Publicado: Jue Feb 27, 2014 12:10 pm
por Domper
Capítulo 3. Diplomacia.

Vacaciones termales


21 de Julio de 1940

El verano en Vichy estaba siendo agobiante. La pequeña ciudad había sido tomada por un ejército de políticos, parlamentarios y funcionarios, que habían ocupado el Gran Casino, los hoteles y hasta la última habitación libre. En ese maremágnum un apurado Pierre Laval, el nuevo Ministro de Asuntos Exteriores, solicitó entrevistarse urgentemente con el Mariscal Pétain. Tras una larga espera un ordenanza le conduce al despacho del Presidente de la República.

— Tranquilícese, ministro — aunque Pierre Laval era un protegido de Pétain, el viejo militar era partidario de guardar las formas — ¿Qué es tan urgente que le trae con esas prisas?

— Discúlpeme, Mariscal, pero el asunto lo merece. El lunes pasado recibí al un enviado alemán, Monsieur Abetz, que traía una invitación a la asamblea de Aquisgrán.

— Ese tal Abetz es una persona repugnante. Desde que llegó a Alemania no ha hecho sino saquear nuestros tesoros artísticos. Mal embajador ha elegido Goering si quiere vernos en Aquisgrán.

— Mariscal, a mi tampoco me gusta Ms. Abetz. Pero esta vez solo era un mensajero que, además de la invitación, traía una solicitud para que me reuniese con una delegación alemana.

Pétain ensombreció su gesto. Laval era muy dado a actuar por su cuenta, y no había informado al Presidente de esa reunión. — No me informó usted de ello, ministro.

— Lo siento, Mariscal — responde Laval — pero Abetz solicitó expresamente que no lo hiciese. No por desconfianza a su persona, sino porque Vichy está lleno de espías, y Goering deseaba que la reunión fuese secreta.

— ¿Goering? ¿Se reunió usted con Goering? — se sorprende Pétain.

— No Mariscal, la situación en Berlín aun no es del todo clara. Lo hice con su enviado a quien ya conoce, el antiguo canciller Von Papen. Y me hizo una propuesta increíble: Alemania quiere ofrecer a Francia una alianza.

— ¿Alianza o subordinación?

— Alianza, Mariscal. Júzguelo usted mismo — Laval le entrega un documento.

“El Statthalter Goering desea que Francia y Alemania olviden sus enfrentamientos, inducidos por los que buscan la ruina de las dos naciones vecinas. Francia, aunque derrotada, luchó con honor en el campo de batalla, por lo que Alemania quiere hacerle una propuesta honorable que de bases a una futura amistad francoalemana que sea la fuerza de Europa, como en tiempos de Carlomagno.

Por ello Alemania ofrece a Francia un tratado de paz y amistad justo, que incluirá la liberación de los prisioneros de guerra y la independencia de su territorio, su economía y sus fuerzas armadas. Pero Alemania está en guerra y Francia, como nueva amiga y aliada, deberá unirse a Alemania y a Italia contra Inglaterra. La oferta alemana incluye:

– Alemania repatriará a los prisioneros de guerra en cinco contingentes de 200.000 cada tres meses. 400.000 prisioneros serán liberados inmediatamente tras la entrada de Francia en guerra.

– Los prisioneros que permanezcan en Alemania lo harán como trabajadores y recibirán un salario justo, similar al de los obreros alemanes. Podrán conservar ese salario o enviarlo a sus hogares, sin interferencia alemana.

– A los prisioneros liberados se les ofrecerá quedarse en Alemania como trabajadores en las mismas condiciones, pero con libertad de movimientos y de contratación. Por cada prisionero liberado que permanezca en Alemania será liberado otro prisionero.

– A todos prisioneros se les ofrecerá integrarse en un Nuevo Ejército Francés cobeligerante. Por cada soldado que se enrole en el Nuevo Ejército será liberado otro prisionero.

– Francia podrá reconstruir unas nuevas fuerzas armadas cobeligerantes, que incluirán a la aviación, al ejército de tierra y a la marina. Las unidades de ese nuevo ejército tendrán mandos franceses, aunque operarán conjuntamente con unidades alemanas bajo mando alemán, hasta que se pueda constituir un mando francés independiente.

– Francia conservará sus colonias, a excepción de rectificaciones menores de fronteras, y podrá incorporar las colonias inglesas conquistadas.

– Alemania retirará gradualmente su ejército de Francia, a excepción de las zonas necesarias para la guerra, especialmente las costeras. Alemania podrá mantener en territorio francés los servicios de intendencia y aprovisionamiento que necesite y una pequeña fuerza de seguridad. Alemania tendrá libertad de movimientos de tropas en territorio francés. Alemania será quien costee la manutención de esas unidades.

– Alemania incorporará a su territorio las zonas germanoparlantes de Alsacia y Lorena, es decir, aquellas en las que la proporción de germanoparlantes era mayor del 50%, basándose en los censos previos a la Gran Guerra. Alemania y Francia facilitarán el reasentamiento de quienes lo deseen.

– Francia e Italia llegarán a un acuerdo similar referente a Córcega y a Niza.

– A cambio de las provincias cedidas Francia podrá incorporar la parte francófona de Bélgica.

– Alemania colaborará con Francia para solucionar sus necesidades de materias primas.

– El gobierno francés gozará de independencia, y será escuchado por el de Berlín antes de tomar decisiones que le afecten.

A cambio de la oferta alemana, Francia se unirá como aliado de pleno derecho al Eje, y declarará la guerra a los enemigos de Alemania inmediatamente tras la firma del tratado de alianza francoalemana.

– Francia formará un ejército y una aviación cobeligerante. Los podrá equipar bien con el armamento que Alemania capturó durante la guerra, cedido por un precio razonable, con equipo nuevo fabricado por sus propias fábricas, o con equipos adquiridos por Francia.

– Las unidades de dicho ejército, hasta nivel regimental, estarán bajo mando francés, y se integrarán con unidades alemanas. Según su comportamiento estas unidades podrán reunirse en brigadas o divisiones bajo mando francés. Las unidades coloniales permanecerán bajo control francés salvo cuando sean precisas operaciones conjuntas.

– El Ejército que Francia aporte debe ser equivalente a un mínimo de 40 divisiones, 30 metropolitanas y 10 en colonias. También debe aportar una fuerza aérea equipada con un mínimo de 500 cazas y 500 bombarderos.

– Francia se compromete a que su flota se una a la guerra contra Inglaterra. Dado que la flota francesa es crucial en esta guerra, hará los mayores esfuerzos para evitar que los barcos se autohundan o se entreguen al enemigo. Por ello los oficiales que hundan o entreguen sus barcos deberán ser juzgados por tribunales militares. Además si una fracción importante de la flota se hunde o se entrega a los enemigos de Alemania, Alemania podrá considerar otras cláusulas del presente acuerdo, especialmente las relativas a la liberación de prisioneros de guerra.

– Los buques que permanezcan en bases enemigas intentarán hacerse a la mar para volver a puertos de la Francia metropolitana. Si no fuese posible, las dotaciones hundirán sus buques, si es posible bloqueando las bases enemigas.

– Francia cederá a Alemania dos acorazados modernos, seis cruceros modernos y doce destructores, de tipos por determinar. Alemania pagará una compensación adecuada.

– Si Francia participa en operaciones ofensivas contra Inglaterra, dichos buques quedarán bajo control francés y con tripulaciones francesas, aunque seguirán las órdenes de la Marina alemana.

– Francia cederá a Alemania el uso de las instalaciones militares que necesite para su lucha contra Inglaterra, tanto en la metrópolis como en las colonias. Tras la victoria Alemania devolverá dichas instalaciones a Francia”.


— ¿Qué le parece, Mariscal?

— Esperaba cualquier cosa menos esto, ministro. Es una propuesta que convendrá estudiar y negociar.

— Mariscal — dice Laval — lamentablemente no podrá ser así. Von Papen insistió en que es una oferta cerrada, que se admite o se rechaza, y que debemos responder antes de la reunión de la asamblea en Aquisgrán. Me recordó que Alemania tiene otros amigos que desean nuestras colonias.

— Supongo que se referirá a Mussolini.

— A Mussolini, y a Franco. Von Papen dice que si Francia no se une a Alemania en la guerra, o si se hunde la flota, o si intenta alguna traición, los alemanes ocuparán toda Francia y dividirán su imperio colonial.

— El palo y la zanahoria.

— Sí, pero la zanahoria es muy golosa. Según Von Papen tendríamos que ceder parte de Marruecos a los españoles, Alsacia y parte de Lorena a Alemania, y Córcega. Que no temamos por Niza. A cambio, incorporaríamos la zona minera e industrial de Bélgica. Y tras la victoria nos ofrece las colonias inglesas del Golfo de Guinea. Eso sí, nos exige mantener la propuesta en absoluto secreto para evitar ataques ingleses. Y le ruega especialmente que no lo comente ni en el Gabinete ni con subalternos.

— Esta oferta es aun más sorprendente que el pacto Ribbentrop-Molotov. Le adelanto que creo que Francia no podrá rechazarla.