Publicado: Lun Mar 17, 2014 4:02 pm
por Domper
Capítulo 11. Reacciones

Sinceridad


27 de Febrero de 1941

El Primer Ministro Sir Winston Churchill se dirige a los honorables miembros del la Cámara de los Comunes

— Ujier, abra las puertas. Nuestra Gran Nación, fuerte en la adversidad y magnánima en la victoria, tiene que escuchar estas palabras.

Los ujieres abren las puertas de la cámara, tras las que se agolpa una multitud de curiosos. La tribuna está llena de visitantes y periodistas. También están presentes los embajadores de las potencias neutrales. La radio alemana afirmaba haber derrotado al ejército y la marina ingleses en el Mediterráneo, y todo el mundo quería oír las explicaciones de Churchill-

— Compatriotas, hemos sufrido una gran derrota.

Los murmullos corrieron por la sala. Los rumores eran ciertos. Churchill siguió.

— El pasado día doce un ejército italoalemán de quince divisiones atacó al XIII Cuerpo en la frontera entre Libia y Egipto. Nuestras tropas, comandadas por el General O’Connor, combatieron con decisión, rechazando los asaltos italianos y alemanes y posteriormente contraatacando. El XIII Cuerpo rompió el frente del ejército italiano, cuyas tropas se desbandaron. Hicimos más de tres mil prisioneros y capturamos grandes cantidades de material.

— Sin embargo — Churchill no dejó que la audiencia se complaciese en la fugaz victoria — un ejército de tanques alemán atacó al XIII Cuerpo por el Sur. Nuestros tanques salieron a su encuentro, pero fueron derrotados tras una durísima batalla, en la que los alemanes perdieron la mitad de sus fuerzas. Pero el resto avanzó rápidamente por la costa dirigiéndose hacia Alejandría. O’Connor tuvo que cesar su ofensiva y retirarse para crear una línea defensiva a 100 millas al Este de Alejandría. Pero los tanques alemanes, de nuevos modelos nunca vistos, avanzaron rápidamente y desbordaron a las tropas de O,Connor.

La sala se quedó silenciosa mientras Churchill seguía con su relato.

— Simultáneamente los alemanes lanzaron paracaidistas sobre los oasis del Nilo, algo al Sur de El Cairo. Nuestra guarnición se defendió bravamente y casi consiguió aniquilar a los atacantes, pero eso les impidió acudir a la costa a apoyar a O’Connor. Por ello los tanques alemanes siguieron su avance y embolsaron al XIII Cuerpo en Fuka. El Teniente General Wawell, al mando del Middle East Command, corría riesgo de ver cercadas el resto de sus tropas, lo que permitiría a los alemanes avanzar por Palestina y Mesopotamia hacia el Golfo Pérsico. Por ello el general Wawell ordenó la retirada de sus tropas al Canal de Suez, donde pudieron detener el avance alemán.

El silencio seguía mientras la Cámara esperaba peores noticias.

— La obligada retirada del General Wawell dejó al XIII Cuerpo de O’Connor aislado en Fukay la Royal Navy tuvo que abandonar la base naval de Alejandría. Durante la retirada la Mediterranean Fleet fue atacada repetidamente por submarinos y aviones del Eje y perdió el acorazado Warspite, los portaaviones Hermes e Illustrious, el crucero Coventry, los monitores Erebus y Terror, tres destructores y otros buques auxiliares. Me complace decir que las dotaciones de esos buques han sido rescatadas casi al completo, pero la Mediterranean Fleet ha dejado de existir como fuerza. Los buques supervivientes, entre los cuales están los acorazados Valiant y Barham, han tenido que retirarse al Mar Rojo.

Las lágrimas corrieron por las mejillas de varios espectadores. El ejército podía sufrir derrotas, pero no la Royal Navy.

— Tras la retirada de la flota solo quedaron en el Mediterráneo buques menores, que gallardamente intentaron socorrer al XIII Cuerpo. Pero la flota italiana, ya sin miedo a nuestros acorazados, salió de su base y cortó la línea de suministros. Sin esperanza de rescate, el XIII Cuerpo se rindió ayer. Han sido capturados 36.000 soldados.

En las gradas se empezaron a escuchar protestas contra el Premier, pero Churchill siguió.

— El general Wawell, reforzado por tropas imperiales y por la Legión Árabe, ha conseguido formar una línea defensiva en el Canal de Suez y en el Delta del Nilo y ha conseguido rechazar los ataques alemanes. Nuestra posición en Palestina no corre peligro.

Ahora Churchill sube el tono

— Compatriotas, lamento repetirlo, pero hemos sufrido una gran derrota. Hemos perdido nuestra posición en Egipto y, sobre todo, miles de valientes. Pero no hemos perdido la guerra. Las bases de Haifa y de Chipre nos permiten seguir controlando el Mediterráneo, y nuestro cuerpo expedicionario en Grecia está preparado para expulsar a los aliados de los Balcanes. Nuestra marina sigue dominando las olas, y los convoyes siguen afluyendo a nuestros puertos desde medio mundo, mientras que los barcos con la Union Jack bloquean al enemigo, llevándolos hacia la miseria. Con la ayuda de Estados unidos, el Imperio está unido en la lucha contra el expansionismo de Goering…

Las miradas buscan a Joseph Kennedy, embajador norteamericano, presente en la galería, pero este intenta rehuirlas

— Alemania ha llegado a su límite. Más allá de Suez la bandera británica ondea por miles de kilómetros. Es ahora cuando el orgullo y la tenacidad inglesa derrotarán la barbarie huna. Porque ¿qué han conseguido los teutones? Han conquistado un desierto, han llegado un río, han tomado la misma ciudad que ya vio a Napoleón vencer y ser derrotado. Mientras tendrán que vigilar sus espaldas, porque tras las arenas de sus playas la Royal Navy les acecha. Desde el mar la fuerza del Imperio les seguirá acosando hasta que el mundo libre se une contra la opresión germánica.

El orgullo despierta en los corazones de los asistentes, que empiezan a vitorear.

— Honorables Parlamentarios, la lucha que queda será larga y triste, pero alumbrará una nueva era. Esa lucha necesita un liderazgo firme, por lo que os pido que confirméis vuestra confianza en el actual gobierno.