Publicado: Lun Nov 27, 2006 10:52 am
por Domper
Bueno, creo que aquí se han colado varios errores. Algunos por desconocimiento, otros incluyen bastante intencionalidad (no por parte de Mikhailovna, sino de los autores de los artículos en los que se basa).

El primero: uso de morfina = adicción. Eso es un error. Unas cuantas dosis de mórficos no convierten en adicto a nadie, si se usan adecuadamente. Se produce una dependencia física, pero similar al que toma somníferos (que tiene que reducir la dosis poco a poco). El problema es cuando por sobrecarga, o por desconocimiento, se usan excesivamente, o no se tiene demasiado control. Cosa que ocurrió. Recomiendo el libro "Yo fui morfinómano" de Barney Ross y Martin Abramson sobre el tema.

Pero en descargo de los hechos, hay que señalar algunos detalles:

1. El abuso de esas substancias en los hospitales fue compasivo. Es decir, se utilizaron con la finalidad de evitar dolores a los heridos. No tiene nada que ver con el "uso recreativo" que se dio en Vietnam de los opiáceos. Me resultan más simpáticos los servicios sanitarios que producen morfina de más que los que regatean con las dosis dejando rabiar de dolor a los heridos.

2. No se sabía como usar adecuadamente los mórficos. Precisamente lo que se sabe del abuso, y de una adecuada terapia del dolor, viene de las experiencias de la SGM. La diferencia fue que en esta guerra el ejército norteamericano (sobre todo) hizo un esfuerzo decidido para proporcionar atención médica adecuada a sus soldados. Incluyendo medidas profilácticas, tratamiento precoz de heridos, evacuación, y cuidados posteriores. Cosa que no puede decirse de otros ejércitos.

3. La morfina no se administraba para evitar conflictos. Salvo unos pocos marines de los treinta (que habían estado estacionados en China) los reclutas norteamericanos no eran morfinómanos, y aunque tenían acceso casi libre a esta droga (que estaba en el botiquín de primeros auxilios) no se drogaban habitualmente con ella (si no es así, fuentes, por favor; yo he leído muchos testimonios y no van en esa línea). Adictos a la morfina eran algunos (pocos) de los heridos, que habían tenido heridas que les provocaban dolor crónico (entre ellos el futuro JFK). La mayoría de los heridos volvían al combate, o a sus casas, sin ser adictos. En "Hermanos de sangre" de Ambrose se recogen testimonio de muchísimas borracheras, muchísimas salidas a la caza de putas, pero casi nada de morfina.

El ejemplo palmario de lo que no debe ser una sanidad militar es el alemán. Un ejemplo: es conocido que Rommel tuvo que ser evacuado de Africa por "ictericia" y disentería, que también afectó a Rudel. Esa "ictericia" es la Hepatitis A, una enfermedad viral de transmisión fecal - oral, y favorecida por la falta de higiene (hay otros factores pero sería prolijo describirlos). La disentería (gastroenteritis de origen viral, bacteriano o parasitario) depende más aún de una inadecuada higiene. Un hecho poco conocido es que el Afrika Korps vivía en la inmundicia, pues los escasos recursos se destinaban a gasolina y municiones, y no para mantener la higiene. El ejército inglés, con experiencia en guerras coloniales, destinaba una parte importante de su capacidad de transporte, y destinaba mucho personal, para llevar suficiente agua, para cavar letrinas, y para tener una sanidad adecuada. Cosa que no hizo Alemania, cuya experiencia era de la civilizada Europa y a la que le importaban un pimiento sus soldados. El hecho es que las tropas inglesas rehusaban usar las instalaciones del Eje por ser inmundas.

Parecido con la atención a las heridas. El ejército alemán (menos aún el japonés) no estableció una organización como la inglesa o la norteamericana, o incluso como la rusa, para el suministro de plasma y sangre a los heridos. Estas sustancias se prepararon para ser administradas en primera línea y evitar la muerte por choque hemorrágico (la morfina también se preparó para su uso así, y dosis precargadas de sulfamidas y de Penicilina).

Un esfuerzo similar supuso la creación de unidades quirúrgicas que acompañaban a las tropas de primera línea. Por ejemplo, fue excepcional que en Omaha no se pudiesen establecer quirófanos las primeras 24 horas, pero la marina estuvo evacuando heridos de la playa que eran tratados en menos de dos o tres horas. En fases posteriores de la guerra la atención mejoró aún más. En Iwo Jima, una vez tomados los aeródromos (la primera semana) se estableció un puente aéreo con las Marianas para el transporte de heridos, con aviones C-54. Un herido en esa isla era rescatado y tratado en equipos quirúrgicos avanzados en menos de dos o tres horas, y llevado esa misma tarde a un hospital lejos del fuego en las Marianas. Estados Unidos construyó varios miles de aviones destinados específicamente al transporte sanitario (no unos pocos trimotores), incluyendo versiones especializadas de aviones ligeros, incluso los primeros helicópteros. Igual, igual, que el ejército alemán en Rusia, con sus heridos apenas vendados y llevados a los hospitales en carros de caballos y luego en trenes.

Segundo error: parece deducirse que las drogas se emplearon como una forma de "flipar" a los soldados para que luchasen. Y no fue así. Para eso ya estaba el alcohol, y los aliados occidentales aunque no lo prohibieron (ni mucho menos) tampoco lo alentaron (mientras que los ejércitos alemán o ruso distribuían licores antes de las batallas, como el "saltatrincheras" de la Guerra Civil Española).

Esos fármacos se usaron en parte para mejorar la eficacia de los soldados, pero también para ahorrarles molestias. Las anfetaminas se usaban (sin conocer sus riesgos a largo plazo) para facilitar a los combatientes las muchas horas de vigilia que precisarían: no se recuerda que una misión sobre Alemania solía durar entre ocho y dieciséis horas seguidas. Parecido con las guardias en buques o en las trincheras. Los tranquilizantes se usaron (muy poco) para que el soldado lo pasase menos mal antes de las batallas en las que de todas formas tendrían que luchar (e, insisto, su uso fue mínimo). Los tratamientos para la cinetosis (para el mareo), lo mismo. Quien haya disfrutado de un buen mareo en avión o en barco sabrá si es agradable o no.

Precisamente en Alemania se dejaron pillar. Si les faltaba morfina es por imprevisión, pues la adormidera se podía cultivas sin problemas en zonas bajo su control (pero es mejor que los soldados rabien). A pesar de haber sido pioneros en la investigación de medicamentos (con las sulfamidas) no pasaron de ahí. Mientras que la Penicilina fue producto de un enorme programa de investigación, puesto en marcha por Inglaterra y luego USA, y que incluyó otros antibacterianos (en 1945 se produjo la estrptomicina, el primer antituberculoso). Lo de Fleming y sus cultivos sucios es muy divertido, pero el mérito está en Foley y en el Ministerio de Sanidad inglés. Los alemanes no destinaron apenas recursos para esto.

Hay bastantes errores más, sobre el efecto de algunos fármacos y demás, pero son de tipo técnico. La cuestión es que hay muchos artículos escritos de forma tendenciosa y que falsean la realidad.

Saludos