Publicado: Mié Oct 26, 2011 9:35 pm
por Domper
Enfrentamiento

El juicio de Winston o la rabieta voladora. Comedia de salón en un acto.

Historieta gráfica publicada en
Punch en su número de Agosto de 1920

Se levanta el telón. Aparecen Winston, con bata, pantuflas y una copa en la mano, Lord David, vestido con engolados y bicornio, y un barco humeante a la cintura donde pone “Geryon”. Sir Hugo, con uniforme, gorra, monóculo y fusta, con un avión a la cintura donde pone “Somaliland”. Maddencillo vestido de marinero y Saldmoncete de explorador, los dos con un avión de juguete en la mano. Maddencillo Y Salmsonete juegan con sus aviones.

Maddencillo – Mi avión está mojado pero vuela mejor.

Saldmoncete – Yo sé volar y tú solo nadas ¡dame tu avión, manazas!

Maddencillo (llora) – David, Saldmoncete quiere quitarme el avión.

Saldmoncete – Es que lo vas a romper. Tráelo, que yo te lo guardaré.

Maddencillo – No, no. Me quejaré a mi hermano David ¡¡¡David!!!

David – No grites, que voy – (intenta ayudar a Maddencillo y se les cae el avión y se rompe).

David a Saldmoncete - ¿Me dejas tu avión? El de Maddencito se ha roto.

Saldmoncete – No y no. Me quejaré a Hugo.

Hugo – Haya paz, haya paz. Maddencillo, si no sabes cuidar tus juguetes te quedarás sin ellos.

David (digno) – Sir Hugo, entre caballeros será fácil resolver el asunto.

Hugo (en un aparte) – Que se habrá creído este bobo engolado.

David - ¿Decía algo, Si Hugo?

Hugo – Que verá que bien les arreglo el juguete y como se lo cuido, Lord David. Ya sabe que el aire es uno e indivisible.

David – Pero nos lo dejará ¿verdad? Lo necesito para las próximas maniobras.

Hugo – No se preocupe, cuando lo necesite, me lo pide y Saldmoncete se lo llevará.

David – Es un placer tratar con caballeros. Gracias, Sir Hugo - (sale).

Hugo – (aparte) Este tonto no vuelve a ver el avión – (salen Hugo y Winston).

Maddencillo – Saldmoncete ¿me dejas el avión? Ahora me toca a mi.

Saldmoncete – Hugo me ha dicho que solo lo puedes mirar.

Maddencillo - ¡¡¡¡David!!! ¡Saldmoncete no me deja el avión!

(Entran David, Hugo y Winston).

David (hecho una furia) – Saldmoncete, Sir Hugo me lo prometió.

Hugo (entra riéndose, y dice en un aparte) – Era hora que se diesen cuenta- (dice a David) - ¿Qué pasa ahora?

David – Que Saldmoncito no quiere dejarle el avión a Maddencillo, como usted prometió.

Hugo - ¿Prometer? ¿a ese manazas?

David – Usted no tiene palabra de caballero. Sir Winston ¿Qué decide usted?

Winston – Un momento Saldmoncete ¿me dejas el avión? – (Saldmoncete se lo entrega) – Lord David, Sir Hugo ¿de quién era el avión?

David, Hugo (rivalizando) – Mío, mío. Mío.

Winston saca una espada y parte el avión por la mitad. Entrega un trozo a cada uno – Así cada uno tiene su parte ¿tenéis algún problema con niños, para que os lo resuelva?

Cae el telón


La revista satírica Punch estaba en horas bajas en 1920, pero tenía un estilo incisivo y una libertad de acción impensable en otros países en esa época. La farsa quiere simular el desastre del Geryon, el ansia de la RAF por hacerse con todo, la polémica entre David Beatty (Primer Lord del Mar en esa época) y Hugh Trenchard, y el dictamen de una supuesta decisión de Churchill, por entonces Secretaro de la Guerra y Secretario del Aire.

El trasfondo de la historia es que Trenchard engañó a Beatty. Trenchard, con el argumento de que el aire es uno e indivisible, pretendía controlar todo lo que volase (y sus elementos de apoyo). Beatty se negaba, pero Trenchard le pidió doce meses de tiempo, y le indicó que devolvería a la marina parte de los elementos de apoyo. Beatty se sentía un caballero (era aristócrata), creía en el juego limpio, y pensaba que Trenchard era sincero, por lo que dejó hacer a Trenchard durante todo 1920.

Pero Trenchard no devolvió nada, solo ofreció destinar al Almirantazgo personal suyo. Beatty declinó la oferta, y al final comprendió que Trenchard había actuado de mala fe.

En este supuesto la marina tiene más apego por sus portaaviones, y hay una polémica por medio que envenena las relaciones entre marina y aviación. Beatty se convence de la mala fe de Madden y exige a Churchill una decisión.

Churchill en ese momento tenía un cargo equivalente al de Ministro del Ejército y Ministor del Aire, pero tenía sólidas relaciones con la marina y especialmente con Beatty. Y toma una decisión salomónica: desgajar de la RAF la aviación naval, y devolvérsela a la Royal Navy.

Espero que esté gustando, cuesta bastante escribir esto (y documentarse previamente).

Saludos