Publicado: Jue Mar 06, 2014 8:11 pm
por Domper
Un mar de posibilidades

30 de Noviembre de 1940

Caballeros, gracias por venir — el mariscal Goering preside la reunión —. Desearía escuchar sus informes ¿Ministro Todt? ¿Alemania necesita ese petróleo? ¿Sería posible extraerlo y transportarlo?

— Canciller — Todt era de los pocos que rechazaban usar el nuevo título de Goering —. Ese ha sido el mejor presente que Alemania podría recibir. En la actualidad Alemania tiene suficiente petróleo para sus necesidades, tanto las internas como las de la industria o el ejército…

— Ministro Todt — interrumpe el almirante Marschall —. La marina solo tiene reservas de combustible para unos meses de operaciones.

— Gracias, almirante, tomo nota de sus necesidades. Como decía, Alemania tiene por ahora suficiente petróleo, incluso estamos vendiendo un poco a Suecia a cambio del mineral de hierro. Pero el petróleo procede de fuentes que no controlamos. Nuestra fuente principal de abastecimiento es el campo de Ploesti en Rumania. Aunque Rumania es ahora nuestro aliado sabrá de la inestabilidad de su régimen, hasta tal punto que puede ser preciso su ocupación militar…

— ¿Es así, mariscal Beck? —pregunta Goering.

— Sí, Statthalter. No tenemos tropas asignadas expresamente para ello, pero gran parte de nuestro ejército está en Alemania preparando una posible ocupación de los Balcanes. Además los campos de Ploiesti están demasiado cerca de la frontera soviética, especialmente tras su invasión de Besarabia. Apenas 150 km separan a los rusos de Ploiesti. Aunque el ejército de Stalin haya actuado tan mal en Finlandia el año pasado, un ataque relámpago podría llegar a los campos de petróleo y capturarlos sin darnos tiempo a intervenir. Tal vez conviniera situar una fuerza alemana para su defensa.

— Ministro Von Papen ¿Sería factible?

— No se lo recomiendo, Statthalter, la posición del Conducator Antonestu es inestable tras su golpe de estado. Nuestra presencia podría desencadenar una crisis. Además una intervención alemana en Rumania nos pondría en mala posición ante el Pacto de Aquisgrán.

— Luego no podemos confiar en el petróleo de Ploiesti ¿Cuál es la otra fuente, ministro Todt?

— La propia Unión Soviética nos está enviando petróleo del Cáucaso, a través del Mar Negro y del Danubio. Este aporte de petróleo es todavía menos seguro que el de Ploiesti, y sigue la misma ruta fluvial. Si lo desease Stalin podría dejar a Alemania sin apenas fuel. Nuestras reservas son apenas suficientes para tres meses de operaciones. Estamos produciendo una pequeña cantidad de petróleo a partir del carbón, pero es un método ineficiente e insuficiente para lo que necesitamos. Por eso decía que ese petróleo sería como un regalo de Navidad.

— Tengo entendido que no todo el petróleo es de la misma calidad —. dice Goering.

— Canciller, mi fuerte no es la geología, pero por lo que pone en el informe el petróleo de Libia es de calidad excelente, muy rico en fracciones ligeras, es decir, gasolina. Es mejor que el que se extrae en el Golfo Pérsico. No exageraba ese geólogo al decir que podría usarse en barcos y en algunos motores sin refinarlo. Además el petróleo parece estar en capas no demasiado profundas y se podría empezar a extraer en poco tiempo. Los campos están al lado de la costa y no muy lejos del puerto de Bengasi. Si es cierto que ahí hay suficiente petróleo, y se dedican suficientes recursos, este podría empezar a llegar a Alemania en seis o a lo sumo doce meses.

— Gracias. Ministro Von Papen, me gustaría saber el impacto que puede tener un hallazgo así en nuestros aliados ¿Convendría informar a los italianos, o mejor nos quedamos con Libia?

— Statthalter, le ruego que ni considere esa idea. Sería un desastre diplomático que nos haría perder las adhesiones que con tanta dificultad estamos consiguiendo. Además necesitamos a Italia y a su flota para transportar el petróleo, y luego tendríamos que usar sus líneas férreas al menos mientras sigamos en guerra con los ingleses. Al contrario, si Alemania informa a los italianos del hallazgo y ofrece simplemente la cooperación tendría un gran impacto propagandístico. Podríamos negociar alguna cláusula no demasiado opresiva pero que nos garantizase suficiente petróleo al mismo precio o más barato que el que compramos en Rumania. Pero el hallazgo tiene mucha más relevancia.

— Siga, por favor—. Goering estaba intrigado.

— Stathalter, la escasez de petróleo tiene una enorme trascendencia política. Nuestros enemigos han sido bendecidos por la naturaleza, e ingleses, americanos, holandeses y rusos tienen todo el petróleo que puedan desear. Al contrario, salvo Ploiesti apenas hay otras fuentes en Europa, y Japón no tiene casi nada. Inglaterra y Estados Unidos están usando el petróleo como arma política para presionar a otros países. Este hallazgo les despojaría de esa arma.

— Va a ser difícil enviar petróleo a Japón.

— Es evidente que solo la derrota inglesa lo permitiría, pero es forma de atraernos a Japón a nuestro bando. Pero tenemos necesidades más urgentes. Statthalter, en mi informe de la semana pasada le comuniqué la situación crítica a la que están llegando nuestros aliados. Italia solo dispone del petróleo rumano que les cedemos, que es insuficiente para sus necesidades. Su marina está acabando las reservas y pronto no podrá efectuar operaciones a gran escala. Otros están peor, los españoles también nos están pidiendo más petróleo. Al entrar en guerra han dejado de recibirlo de América y el país está paralizado. Según su embajador si no reciben petróleo y alimentos en los próximos tres meses esta primavera empezará a morir gente de hambre.

— ¿Tan mal están?

— Excelencia, perdone mi intromisión — dice Schellenberg — pero según mis fuentes la situación en España es peor todavía de lo que ha dicho el ministro. No quedan reservas de petróleo, apenas producen carbón de mala calidad. Han tenido que restringir incluso la circulación de sus trenes por lo que no pueden distribuir sus magras reservas de alimento. Este invierno los hogares españoles no disponen de carbón para calentarse y apenas para cocinar. Como no tienen gasolina para sus pocas máquinas agrícolas se piensa que la próxima cosecha va a ser mala. Lo peor es que varios generales monárquicos han empezado a intrigar contra Franco y buscando un acercamiento a Inglaterra. Hasta he tenido noticias de contactos informales mediante la embajada de Lisboa.

— Statthalter — dice Marschall —. Confirmo las afirmaciones del general. El Almirante Moreno me ha comunicado que el crucero Canarias no va a efectuar nuevas operaciones por carecer de combustible. Por ello están retirando su flota al Mediterráneo, para no exponerla a ataques. Su costa ha quedado sin protección, y de eso se están aprovechando los comandos ingleses.

— Ministro Todt ¿Podríamos socorrer a los españoles? — pregunta Gpering.

— Solo a costa de dejar nuestras reservas al límite.
Excelencia — dice Von Papen —. Recomiendo que lo hagamos, dándole la mayor publicidad posible. Insisto en el efecto en nuestros aliados, especialmente en Francia, que también necesita petróleo urgentemente.

— Ministro, vamos a ayudarles. Reúnase con el embajador español para que les comunique sus necesidades, pero sin burlas, que sea solo lo estrictamente necesario. Mariscal Beck, es su turno ¿Son seguros los campos de petróleo de Libia?

— Actualmente no. Los ingleses están reforzando su ejército en Egipto, y según el informe de Rommel, no apostaría ni un marco por los italianos. Además los campos están dentro del alcance de los bombarderos ingleses basados en Egipto. Aunque no fuese así, la navegación por el Mediterráneo es peligrosa, los italianos han perdido varios barcos por los submarinos y los aviones ingleses de Egipto.

Goering pregunta — ¿Recomienda que enviemos nuestro ejército a Libia?

— No, Statthalter — responde Beck —. Aunque quisiésemos no sería posible. Los italianos tienen pocos barcos mercantes, y los puertos libios tienen capacidad muy limitada. Si enviamos más fuerzas solo conseguiremos congestionar los ferrocarriles italianos. Tampoco sería recomendable retirar las tropas asignadas para la invasión de Grecia.

— ¿Vamos a invadir Grecia? Es la primera noticia que tengo — dice Todt.

Goering hace un ademán a Von Papen, que toma la palabra. — Ministro, Todt, yo creo que a Alemania no se le ha perdido nada ahí, pero es posible que tengamos que intervenir. Los italianos están empeñados en aumentar su imperio, y Mussolini se ha encaprichado con Grecia. He hablado varias veces con Ciano para intentar disuadirle, pero está imposible. Los italianos están decididos a invadir Grecia con o sin nuestra ayuda, y pretenden atacarla el mes que viene.

— Pero eso es una locura — dice Todt —. Nuestra economía ya está sobrecargada, y están hablando de un segundo frente.

Goering responde, cada vez más hastiado. — Ministro Todt, la invasión de Grecia ya ha sido estudiada. Ahora hablamos de Libia. Por favor, general Beck, siga.

— Gracias, Statthalter. Como le decía, no es conveniente destinar más fuerzas a Libia. Pero sería conveniente distraer a los ingleses. Había pensado que nuestras tropas en Francia, Holanda y Noruega hiciesen ejercicios de desembarco…

Todt vuelve a interrumpir. — Egipto, Grecia, ahora quiere desembarcar en Inglaterra.

— No, ministro — responde Beck — Los preparativos son solo a largo plazo. Y no se trataría de atacar su isla, sino esas islas que tienen al norte de Escocia, las Shetland.

Gracias, mariscal — dice Goering, cortando la explicación —. El asunto del petróleo hace que la invasión de Egipto aun sea más urgente ¿Cuándo podrían empezar las operaciones?

— Statthalter, si se tratase de operaciones limitadas, ahora mismo. El general Rommel ya tiene en Libia una división Panzer y una división ligera. Pero no queremos darle un empujón a los ingleses, sino un mazazo que los aplaste. Eso requiere fuerzas adicionales: una división Panzer suplementaria, dos divisiones de infantería motorizada, y la división paracaidista. Más los medios de apoyo y aéreos correspondientes, claro. También s preciso preparar medios de transporte para apoyar el avance. Recomendaría lanzar la ofensiva no antes del 15 de Febrero. Dentro de dos meses y medio.