Publicado: Mar Feb 25, 2014 4:24 pm
por Domper
¿Qué está pasando aquí?

Berlín, 27 de Junio de 1940. 16:30

Embajada de España en Berlín. Las calles están desiertas. Se oyen explosiones y disparos a lo lejos. De vez en cuando los aviones sobrevuelan la ciudad. A lo lejos se levantan columnas de humo.

El embajador español, el Almirante Antonio Magaz y Pers, está sentado al lado de la radio junto a oficiales del ejército y la marina. Pero la radio solo emite música de Wagner. De repente se oyen unas sirenas estridentes seguidas de una gran explosión que hace temblar las ventanas.

— Abran esas ventanas antes que salten los cristales y tengamos alguna desgracia. Secretario ¿ha conseguido hablar con el Ministerio de Exteriores?

— Excelencia, por fin he conseguido comunicación telefónica pero se niegan a decirme nada. Dicen que el Ministro es un traidor al partido y que ha sido destituido. Y que los disparos que se oyen son solo policías persiguiendo a traidores.

— Operaciones policiales dicen. No habré oído yo pocos cañonazos en mi vida. — Magaz había luchado en Santiago de Cuba. — Esto es una batalla en toda regla. Rocamora ¿Ha conseguido hablar con sus amigos del Ejército?

— Excelencia, estoy a la espera de noticias, me han dicho que me llamarán en cuanto sepan algo.

— Me sorprende semejante ensalada de tiros tras la derrota de Francia. No creo que sean los ingleses ¿habrá alguna purga en el Partido Nazi? —Suena el teléfono —Por Dios, Rocamora, conteste.

— Embajada de España, al habla Rocamora… — el agregado militar palidece — Dios mío, no puede ser… Es inaudito… Sí, entiendo… Se lo comunicaré al Embajador — cuelga — Embajador, me ha llamado el coronel Von Manteuffel y las noticias son increíbles. Recordará que conocí al coronel en España y hemos seguido teniendo mucho trato…

— Abrevie, Rocamora.

— Von Manteuffel dice que Hitler ha desaparecido, y que Himmler está intentando un golpe de estado con sus SS. Que el Ejército y la Luftwaffe, a las órdenes del Mariscal Goering, están controlando la situación. Que han reunido unidades de instrucción de paracaidistas y del ejército situadas en los alrededores de Berlín, junto con el batallón de guardia de los Ministerios y una compañía de Infantería de Marina. Que esperan reducir los últimos focos de resistencia en unas horas. Y lo más asombroso, que no consiguen localizar a Hitler, y que según los rumores ha muerto… — Cambia la música de la radio y se oye la voz agitada de un locutor.

— Buenas tardes, hemos recibido un mensaje del Reichsmarshall Hermann Goering que vamos a leer:

“Alemanes, hoy es un día negro. Nuestro amado Führer, Adolf Hitler, ha sido asesinado. Traidores judíos infiltrados en el Nuevo Régimen han intentado destruir la obra del Partido, asesinando al Líder y secuestrando a la Nación. Traidores de las SS han ejecutado al Dr. Goebbels y han intentado secuestrarme. Pero nuestro glorioso ejército y nuestra potentísima aviación, luchando hombro con hombro, están defendiendo a la Gran Alemania. Mientras les hablo nuestros valientes paracaidistas están asaltando los últimos baluartes de la traición. Alemanes, la traición será castigada y nuestro amado Führer, vengado.”

De un edificio en llamas situado a pocas manzanas de allí sale tosiendo un hombrecillo de gafas redondas, con un fastuoso uniforme hecho jirones. Un oficial de la Luftwaffe lo encañona y dice — Herr Heinrich, el Reichsmarshall desea verle. No le hagamos esperar — y le empuja dentro de un furgón.