Publicado: Lun Feb 06, 2012 3:55 pm
por Domper
7 de Abril de 1940

En algún lugar del Mar de Noruega

A bordo del HMS Collinwood las noticias eran confusas. Los titubeos del gobierno habían arruinado la proyectada intervención en Noruega y, justo cuando acababan de desembarcar las tropas destinadas a ello, llegaron noticias de movimientos navales alemanes en Dinamarca y Noruega. El Collingwood recibió la orden de patrullar frente a Bergen, y se hizo al mar acompañado por el nuevo crucero Kenya y seis destructores.

Hasta el puente del gran buque llegaban los rociones levantados por la alta proa. En él Capitán de Navío Knox estaba muy satisfecho con su buque. Se trataba del último barco de la segunda serie de la clase Admiral, e incorporaba algunas características que debían llevar sus sucesores, los King George V. El armamento había sido remozado por completo. La batería principal, aunque mantenía el calibre de 343 mm, montaba el nuevo modelo Mk VIII, más ligero y que podía disparar los nuevos proyectiles superpesados. También había sido modificado el armamento secundario, con cañones semiautomáticos de 115 mm y montajes cuádruples de 40 mm. En lo alto destacaban las antenas de los radares de descubierta y de tiro. Además el gran barco resultaba muy marinero, soportando sin problemas el temporal, auque tuvo que moderar a 20 nudos para no dejar atrás a los destructores que lo escoltaban (1)

Estos si que lo estaban pasando mal con el temporal. Sus pequeños cascos saltaban sobre las olas de diez metros, bajando por ellas como un esquiador y temiendo atravesarse al mar (2). Uno de los destructores, el Glowworm, se había retrasado buscando a un tripulante que había caído al mar, y aún no se había podido reincorporar a la agrupación. A Konox no le agradaba dejar solo al pequeño buque en aguas hostiles, pero el Almirantazgo apremiaba a Knox. Ojala no tuviese un mal encuentro con algún alemán.

Lo único que estropeaba el día era el radar. El temporal limitaba la visibilidad a poco más de 10.000 m, y tenían que fiarse del radar de descubierta. Pero a este le costaba diferenciar los ecos de los buques. Ya se habían producido dos alertas que resultaron ser pacíficos mercantes noruegos, a los que mediante semáforo se les ordenó dirigirse a puertos escoceses. Pero interceptar a esos barquitos que no decían ni pío estaba causando retrasos aun mayores. Ahora estaban siguiendo a un nuevo contacto, que al parecer se dirigía hacia el Norte a 18 nudos.

Si ese contacto era real… a esa velocidad solo podía tratarse o de un buque de pasaje, o de un barco de guerra, y grande. En esas aguas no esperaba encontrar muchos transatlánticos ¿sería algún crucero auxiliar alemán? ¿O esos dichosos acorazados alemanes? En Noviembre ya se les habían escapado por los pelos, sin poder vengar al pobre Rawalpindi. En esa ocasión el Collingwood estuvo casi al alcance de sus armas cuando los alemanes escaparon gracias al temporal. Konx suponía que esa escapada les habría inyectado una dosis de prudencia (3).

La cuestión era que si quería interceptar ese contacto debía aumentar su velocidad, y los destructores no podrían seguirle. Pero a la marcha actual se le escaparía. Bueno, con ese mar los submarinos lo estarían pasando aun peor. Dio órdenes de aumentar la velocidad a 26 nudos, indicó al Kenya que le siguiese, y que los destructores siguiesen su curso a la mayor velocidad que pudiesen mantener.

En el puente del Scharnhorst se palpaba la tensión. La misión encomendada, proteger a los convoyes alemanes que estaban invadiendo los puertos noruegos, era peligrosa. Además las noticias eran malas. En Oslo los noruegos se habían resistido y los barcos alemanes habían sufrido importantes daños. Más cerca, habían recibido un mensaje del crucero Admiral Hipper, que estaba combatiendo con un destructor inglés. Los destructores no navegan solos ¿quién habría por aquí? ¿tal vez un convoy¿ ¿o tal vez la Royal Navy les esperaba?

Y esos dichosos barcos estaban resultando poco marineros. Aunque tras la salida de Noviembre se había reforzado y elevado la proa, los rociones llegaban hasta el puente y habían averiado el radiotelémetro. Las olas anegaban la cubierta y la espuma cegaba a los serviolas. Por lo menos el tiempo sería tan malo para los ingleses como para ellos (4). Marschall confiaba que sus dos modernos acorazados superarían a cualquier acorazado inglés. Porque la flota inglesa mostraba lo caduco de su nación, sus acorazados o eran vejestorios mal diseñados, o cruceros de batalla débilmente armados. Pero el combate naval siempre tiene algo de suerte y más tan lejos de Kiel. Solo podía confiar en que sus serviolas y el radiotelémetro del Gneisenau tuviesen mejor vista que el enemigo.

Vana esperanza. Mientras los técnicos intentaban reparar el radar alemán, y los serviolas tiritaban a la intemperie, una silueta gris se acercaba sin ser vista por el Sudoeste.

- Capitán Knox, los hemos identificado. Son dos barcos alemanes, podrían ser el Scharnhosrt y su gemelo.

- Ordene a toda máquina rumbo NNE. Les cruzaremos la T por popa y abriremos fuego cuando la distancia caiga a 15.000 m, si no nos observan antes. Mantenga el silencio radiofónico hasta que abramos fuego y luego envíe un informe de contacto. Ordene al Kenya que se sitúe a nuestra popa y que opere independientemente. pero que no dispare hasta que lo hagamos nosotros, y que no se acerque a menos de 10.000 m. Ordene a los destructores que se reúnan con el Kenya y que permanezcan a la espera. Si los destructores no reciben el mensaje, confírmelo por radio tras abrir fuego.

- Distancia 16.000 m. La estación de radar de tiro informa que los detecta claramente. Los objetivos siguen rumbo Norte a 20 nudos.

- Caigan al NEE y abran fuego sobre el barco de popa en cuanto tengan una solución de tiro. La batería secundaria disparará contra el barco de proa para comprobar alcance.

Dos minutos después el Gneisenau era rodeado por surtidores de agua.

- Almirante Marschall , el Gneisenau informa que están disparando están disparando sobre él. Divisan a los ingleses con dificultad, pero parecen dos cruceros.

- Ordene zafarrancho.

Los barcos alemanes tardarían varios minutos en estar preparados. Mientras podría intentar rehuir el combate, aumentando la velocidad y escapando cara al temporal, sus barcos eran más veloces que el inglés. Pero escapar con dos acorazados de un débil crucero … Tenía una excelente ocasión para hundir a esos atrevidos ingleses.

- Aumente la velocidad a 27 nudos y caigan al E. En cuanto detecten a los ingleses, disparen. Si no, háganlo sobre los piques del Gneisenau.

- Tardaremos varios minutos en estar preparados.

- Avíseme cuando estén listos.

Los siguientes minutos fueron de actividad frenética mientras los tripulantes corrían a sus puestos de combate. El acorazado inglés había centrado al Gneisenau, y consiguió un impacto con la cuarta salva.

- Impacto, se ve una llamarada a popa.

- Ordene fuego a la máxima velocidad, cada salva es un blanco.

- Los alemanes están cayendo al Este.

- Vire usted también, no deje que la distancia caiga de 12.000 m.

Pasaron tres minutos hasta que el Scharnhorst pudo disparar. El Gneisenau había tenido que caer al NE para descentrarse, una columna de humo amarillento se elevaba de su popa. Marschall empezaba a preocuparse. El tiro inglés estaba siendo excelente, y sus proyectiles parecía que funcionaban, no como en Skagerrak. Por lo menos el Gneisenau mantenía la velocidad.

- Capitán Knox, el enemigo está incendiado. El barco de cabeza está virando y se cruza ante nuestro objetivo.

- Cambien de blanco, disparen con la artillería principal y la secundaria contra él. Ordene al Kenya que mantenga el fuego sobre el segundo buque.

- A sus órdenes.

Durante los siguientes diez minutos el Collingwood y el Scharnhorst intercambiaron andanadas.

- Almirante Marschall , hemos perdido la torre Berta y la dirección de tiro de popa. El Gneisenau parece haber contenido sus fuegos, pero su torre Cesar tiene los cañones caídos, y está rodeado de piques.

- ¿Y el enemigo?

- Lo hemos tocado por lo menos tres veces, pero no parece inmutarse. Creemos que no es un crucero sino uno de sus nuevos acorazados. La dirección de tiro de proa parece tener problemas y las últimas salvas han caído cortas (5).

Otra sacudida se produjo cuando un nuevo proyectil inglés alcanzó al barco.

- Hoy no tenemos el día. Ordene rumbo NNO a toda máquina y tienda una cortina de humo.

Pocos minutos después los dos barcos alemanes desaparecían tras un chubasco de nieve. El Collingwood siguió rumbo Norte pero ya no volvió a ver a los barcos alemanes. Poco después recibió un mensaje del Almirantazgo: su destructor perdido combatía con otro barco alemán al Sur. Lamentaba no poder perseguir a los acorazados, pero no podía abandonar al Glowworm. Knox ordenó rumbo Sur.

Los dos acorazados alemanes consiguieron refugiarse en Trondheim, pero los daños eran importantes. El Schanhorst había recibido seis proyectiles de 343 mm, que habían atorado dos torres. El Gneisenau había salido peor parado, había recibido quince proyectiles de 152 mm y cuatro de 343 mm. Uno de ellos había penetrado en la torre Cesar y causado un grave incendio de pólvoras (6). Ambos barcos deberían volver a Alemania para ser reparados.


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Notas:

(1) Revísese otros mensajes para ver las características del buque. Respecto al cañón, se supone el paralelo del cañón de 356 mm “todo acero” desarrollado durante los veinte y que en la realidad llevaron los KGV. La diferencia era que los cañones de 343 mm eran más ligeros y había mucha más experiencia con ellos, por lo que serían más fiables. Respecto a su potencia, en los treinta se desarrollaron nuevos proyectiles pesados, destinados al combate a largo alcance, mucho más efectivos: en la realidad, los cañones de 356 mm de los KGV eran casi tan potentes como los de 380 mm del Bismarck. Estos cañones serían tan potentes como los 356 mm norteamericanos.

(2) El riesgo es que si un destructor hace champa (hace surf) sobre las olas, pierde el control y atravesarse a las olas y zozobrar. En la realidad ese fue el motivo por el que el Glowworm no pudo reunirse con el Renown tras retrasarse buscando a un hombre caído por la borda.

(3) Los radares de 1940 tenían muchos problemas para funcionar con mala mar. Los radiotelémetros alemanes “veían” mejor, pero carecían de PPI y eran malos para la exploración. Pero fue gracias a ellos que en la realidad los dos Scharnhorst pudieron escapar tras su incursión de Noviembre de 1939 en la que hundieron al crucero auxiliar Rawalpindi: detectaron barcos ingleses de vigilancia y los eludieron gracias a un temporal de nieve. Para entonces los ingleses estaban instalando una versión mejorada de su radar tipo 79, pero los cruceros de vigilancia aun no lo tenían

(4) Real, el radiotelémetro del Scharnhorst se averió por lo que fueron sorprendidos por el Renown. Aparte de eso, el diseño de los Admiral (en este hilo) insistía más en que fuesen barcos marineros que en otra cosa, y su puente era muy alto y cerrado, mejorando la visibilidad.

(5) Real, las direcciones de tiro alemanas se desajustaban con las vibraciones, por ello aunque el fuego alemán era muy preciso al iniciarse el combate, luego perdía precisión.

(6) Real, la protección de esos acorazados era deficiente y sufrieron varios incendios de pólvoras durante su carrera. De hecho el Gneisenau no sería reparado después que la proa del barco volase tras ser alcanzado el pañol de proa por una bomba en 1942.