Publicado: Mié Mar 05, 2014 2:08 pm
por Domper
Radio

27 de Octubre de 1940

— Statthalter, el Generalleutnant von Greim.

— Hágale pasar, por favor. Luego, déjenos solos.

Un ordenanza hace pasar al general de la Luftwaffe. Von Greim no ocultaba su incomodidad porque tras el ascenso al poder de Goering su posición no había quedado clara y temía que el canciller se dejase llevar por aduladores.

— Amigo Ritter, deseaba tener una conversación a solas con usted. Estoy francamente satisfecho por los resultados de la incursión en… ¿Cómo se llamaba ese sitio?

— Bawdsey, excelencia.¬

— Bawdsey pues. Lo que le he dicho, estoy muy satisfecho. Especialmente de cómo se han coordinado las tres armas, ejército, Luftwaffe y marina ¿Hubo algún problema para ello?

— No, Statthalter. Siguiendo las indicaciones del OKW me reuní con el almirante Marschall y planeamos la operación. Hicimos algunos ensayos en la costa holandesa, hasta que cada unidad supo su misión. Luego todo salió como un reloj, incluso las bajas fueron menores de lo esperado. Se pudo reembarcar a todos los heridos, y consiguieron traer no solo a varios prisioneros, sino un equipo completo de radiotelemetría que nuestros técnicos están analizando.

— ¿Un radiotelémetro?

— Sí, Statthalter, la instalación inglesa resultó ser una estación de detección de aviones por ondas de radio parecida a nuestras Freya. Los condenados ingleses han conseguido tender una cadena de vigilancia que cubre los accesos a su isla.

— Esa ha sido la causa de nuestras pérdidas durante el verano.

— Statthalter, es pronto para decirlo porque aun no hemos podido analizar las capacidades del equipo. Pero mi impresión es que si han conseguido rechazarnos ha sido por eso

— Habrá que destruir esas instalaciones.

— No será tan fácil. Los primeros días atacamos algunos de esos equipos de radiotelemetría, pero están compuestos por antenas metálicas difíciles de destruir y sencillas de reparar. Además tienen equipos móviles.

— Pues será necesario investigar alguna forma de interferirlas.

— Así se hará, Statthalter, pero nos llevará algún tiempo. Podremos intentar cegar a los radiotelémetros de la zona más estrecha del Canal, pero no las de otras partes de la isla, porque están demasiado lejos de nuestras costas.

— ¿Se podrían instalar en aviones?

— No, Statthalter, son equipos demasiado grandes y pesados.

— ¿Y está seguro que todo eso no se puede embarcar en un avión? ¿Tal vez en un dirigible? — Goering apenas había oído hablar de los nuevos radiotelémetros, y sus nuevas obligaciones políticas le mantenían alejado de los desarrollos técnicos.

— He estado hablando con los técnicos de ERMA, y me dicen que es imposible miniaturizar los equipos porque necesitan antenas de gran tamaño.

— Entiendo. Habrá que pensar en alguna otra cosa. Encárguese, por favor. Y sigan planeando nuevas incursiones contra la costa inglesa. Al menos para mantenerlos ocupados. Pero no corra demasiados riesgos.

— A sus órdenes. Pero con una salvedad, el almirante Marschall y el general Von Manstein me han pedido que no efectuemos incursiones en Escocia o en las Shetland, prefieren hacer creer al enemigo que están fuera de nuestro alcance.

— Está bien. Ritter, la incursión ha sido un éxito. Militar y propagandístico. El Reich sabrá mostrar su gratitud.