno de los militares serbios más prestigiosos. Veterano de las guerras de los Balcanes y de la Primera Guerra Mundial, había sido el fundador y jefe de la Fuerza Aérea Yugoslava. En 1939 había sido designado Jefe del Estado Mayor del ejército. Simovic fue encargado de la defensa de su país frente a posibles ataques de los contendientes, pero las medidas que tomó estuvieron dedicadas casi exclusivamente a la defensa contra alemanes e italianos: el general recelaba del expansionismo germano, pensando que el régimen nazi querría la devolución de los territorios de la antigua corona austríaca y que ahora formaban parte de Yugoslavia.

Pero Simovic no solo tenía que prepararse para combatir al enemigo externo, sino al interno. Los croatas no aceptaban unirse a los serbios y seguían empecinados en su catolicismo rechazando a la única iglesia, la ortodoxa. El Partido Campesino Croata había conseguido tal preeminencia que el príncipe regente había cedido, concediéndoles la autonomía. No solo Simovic veía esa medida como una traición a la tradición serbia, en las salas de banderas de los cuarteles arreciaban las protestas. Unos días antes su antiguo subordinado y famoso conspirador, el general de la fuerza aérea Mirkovic, le había pedido que dirigiese un golpe de estado que depusiese al Regente. Simovic declinó la oferta, pero tampoco denunció a Mirkovic: iba a darle una oportunidad al Príncipe Pablo.

Pero el Príncipe había acabado por plegarse a las pretensiones alemanas. El regente aceptó viajar a Viena para reunirse con Goering. Varios ministros presentaron su dimisión como protesta, y Simovic llamó a Mirkovic: en cuanto se anunciase la forma del Pacto de Aquisgrán el general Simovic lideraría al ejército contra el regente Pablo.

Se esperaba para hoy la declaración conjunta que sería el detonante del golpe, pero el regente había vuelto inopinadamente a Belgrado la noche anterior y le había mandado llamar. Tal vez el regente había rechazado las pretensiones alemanas y le llamaba para organizar la defensa. Si era así, aun estaba a tiempo de llamar a Mirkovic y parar el golpe.

De repente el coche se paró. Simovic preguntó a su conductor — ¿Por qué se detiene? — el conductor respondió — Hay un control y están inspeccionando los vehículos —Simovic no estaba para tonterías —. Soldado, toque la bocina y siga adelante.

El soldado intentó obedecer la orden, pero tres policías con subfusiles se plantaron ante el coche. Simovic descendió.

— ¿Qué hacen ustedes? ¡La policía no puede detener a un coche oficial del Ejército! Soy el general Simovic y tengo una cita con el Príncipe Regente ¡apártense inmediatamente!

El general vio como uno de los policías asentía y daba una orden. Los policías apuntaron sus subfusiles y dispararon. Mientras caía, Simovic comprendió que los policías hablaban en alemán, y que todo era una trampa. Intentó abrir su cartuchera, pero le fallaron las fuerzas.