Publicado: Sab Jul 12, 2008 1:40 am
por Mikhailovna
Hola a todos,

En primer lugar gracias, Simon, por sacar del fondo del baúl viejos post y nuevamente os pido disculpas si uso tecnicismos, pero os garantizo que siempre trato de usar los justos e imprescindibles para que resulte medianamente comprensible cualquier texto; si usara el lenguaje tal cual de la psicología os resultaría un peñazo insufrible y de difícil digestión.

No hay mucho que explicar sobre la Ansiedad de Combate, dícese TEPS, dícese REC (reacción al estrés de combate), pero no entremos en más siglas. Es tan sencillo, Simon, como decir que el soldado "se rompe"; imposible sostener dentro de "la cordura" tanto horror como el que obliga a experimentar una guerra en cualquiera de sus aspectos y consecuencias.

Sí habría que explicar un poco más sobre el trato psicológico-militar que se dio a dicho trastorno desde principios de siglo XX, incluso antes.

No veo mucha diferencia entre el trato, o más bien la interpretación, que de este trastorno hicieron todos los países implicados en la guerra: en la I porque fue donde por fin lo diagnosticaron y le pusieron un nombre, y en la II porque se lo pasaron por el mismísimo sitio que en la I, pese a saber de que se trataba. Ni rusos, ni ingleses, ni americanos, ni alemanes, ni japoneses: para cualquiera de ellos este trastorno era un síntoma de debilidad, una vergüenza, se ignoraban sus síntomas y punto.
No niego que pudieran existir oficiales más sensibles y empáticos con este síndrome (más que nada porque ellos también lo padecían) pero con carácter general ya sabéis que estaba mal visto.

Y hoy en día seguimos igual. Hace no mucho vi un documental donde hablaban soldados "exiliados" en Canadá, bien por desertar en la actual guerra de Irak o bien por ser diagnosticados con un TEPS, y ante la discriminación de sus propios compañeros y oficiales pusieron tierra por medio: están denunciados y acusados de deserción.

En su momento (creo que hasta hace dos días), y por aquello de guardar las apariencias y no parecer inquilinos recién salidos de Atapuerca, lo que persiguió la psicología militar era buscar métodos o terapias para -recuperar- al soldado aquejado con este síndrome lo antes posible para que volviera a combatir; poco importaba que esas terapias no abarcaran el tratamiento de los otros aspectos de una persona que también quedan irremediablemente tocados, es decir, todos. Bastaba o basta con un rápido DEBRIEFING (El Debriefing pretende ventilar los sentimientos, miedos y emociones experimentados por el sujeto mediante el relato del acontecimiento traumático. Marshall, en la II GM, fue uno de los impulsores del Debriefing post-combate como elemento preventivo del estrés de combate y preparador para las sucesivas entradas en combate) y hala, a pegar tiros otras vez. Imagino que tanta sensibilidad como un DEBRIEFING no se debía dar en el tercer ejército que comandaba Patton, alias, el Testoterónico.

Hoy la psicología militar, junto con los responsables de tecnología armamentística persiguen la mayor -asepsia bélica- posible mediante armas de largo alcance, o cualquier otro método que mantenga a los soldados lejos del cuerpo a cuerpo y el cara a cara. Se persigue el anonimato del enemigo de un modo más literal que nunca y más factible de lo que jamás hayamos imaginado. Por un lado me alegro, porque alternativas como ésta me demuestran que nunca existirá un entrenamiento lo suficientemente válido para preparar máquinas de matar sin destruir la esencia de un ser supuestamente humano. Alternativas como ésta me permiten seguir creyendo en nuestra penosa especie; de lo contrario me iré al Serengueti a gozar de los leones…hasta que ellos acabasen -gozando- de mi.

Llegados a este punto sí debo señalar que los alemanes fueron retorcidamente pioneros en esto de la "asepsia", aunque no necesariamente aplicada a la prevención de un TEPS tal y como se define, pero sí a la prevención de posibles trastornos psicológicos… Ya comenté en otro lugar que, dado que contemplar los desgarradores "espectáculos" que se daban cuando separaban a los hijos de las madres para gasearlos provocaba en los responsables nazis severos conflictos, decidieron entonces gasearlos juntos evitando así una exposición innecesaria a semejante evento por parte de los oficiales; ya dije también que para la selección la mayoría optaba por hacerla bajo un considerable estado etílico; parece ser que para eso no encontraron mejor sistema que estar alcoholizado.
Muy significativo también fue el hecho de que ningún alemán interviniera "directamente" en el proceso de genocidio como tal: para eso estaban los Sonderkommando que daban instrucciones en las duchas, luego los sacaban y posteriormente los quemaban y se deshacían de las cenizas… Lo único que hacía la mano alemana era abrir una trampilla y dejar caer los simpáticos cristales de Zyklon-B…Asepsia psicológica, si señor; otra cuestión era como quedaban los judíos del Sonder., claro ejemplo de la fuerza del instinto de supervivencia…aunque tampoco les duraba mucho el trauma.

No se me ocurre más; si me dejo algo en el tintero (seguro que sí) ya lo comentaré.

Un kiss pelonero a todos.