Publicado: Dom Abr 22, 2007 8:28 pm
por Kurt_Steiner
El exterminio en Ustice y Gradina

Un superviviente, Dusan Culum, recuerda: " Todos los días, llegaban a Jasenovac de seis a doce vagones de gitanos. Debían desembarcar del tren ante el campo y sentarse en el suelo. El comandante del campo, Luburic, u otros responsables oustachis les señalaban el lugar donde serían instalados para trabajar. Los oustachis cogían primero a los hombres y les contaban que serían enviados a Alemania. Les hacían cantar "Bendito sea Pavelic (el jefe nazi croata)" y les embarcaban. Les hacían montar en balsas para cruzar el río hasta Ustice y les llevaban a casas cuyos ocupantes servios habían sido asesinados. Las casas estaban rodeadas de espino y formaban un pequeño campo. Después, los oustachis mataban a los gitanos a mazazos y los enterraban en los jardines. Tras haber matado a los hombres, volvían y mataban a las mujeres y a los niños".

A otros recién llegados les contaban que serían enviados a Bosnia e instalados en las tierras de los partisanos que habían huido al monte. "Que Dios os bendiga", dijo una vieja gitana al escucharlo. Los gitanos atravesaron el río para alcanzar Ustice. Los hombres fueron conducidos a la orilla, atados de cinco en cinco y asesinados. Los oustachis regresaron enseguida para matar a las mujeres y los niños. Como la capacidad de exterminio del campo de Ustice se reveló insuficiente en relación al número de prisioneros llegados a Jasenovac, se abrió un nuevo centro de exterminio en Gradina. Un grupo de hombres, mujeres y niños fue conducido directamente por tren a Gradina sin pasar siquiera por el campo de Jasenovac. Se les ordenó cantar durante el viaje las canciones que entonaban en la celebración de las bodas. A su llegada a Gradina fueron ejecutados y enterrados en fosas comunes.

Un superviviente describe el modo en que fue conducido otro convoy de mujeres y niños, en canoa, a Gradina. Los prisioneros habían cavado allí una fosa. Las mujeres fueron llevadas hasta el borde de la fosa, primero en grupos, luego una a una, para ser abatidas. Después, el grupo encargado del trabajo debió cavar otra fosa. Los vestidos de los gitanos asesinados eran enviados a un fábrica textil del campo, y de allí a una fábrica en Zagreb, cuyo propietario era Pripic. Algunos gitanos cavaban las tumbas. Cada cierto tiempo, los trabajadores de estos grupos eran abatidos, y se formaba un nuevo grupo. En 1.945 fue asesinado el último de ellos, y ningún testigo de Ustice sobrevivió.