Publicado: Jue Nov 03, 2011 4:05 pm
por Domper
Comemos otra vez

Travellers Club, 5 de Junio de 1921

- Acompáñeme, almirante Madden. Lord Beatty le espera en el reservado.



- Buenos días, Charles. Me alegro de verte. Me he tomado la libertad de encargar la comida.

- Gracias, señor.

- Señor no, aquí llámame David. Te extrañará que no nos veamos en el Army and Navy, pero no quisiera encontrarme con Trenchard, ese rufián.

- A mi tampoco me agradaría encontrarlo.

- Lo entiendo. Pero no te preocupes, tras el éxito de las maniobras voy a poder ofrecerte algo mejor. Pero antes me gustaría oír tu opinión. Todos sabemos lo aséptico que puede ser un informe.

- Gracias, David. Las maniobras fueron duras, pero por una vez fue un placer anticiparse en el tiempo. Porque creo que de ahí podría nacer una nueva marina.

- ¿Por lo de los aviones? Te creía un hombre de acorazados.

- Y lo era, pero tendrías que haber estado a bordo del Agincourt. Que los aerotorpederos podrían ser un peligro, todos lo sabíamos. Pero cuando ese condenado Bell-Davies se lanzó en picado cambió la guerra naval. Viéndolo imaginaba un avión más potente que pudiese colocar una bomba perforante en cualquier lugar a 100 millas a la redonda.

- Luego crees que los acorazados están anticuados. Procura que no te lo oigan decir en el Almirantazgo, o protagonizarás el próximo linchamiento.

- No, no soy tan radicalo. También imaginaba el desaguisado que un crucero de batalla podría causar en unos minutos en un portaaviones. Una tormenta y todos esos aviones no sirven para nada. Y no nos engañemos, hoy día no hay ningún avión capaz de lanzar en picado una bomba de de 250 libras. Eso a un acorazado no le hace ni cosquillas.

- Luego ni acorazados, ni portaaviones.

- No, no es eso. Creo que los portaaviones serán el futuro, pero les quedan bastantes años de desarrollo por delante. Y lo del Geryon nos indicó lo vulnerables que pueden ser ¿quién quiere ir a una batalla montado en un barco de pasaje? Además los portaaviones no pueden combatir de noche, ni con mal tiempo. Los acorazados siguen siendo imprescindibles, pero no sé por cuanto tiempo.

- Pero tener una carísima flota de acorazados solo para escolta…

- Puede, pero si no tenemos acorazados y resultan ser necesarios, perderemos la próxima guerra (1). Creo que los acorazados seguirán siendo necesarios durante bastantes años. Precisamente su vulnerabilidad ante los aviones indica que pueden ser necesarios muchos.

- Sí, sobre eso quería hablarle luego. Pero siga con lo de los portaaviones.

- Hay otro factor que no podemos olvidar: un portaaviones es mucho más barato que un acorazado. No necesita artillería pesada ni placas de blindaje endurecido, su maquinaria es como la de un crucero grande. Puede construirse o transformarse en poco tiempo. Pueden ser el sueño de Fisher: barcos rápidos que puedan destruir a la flota enemiga desde lejos. Simplemente, sustituimos los cañones de 18 pulgadas por aviones.

- Mejor que no oiga Winston lo del dinero. Bueno, supongo que no solo se dedicarían a volar aviones ¿algo nuevo sobre el combate naval?

- Probamos las ideas que sugirió tras lo de Jutlandia. Lo primero fue lo del combate nocturno, y acabamos desesperados: se hiciese como se hiciese, antes o después algún acorazado se tragaba un torpedo.

- ¿Recomiendas combatir de noche y dormir de día?

- No, lo contrario, la noche es el momento de los barcos pequeños, de cruceros, destructores y torpederos. Pero no de los acorazados.

- Razonable ¿y de los acorazados, qué?

- Comprobamos que un barco veloz tiene ventaja sobre uno más lento, pero no a costa de la protección. Lo que dudo es de la necesidad del armamento pesado: recuerda como estuvimos a punto de perder el Warspite por proyectiles de 305 mm. Las pruebas con fuego de largo alcance mostraron que aunque se conseguían pocos impactos, estos eran críticos (2).

- Los cañones de 15 pulgadas son excelentes.

- Nadie lo duda, pero necesitan barcos demasiado grandes. Estaba pensando en un barco de tamaño algo mayor que los Lion, con un cañón de 343 mm modificado, y mejor protegido. De unas 30.000 Tn. Esos barcos combatiendo a distancias grandes podrían combatir con buques más pesados.

- No resultarían excesivamente caros.

- No, y se podrían construir en número razonable.

- Pues de eso quería hablarte. Las negociaciones en Washington no van bien. Los primos están empeñados en imponer un tipo de acorazado grande y potente, pero en número ridículo: pretenden limitar nuestra marina a quince acorazados…

- ¿Quince solo? Con eso no podríamos vencer ni a los franceses.

- Pues sí, solo quince. Y también quieren limitar el número de portaaviones. A cambio, se admitiría un crucero bastante grande, de unas 10.000 Tn con cañones de ocho pulgadas.

- Perdona, David, pero ¿eso es una conspiración contra el Imperio? No se me ocurre nada peor. Quince acorazados son poquísimos, nosotros que tenemos en servicio treinta barcos modernos. Y los cruceros de 10.000 Tn son una exageración, los Hawkins ya han resultado demasiado grandes como para construirlos en cantidad. Aparte de la tentación de usarlos como si fuesen cruceros de batalla. Entiendo que los norteamericanos quieran limitar las flotas a unos pocos barcos muy potentes: ellos no tienen tanto barco antiguo, tienen pocos compromisos mundiales, y necesitan unidades de gran autonomía. Y los japoneses, por el estilo. Pero nosotros tenemos que mantener la presencia en todas partes, y necesitamos muchos barcos aunque sean pequeños.

- ¿Qué propondrías, Charles?

- Lo que he sugerido antes: un acorazado más pequeño y menos armado, pero veloz y con buena protección, algo así como un Hood a menor escala. También necesitamos bastantes portaaviones, nuevos o, a una mala, transformando unidades viejas. Y de cruceros, proponer un buque de menores dimensiones. Y si a nipones y americanos no les gustan, que a nosotros nos permitan construir más unidades.

- Consideraré esa propuesta, pero necesitaré que la detalles ¿Algo más?

- Sí, una sugerencia. Los observadores norteamericanos eran muy incisivos, como si supiesen lo que íbamos a probar. Pensé que sería porque habrían hecho pruebas similares, hasta que vi como se sorprendieron por lo de Bell-Davies. Era como si se supiesen el guión ¿no tendremos un soplón en el Almirantazgo?

- Mal momento sería para espías, en plenas negociaciones.

- Eso cuadraría con esa propuesta tan desfavorable. Lo que se podría hacer es tener circulando varias versiones de algún documento, a ver si así pillamos la fuga (3).

- Buena idea, Charles. No esperaba menos. Ahora llegan las buenas noticias. Tras el éxito de las maniobras he pensado institucionalizarlas. No tendremos ya tantos barcos viejos para hundir, ni tanta munición, ni creo que nos autoricen. Pero sí podríamos tener una flotilla de instrucción, con una docena de barcos, que se dedicase a experimentar tácticas: una flotilla con un par de acorazados, un portaaviones, algunos cruceros y destructores…

- Perdona que te interrumpa. Me parece una excelente idea. Pero yo lo complementaría con “maniobras de despacho”: tener un grupo de oficiales que se dediquen a buscar ideas nuevas. Que las prueben en maniobras de Estado Mayor (4) y luego se comprueben por la flotilla de instrucción.

- Ya sabía lo que hacía al consultar contigo. Porque me gustaría que se investigase sobre aviación y submarinos. También, tener nuevas ideas sobre el diseño naval. Y sobre lo que se te ocurra. Y me gustaría que te encargases tú.

- ¿Yo? Sería un placer, pero no sé si estoy…

- Tonterías, eres el candidato ideal. Además esa flotilla serviría para preparar los Madden del futuro ¿tu hijo ha embarcado ya? (5)

- Sí, en el Iron Duke.

- Perfecto. Y antes de nada, haz el favor de estudiar lo de la filtración.

- A tus órdenes, Lord David




(1) Parafraseo a un oficial inglés (que lamento no recordar) en los años treinta, cuando se consideró no construir los acorazados de la clase King George V y en su lugar construir más portaaviones. Dijo algo así como “si construimos los acorazados y no se necesitan, perderemos dinero; si no los construimos y se necesitan, perderemos la guerra”.

(2) Real. El fuego de largo alcance caía con un ángulo bastante vertical (entre 30 y 50º) y perforaba la débil cubierta de protección. Curiosamente, podría ser más peligroso un mortero de 305 mm que un cañón de 406 mm. Aparte, Jutlandia mostró como incluso los fuertemente blindados Queen Elizabeth podían tener problemas contra barcos con artillería relativamente poco potente. La decisión de varias marinas (no de la inglesa) fue construir cañones con menor velocidad inicial pero con proyectiles más pesados. No solo sufrían menos desgaste, sino que los proyectiles caían más verticales y eran más peligrosos.

(3) Eso es una técnica frecuente de contraespionaje: si se piensa que hay una filtración y se quiere ver el origen, se envían diferentes versiones de un documento, y se espera a ver lo que hace el contrario. Se llega al límite de redactar con diferentes giros verbales, a sabiendas de la tendencia que tiene todo el mundo a hacer citas literales (moraleja: cuando copiéis, reescribid todo el texto).

(4) Ese tipo de maniobras se hizo popular poco antes de la SGM y en fechas posteriores. Se trataba de tener a un par de Estados Mayores haciéndose la guerra, enviando órdenes, pidiendo informes, recibiendo resultado de observaciones… los árbitros deciden si la orden llega o no, el tiempo que hace, el resultado de las acciones de uno y otro bando. No se mueve ni un soldado, por lo que son económicas. Eso no quiere decir que sean simples, pueden hacerse muy realistas (por ejemplo, exigiendo comprobar si tales camiones existen o no, cuantas averías tienen…). Vamos, lo mismo que un “wargame”.

(5) El hijo de Sir Charles Madden combatiría en la SGM, primero en el Warspite y luego mandando un portaaviones de escolta, y llegaría a primer Lord del Mar en los sesenta.

Saludos