Publicado: Sab Nov 04, 2017 9:56 pm
Pregunta 3151
- ...y en ese preciso momento Herr Ramcke, cuando con una fría mirada en los ojos Herr Ramcke estaba depositando sobre el negro las ganancias de la noche de toda la plana mayor del Regimiento, comenzaron a sonar las sirenas anunciando un bombardeo. No sabe la que se armó. El croupier se desgañitaba vociferando que la apuesta estaba hecha, el Oberst del Regimiento estaba a punto de sufrir una apoplejía pugnando entre salir corriendo hacia el refugio o permanecer en la mesa para ver qué ocurría al final, Herr Ramcke echó mano a la Luger con cara de pocos amigos mientras Herr Clar reculaba hacia la mesa de Black Jack sin derramar una sola gota de su zarzaparrilla duramente arrebatada a los chicos del general Clark. Una situación digna de opereta, sin duda
- ¿Y qué pasó?
- Lo que tenía que pasar. Ni más ni menos. Con una hábil maniobra de judo aprendida de unos becarios japoneses que pasaron por la Fallschirmjägerschule, aproveché la carrera frenética de uno de los camareros para lanzarlo sobre la mesa y acabar radicalmente con la discusión
- Usted no se anda con chiquitas...
- Cuando se monta el circo... Y por cierto, eso me recuerda a cierto alto oficial que se vio en una determinada situación en el papel de equilibrista y funámbulo, en sentido figurado, entre dos ramas armadas del ejército de su país, viéndose obligado a limar ciertas asperezas entre ellos para superar un cierto desencuentro
- No me diga más... Será preciso averiguar el nombre de ese personaje para superar el próximo Quiz
- Es usted único, Sasha
- Bueno, pero no sea avaro con las pistas y diga algo más...
- Añadiré que nuestro hombre sobrevivió a la guerra, que no es precisamente uno de los oficiales más conocido en su bando, que dejó escrito algún que otro libro, y que fue asesor de una película de cierto éxito.
- Hombre, pues dicho eso...
- ...queda dicho todo, por el momento... Y deje que continúe contándole lo que pasó a continuación, cuando las fichas de la ruleta saltaron como una cascada en todas direcciones y fue preciso luchar a brazo partido con unos cosacos del ejército de Vlasov para recuperarlos
- Me lo temía...
- ¿Decía...?
- ...y en ese preciso momento Herr Ramcke, cuando con una fría mirada en los ojos Herr Ramcke estaba depositando sobre el negro las ganancias de la noche de toda la plana mayor del Regimiento, comenzaron a sonar las sirenas anunciando un bombardeo. No sabe la que se armó. El croupier se desgañitaba vociferando que la apuesta estaba hecha, el Oberst del Regimiento estaba a punto de sufrir una apoplejía pugnando entre salir corriendo hacia el refugio o permanecer en la mesa para ver qué ocurría al final, Herr Ramcke echó mano a la Luger con cara de pocos amigos mientras Herr Clar reculaba hacia la mesa de Black Jack sin derramar una sola gota de su zarzaparrilla duramente arrebatada a los chicos del general Clark. Una situación digna de opereta, sin duda
- ¿Y qué pasó?
- Lo que tenía que pasar. Ni más ni menos. Con una hábil maniobra de judo aprendida de unos becarios japoneses que pasaron por la Fallschirmjägerschule, aproveché la carrera frenética de uno de los camareros para lanzarlo sobre la mesa y acabar radicalmente con la discusión
- Usted no se anda con chiquitas...
- Cuando se monta el circo... Y por cierto, eso me recuerda a cierto alto oficial que se vio en una determinada situación en el papel de equilibrista y funámbulo, en sentido figurado, entre dos ramas armadas del ejército de su país, viéndose obligado a limar ciertas asperezas entre ellos para superar un cierto desencuentro
- No me diga más... Será preciso averiguar el nombre de ese personaje para superar el próximo Quiz
- Es usted único, Sasha
- Bueno, pero no sea avaro con las pistas y diga algo más...
- Añadiré que nuestro hombre sobrevivió a la guerra, que no es precisamente uno de los oficiales más conocido en su bando, que dejó escrito algún que otro libro, y que fue asesor de una película de cierto éxito.
- Hombre, pues dicho eso...
- ...queda dicho todo, por el momento... Y deje que continúe contándole lo que pasó a continuación, cuando las fichas de la ruleta saltaron como una cascada en todas direcciones y fue preciso luchar a brazo partido con unos cosacos del ejército de Vlasov para recuperarlos
- Me lo temía...
- ¿Decía...?