Publicado: Mié Mar 12, 2014 3:51 pm
por Domper
¿Qué demonios está pasando?

21 de Febrero de 1941

— ¡Necesito ver inmediatamente al Almirante Cunningham! — El Rear Admiral Elliot insistía ante el ayudante, que le negaba el acceso.

— Contraalmirante, el Almirante está muy ocupado. Un submarino ha detectado un acorazado italiano cerca de Creta, y la flota va a salir al mar para proteger nuestros convoyes a Grecia.

Capitán de fragata — Elliot pronunció cuidadosamente el cargo del ayudante para indicar la diferencia de grado —. ¡Déjeme pasar! — Elliot ignoró las protestas del ayudante y entró al despacho.

— Almirante Elliot ¿Qué es tan urgente para que interrumpa la reunión? — El Almirante Cunningham estaba reunido con varios oficiales de elevada graduación — ¿Ha conseguido limpiar esas dichosas minas o no?

— Almirante, esto es mucho más importante que esas minas ¿No ha notado la agitación en la ciudad?

— No, estaba muy ocupado. Como debiera estarlo usted — respondió agriamente Cunningham —. Mientras no limpie el puerto mis barcos no pueden moverse con seguridad.

Elliot ignoró la descortesía. — Pues yo sí he notado la agitación. Columnas de camiones están cruzando la ciudad y se dirigen hacia el Este. Además el Ejército está retirando los cañones antiaéreos del puerto.

— ¿Qué está retirando los antiaéreos? ¿Cómo pretende que nos defendamos de los aviones italianos?

— Si solo fuese eso. Al ver todo ese jaleo he intentado hablar con El Cairo, pero la línea debe estar cortada. Por eso he ido a hablar con el coronel Bowdich, al mando de la antiaérea…

— Ya sé quien es el coronel. Abrevie.

— Pues eso, que he ido a hablar con el coronel, y me ha dicho que tiene órdenes de retirarse a Port Said. Por lo visto el Ejército ha sido derrotado por completo en el desierto y los alemanes están lanzando paracaidistas sobre el Cairo. Wawell ha ordenado retirarse al Canal de Suez.

Cunningham no daba crédito a la noticia — El ejército ¿se retira a Suez? ¿Y la flota? ¿Es que no pensaban advertirnos? Sabía que algo pasaba, porque Wawell me había pedido que enviase barcos de apoyo a Mersa Matruh pero ¿Retirarse? ¡Capitán Barton! — gritó a su ayudante — ¡Póngase en contacto inmediatamente con el general Wawell y confirme la noticia! — Se dirigió al contraalmirante — Elliot, inicie los preparativos para destruir todo lo que no podamos llevar. — El contraalmirante Elliot ignoró la nueva descortesía y salió inmediatamente: había mucho que hacer.

Los peores temores de Cunningham de confirmaron. El día anterior una pequeña fuerza paracaidista alemana había saltado cerca de El Cairo, y había creado tal pánico que el Ejército empezó a abandonar la ciudad. Ante el peligro de cerco también se retiraron los neozelandeses de El Alamein. Con la confusión nadie había pensado en avisar a la flota.

Afortunadamente los barcos estaban preparados para salir al mar. En seis horas el Valiant, el Barham y la mayor parte de los cruceros, destructores y submarinos saldrían hacia Port Said y luego hacia Suez. El Illustrious, que tras las reparaciones de emergencia podía alcanzar los veinte nudos, se uniría a la flota. Por desgracia ni el Hermes ni el Warspite podrían hacerlo. El Hermes estaba apoyado en el fondo del dique seco destruido. En el Warspite no habían podido ser parcheados los daños causados por el torpedo alemán, y se había desembarcado el combustible y la munición como paso previo a su entrada en el dique seco. Preparar el barco para salir al mar llevaría dos o tres días.

El Almirante Cunningham se resignó a ordenar la demolición de los restos del Hermes, pero se resistía a abandonar el Warspite. Ordenó que los remolcadores lo sacasen del puerto, y que luego el crucero York lo remolcara hasta Port Said. Como escolta asignó tres corbetas y a los monitores Erebus y Terror, veteranos de la Primera Guerra Mundial.