Publicado: Mié Mar 12, 2014 3:51 pm
por Domper
Un oasis demasiado lejano

18 de Febrero de 1941

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Un Oasis demasiado lejano es una película de 1977 dirigida por Werner Herzog, basada en el libro homónimo de Joachim Fest, ganadora de tres premios Goethe a la mejor dirección, a la mejor fotografía y al mejor actor secundario.

La película cuenta la historia de la costosa operación Sand-Blume, el asalto paracaidista alemán para tomar un oasis junto al río Nilo durante la Batalla de las Pirámides, la invasión de Egipto, en la Guerra de Supremacía. El nombre del libro y de la película procede de un comentario hecho por el Generaloberst Kurt Student, al mando del XI Fliegerkorps, al ser reprendido por el Mariscal Erich Von Manstein ante las bajas sufridas durante la operación: “No pensé que atacábamos un oasis demasiado lejano”


Trama

La película comienza con una descripción del curso del año y medio de guerra. Tras el éxito en la Batalla de Francia, Alemania no consiguió derrotar a Inglaterra mediante ataques aéreos, e Italia fracasó en su ofensiva desde Libia. El OKW (Oberkommando der Wehrmacht), liderado por el Statthalter Hermann Goering, decide que un desembarco en Inglaterra será inviable a medio plazo, por lo que se decide atacar sus posesiones coloniales, expulsando a los ingleses del Mediterráneo mediante una ofensiva en Egipto, que encomendó al Mariscal Von Manstein.

Von Manstein había planeado una batalla de envolvimiento, pero temía que el ejército inglés se retirase y se consolidase en el estrecho de El Alamein. Por ello decidió lanzar una ofensiva de distracción por la cadena de oasis del desierto egipcio hasta llegar al Nilo. El ataque alemán tras las líneas británicas tenía como objetivo distraer a los británicos y favorecer un avance fulminante sobre la capital de Egipto, El Cairo, y así impedir la retirada inglesa. La operación incluiría un desembarco de 7.000 paracaidistas sobre los oasis del desierto, creando así una “alfombra de paracaidistas” que permitiría el avance rápido de una columna motorizada que llegaría a El Cairo por el Sur. El último de los oasis atacados sería el de El Fayum, que está conectado con el valle del Nilo y próximo a la capital.

Mientras el general Wawell, jefe del Ejército Británico en Egipto, estudia la situación en el Cairo. Acosado por el intrigante Primer Ministro Churchill ha tenido que atacar a las tropas del Pacto de Aquisgrán en Libia, siendo estrepitosamente derrotado. Wawell descubre que la mayor parte de su ejército ha sido rodeado, y que sus reservas han sido enviadas a Grecia por orden del imprudente Primer Ministro. Wawell ordena la vuelta de esas reservas y el despliegue de las escasas tropas que posee, mientras ve por la ventana las primeras señales de pánico.

Mientras el General Student prepara sus tropas para el asalto. El coronel Meindl, al mando del regimiento que debe atacar el oasis de El Fayum, muestra sus dudas sobre la operación, considerando que su regimiento estará demasiado expuesto a un contraataque británico. Student intenta tranquilizarle y expresa su deseo que el éxito de la Operación Sand-Blume permita la formación de una nueva rama de las Fuerzas Armadas alemanas, la aeromóvil.

En el desierto, el Oberstgeneral Erich Von Manstein, junto con teniente general italiano Annibale Bergonzoli, apodado “barba eléctrica”, miran como pasa una columna de prisioneros ingleses. Von Manstein alaba el valor de los soldados italianos, que han resistido el ataque de Wawell y ha permitido que los Panzer alemanes rodeen y derroten al ejército inglés. Bergonzoli agradece el cumplido, e informa al general Von Manstein que una columna italiana ha conquistado el oasis de Siwa, y que es el momento de lanzar la operación Sand-Blume. Von Manstein responde que la victoria ha sido tan completa que la operación paracaidista no es necesaria, y que va a solicitar al OKW autorización para anular la operación.

En Berlín el Mariscal Ludwig Beck, jefe del OKW, recibe la llamada de Von Manstein. Tras aceptar sus argumentos, Beck anula la operación Sand-Blume.

En Libia un oficial de inteligencia, en la película llamado mayor Meier (realmente Gottfried Meintl, pero se cambió su nombre para evitar confusiones), alarmado por los informes suministrado por los beduinos, ha ordenado un reconocimiento a baja altura sobre El Fayum. Muestra a Student las fotos en las que se ven trincheras y fortificaciones. Student cree que las posiciones están vacías, y sigue con los preparativos. En ese momento se recibe una llamada del cuartel general alemán, anulando el asalto. Student le dice a Meier “quieren matar mi proyecto, pero no lo conseguirán”. Student intenta llamar a Berlín para hablar directamente con el Statthalter Goering, pero no lo consigue. A pesar de ello simula hablar con el Statthalter y ordena despegar a los aviones cargados de paracaidistas.

El General Von Manstein recibe una llamada de Student, con el ruido de los motores de avión como fondo. Student le dice que ha iniciado Sand-Blume tras recibir autorización directa del Statthalter. Von Manstein comenta con su ayudante el coronel Von Tresckow que los paracaidistas van a morir sin necesidad, pero que no puede dejarles solos, por lo que ordena que se ponga en marcha Sand, la fase terrestre de la operación. Finalmente le dice a Von Tresckow “diga a los tanquistas que se den prisa o solo encontrarán los cadáveres de esos valientes”.

En el oasis de Bahariya los paracaidistas saltan y lo encuentran casi vacío. Solo unos pocos soldados del ejército egipcio lo defienden y, al ver saltar a los alemanes, tiran sus armas y se rinden. Sin embargo El Fayum está defendido por una unidad australiana, que abre fuego al acercarse los aviones alemanes. Uno tras otro, los Junkers son derribados. Los paracaidistas saltan de los aviones en llamas, pero los soldados australianos los usan como blanco de sus fusiles. Dos paracaidistas caen delante de unos australianos. Los paracaidistas, desarmados y con el uniforme hecho jirones, levantan sus manos, pero el sargento australiano ordena matarlos a bayonetazos, diciendo “clavádsela en la barriga para que mueran despacio”. Finalmente un grupo de alemanes, con el coronel Meindl al frente, toman tierra y consiguen organizarse. Atacan a la sección australiana y matan al sargento, pero entonces ven una columna de camiones que se aproxima desde el Norte. Meindl ordena a sus tropas ocupar las posiciones inglesas. Cuando un teniente le pregunta a donde retirarse si les rodean, Meindl le responde “a la tumba”.

Mientras la primera fase de la operación Sand transcurre sin problemas. La columna alemana atraviesa el oasis de Siwa mientras los soldados italianos los vitorean. Se dirige hacia Bahariya, pero poco después una tormenta de viento cubre el camino de arena y fuerza a detenerse a la columna. En uno de los vehículos un sargento le dice a su capitán “esos valientes de El Fayum tendrán que esperar”. El capitán responde “nosotros no podemos esperar” y baja con una pala. De los camiones saltan los soldados que, con palas y palancas, consiguen desatascar los vehículos. Pero delante de la columna solo se ve un inmenso desierto vacío.

En El Cairo un ayudante le dice al general Wawell que no es posible detener a los Panzer alemanes. Entonces el general ve pasar los Junkers alemanes. Sabiendo que estaba todo perdido, Wawell ordena retirarse al Canal de Suez. El ayudante le dice que los paracaidistas alemanes han tomado El Fayum y le pregunta “¿Qué hacemos con los paracaidistas alemanes del oasis? Nuestro contraataque va a empezar enseguida”. Wawell medita y dice “Siga con el contraataque, que destruyan a los paracaidistas antes de que puedan recibir ayuda y luego se retiren hacia el Sur”.

La columna alemana llega al oasis de Bahariya, donde enlaza con los paracaidistas, que están siendo aprovisionados por aviones Junkers que han aterrizado en una pista improvisada. Estos se amontonan en los camiones, pero no queda gasolina. El coronel Brauer pregunta que tipo de combustible usan los camiones, y ordena que los camiones llenen sus depósitos con el combustible de los aviones. Un sargento protesta, diciendo que eso quemará los motores. El coronel Brauer le espeta “a qué tiene más aprecio, a su maldito camión o a los camaradas que luchan en El Fayum”. El sargento baja la mirada y ayuda a cargar los bidones de gasolina.

En El Fayum las tropas de Meindl resisten ataques de la infantería inglesa, que son rechazados pero a costa de graves pérdidas. Finalmente tres tanques ingleses entran en la posición. Un teniente le dice al coronel Meindl que ya no queda munición para los cañones, y que las balas no pueden detener a los tanques. Meindl responde “las balas no pero el valor sí”. Toma dos bombas de mano y corre hacia el primer tanque. Lanza las bombas sobre la rejilla del motor y el tanque se incendia, pero entonces es alcanzado por una bala y cae. Los otros dos tanques se retiran. El coronel, malherido, es rescatado. Su ayudante le señala una nube de polvo al Este y le dice que ya no queda munición. El coronel ordena que saquen las bayonetas. Los paracaidistas aferran sus cuchillos, cuando se ve como de la nube de polvo surge un Kubelwagen alemán. Meindl pide que le suban al coche diciendo “yo os llevaré hasta el Nilo” pero pierde el conocimiento.

En la siguiente escena el coronel Meindl despierta en un hospital de campaña. Meindl lamenta haber tenido tantas bajas, y teme ser recordado con el coronel que perdió su regimiento. Entonces una enfermera le anuncia una visita: es el Mariscal Von Manstein, que le felicita y le condecora con la Cruz de Caballero. La película acaba mostrando a los paracaidistas alemanes desfilando ante las Pirámides.