Publicado: Mié Mar 05, 2014 2:10 pm
por Domper
La cúpula

21 de Noviembre de 1940

Walter Schellenberg. “Diario de Guerra”. Data Becker GMBH. Berlín, 1977.

“Incursiones como las de Bawdsey Manor o la de Wight no pasaban de ser picotazos, que podían molestar pero nada más. Como temía, ni los bombardeos ni la unión de los europeos en un frente antibritánico fueron suficientes para derrotarles. El viejo león británico tenía la melena apolillada, pero aun podía dar zarpazos como el que recibieron los italianos en Tarento. Sus bombarderos visitaban el Reich cada noche y, aunque apenas causaban daños, que los aviones enemigos se pudiesen pasear por nuestros cielos no era buen augurio. Churchill hacía continuas referencias en sus discursos de como Inglaterra había conseguido derrotar a Napoleón un siglo antes, y presentaba la guerra en Egipto como una nueva edición de la “Peninsular War” contra Napoleón: Inglaterra sola contra el mundo.

Por desgracia no podíamos ignorarles. No solo era la molestia de sus bombarderos, el problema era que mientras Inglaterra mantuviese su resistencia el dominio alemán en Europa se vería amenazado. Grecia se negaba a ceder a las demandas italianas, y la situación interna de Yugoslavia era cada vez peor. Turquía insistía en mantener la neutralidad, y los informes que llegaban de Rusia eran preocupantes, con un Ejército Rojo que se estaba reorganizando tras el fiasco de Finlandia.

Peor señal era lo que ocurría con Francia. Pétain se había unido al Pacto de Aquisgrán antibritánico, y nominalmente estaba en guerra con Inglaterra. Pero todo eran apariencias. Tanto la marina como la aviación gala seguían en puerto, con el pretexto de los preparativos. Tampoco en las colonias se atacaba a los ingleses, salvo algunas escaramuzas en Nigeria y Siria. Sospechosamente los ingleses mostraban la misma circunspección, y evitaban atacar a los intereses franceses. Aunque nuestros agentes del SD aun no habían conseguido las pruebas, estaban convencidos de que Churchill y Petain habían llegado a un acuerdo secreto de no agresión mediado por los norteamericanos. Pero Alemania no podía actuar contra Francia sin ofender a los demás firmantes del Pacto de Aquisgrán.

Todo eso lo que me quitaba el sueño. En mis pesadillas Alemania era atacada por una coalición entre Inglaterra, Estados Unidos y Francia, y cuando estábamos a punto de derrotarlos, Stalin nos apuñalaba por la espalda. Me despertaba sudando en la cama, pensando que esas pesadillas tenían visos de realidad.

Por eso creía que derrotar a Inglaterra tenía que ser la prioridad de Alemania. Todos los esfuerzos de la nación tendrían que dedicarse a ese fin. Mientras se podría calmar a Stalin cediéndole algún hueso: alguna provincia checa o rumana, tal vez incluso parte de Turquía. Pero la nórdica Finlandia no. Tampoco sería mala idea azuzar a Stalin otra vez contra su ejército. Con todo eso se podría conseguir tiempo para vencer a Inglaterra.

Pero ¿cómo podría lograrse esa victoria? No podíamos desembarcar en su condenada isla, y los bombardeos de la Luftwaffe no estaban consiguiendo resultados. Los submarinos de Doenitz estaban sangrando a los ingleses, pero seguían vivos, y no olvidaba que la campaña submarina había sido el pretexto para la intervención norteamericana en 1917.

Por eso propuse al Statthalter Goering una nueva táctica. Si no se podía derrotar a Churchill invadiendo Londres ¿No podríamos derribar su gobierno? Si Alemania consiguiese una gran victoria sobre los ejércitos ingleses, si los derrotase, cercase y capturase, Churchill caería como lo había hecho Chamberlain tras nuestra victoria en Noruega.

En Noviembre de 1940 esa victoria solo podía conseguirse en Egipto, el único lugar donde los ejércitos del Pacto de Aquisgrán y los de Inglaterra se enfrentaban. No sería tarea fácil: la campaña egipcia tenía que librarse al otro lado de un mar en el que la Royal Navy hacía estragos. Solo la coordinación entre nuestras armas permitiría la victoria.

Con el nombramiento de Ritter Von Greim al frente de la Luftwaffe y de Wilhelm Marschall de la Kriegsmarine podía conseguir una de mis ambiciones: unificar el mando de las fuerzas armadas alemanas. Hasta entonces cada servicio había hecho la guerra por su cuenta. Aunque la capacidad del soldado alemán les había permitido vencer en cada enfrentamiento con los decadentes ingleses y franceses, la guerra iba a entra en una nueva fase que iba a requerir la colaboración de las tres armas para conseguir la victoria final.

Mientras Von Manstein seguía preparando las operaciones en África, organizando el transporte de un ejército Panzer y de las unidades auxiliares, y reuniendo toda la información disponible. Fue así como Alemania llegó a saber de las investigaciones de Desio.