Publicado: Vie Feb 28, 2014 12:57 pm
por Domper
Crisis

25 de agosto de 1940

— ¿Qué es toda esta basura? — el Premier británico, Sir Winston Churchill, golpeaba los papeles extendidos sobre la mesa —. Primero el pacto ese de las narices, lleno de palabrería sobre la paz, pero que quiere decir que media Europa se esclaviza al payaso de Goering. Luego el inicio de conversaciones de paz francoalemanas, seguidas por la exigencia de los franceses que dejemos de operar sobre su territorio, y pidiéndonos una compensación por sus buques. Ahora, la exigencia española de que abandonemos la zona neutral de Gibraltar y su bahía. Esto es una conspiración.

El nuevo Jefe del Estado Mayor Imperial, el General John Dill, estaba igual de preocupado — Primer Ministro, está claro que ese Goering parecerá un fantoche, pero ha sido capaz de urdir toda esta trama. Con su generosidad se ha atraído a franceses y españoles. Y nosotros les hemos ayudado. Ya te recomendé prudencia con lo de Canarias y Alejandría.

— ¿Prudencia? — exclama Churchill —. Si hubiésemos sido prudentes los franceses hubiesen movido sus barcos hasta la bocana del puerto y lo hubiesen bloqueado. Y los españoles se hubiesen armado hasta los dientes. Solo nos han dejado una salida, y la usaremos. Halifax ¿quiénes son los firmantes del tratado?

El Vizconde Halifax miró con disgusto al Primer Ministro. Desde Mayo ya sabía que la guerra estaba perdida, pero el borracho de Churchill se negó a considerar cualquier negociación. Pero esto sería todavía peor, ahora tendría que tratar con Alemania y con sus satélites.

— Premier, por ahora son Alemania, Italia, Francia, España, Eslovaquia, Finlandia, Hungría, Rumania, Yugoslavia, Bulgaria, y el gobierno títere de Noruega. Casi toda Europa.

Churchill contestó — Sin Alemania son un cero a la izquierda. Es a Alemania a quien tenemos que derrotar. Igual que en 1815, cuando Inglaterra sola pudo derrotar a Napoleón.

Halifax pensó que para derrotar a Napoleón habían muerto muchos más rusos, alemanes o españoles que ingleses, pero dejó seguir al Primer Ministro.

— Ahora Inglaterra está como en 1810, y luchará igual. Desangraremos a la bestia por mil heridas, y destruiremos a sus esbirros. Vamos a mantener los ataques contra los preparativos de invasión alemanes, y activaremos las operaciones Goldeneye, Monkey y Puma.

Halifax preguntó — ¿Goldeneye? ¿Monkey? ¿Puma? ¿Qué operaciones son esas?

Dill le contestó — Vizconde, son operaciones encaminadas a garantizar la seguridad de Gibraltar. Goldeneye es la infiltración de comandos en Andalucía para sabotear instalaciones estratégicas. Monkey, la ocupación de las baterías costeras españolas. Puma, la invasión de Canarias.

Halifax se horrorizó — ¡Será un desastre! Todo el mundo se pondrá contra nosotros. Premier, usted no está capacitado para tomar una decisión tan grave, debe ser votada por el Gabinete.

Churchill respondió — Si lo desea, procederemos a una votación, pero creo que no será necesario — los dos representantes laboristas asintieron: con su apoyo Churchill ganaría cualquier moción —. Bien, veo que no va a ser necesario. El próximo 10 de Septiembre nuestro embajador en Lisboa presentará un ultimátum al gobierno de España exigiendo su retirada del Pacto de Aquisgrán, y al mismo tiempo una fuerza británica exigirá la rendición de Canarias. Además los alemanes se van a encontrar una sorpresa en Yugoslavia.