Publicado: Mar Abr 07, 2015 11:35 pm
Pregunta 2602
-En resumen, aquí tiene unos aros de cebolla fritos, una ración de jamón, unas empanaditas, queso fresco para acompañar y, por último, una milanesa picada de pollo y ternera.
-¡Por la boina de Monty, menudo banquete!
-Y sin olvidar una jarra de cerveza artesanal. Pilsen, of course, que ya nos conocemos.
-¿Todo esto de parte de Herr Baron?
-Todo, sin dejar nada.
-Pues habrá que hacer los honores y no dejar ni una muestra. No obstante, deje una copichuela pagada de mi parte al resto de tiradores que probaron fortuna con el enigma.
-Oído barra. De paso, podía contarse algo para amenizar la cena que se va a meter entre pecho y espalda.
-Faltaría más. Le puedo contar la historia de una pareja que se dedicó durante poco más de un año a amargar la vida a las fuerzas del Eje.
-¿En poco más de un año? ¿Tantos problemas causaron?
-Ni se imagina. Fíjese que no fue hasta acabada la guerra, y tras varias revisiones, que no llegó a saberse con certeza el alcance de sus correrías. Y el resultado fue que aún se mejoraron los registros oficiales realizados durante la guerra, alcanzando un doble record en combate en las Fuerzas Armadas de su país.
-Caramba, caramba.
-Sin embargo, y como suele pasar, la alegría va por barrios. Uno de ellos no acabó la guerra y su carrera se vio truncada en 1944 por fuego amigo. El otro miembro de la pareja fue hecho prisionero pero consiguió acabar la guerra con vida y prosiguió la carrera militar alcanzando una alta posición en el escalafón. Eso sí, ambos recibieron el reconocimiento a su trabajo en forma de importantes condecoraciones.
-Y me imagino que...
-Se imagina bien. Habrá recompensa en forma de todo aquello que sea capaz de comer y beber en el espacio de una hora aquel parroquiano que descubra las identidades de tan peculiar pareja.
-¿Y si es Herr Káiser quien acierta?
-Tenga este papel. En él están los teléfonos de los servicios sanitarios y de seguridad más próximos de la Kriegsmarine. Ellos sabrán que hacer, no se preocupe.
Buena caza.
-En resumen, aquí tiene unos aros de cebolla fritos, una ración de jamón, unas empanaditas, queso fresco para acompañar y, por último, una milanesa picada de pollo y ternera.
-¡Por la boina de Monty, menudo banquete!
-Y sin olvidar una jarra de cerveza artesanal. Pilsen, of course, que ya nos conocemos.
-¿Todo esto de parte de Herr Baron?
-Todo, sin dejar nada.
-Pues habrá que hacer los honores y no dejar ni una muestra. No obstante, deje una copichuela pagada de mi parte al resto de tiradores que probaron fortuna con el enigma.
-Oído barra. De paso, podía contarse algo para amenizar la cena que se va a meter entre pecho y espalda.
-Faltaría más. Le puedo contar la historia de una pareja que se dedicó durante poco más de un año a amargar la vida a las fuerzas del Eje.
-¿En poco más de un año? ¿Tantos problemas causaron?
-Ni se imagina. Fíjese que no fue hasta acabada la guerra, y tras varias revisiones, que no llegó a saberse con certeza el alcance de sus correrías. Y el resultado fue que aún se mejoraron los registros oficiales realizados durante la guerra, alcanzando un doble record en combate en las Fuerzas Armadas de su país.
-Caramba, caramba.
-Sin embargo, y como suele pasar, la alegría va por barrios. Uno de ellos no acabó la guerra y su carrera se vio truncada en 1944 por fuego amigo. El otro miembro de la pareja fue hecho prisionero pero consiguió acabar la guerra con vida y prosiguió la carrera militar alcanzando una alta posición en el escalafón. Eso sí, ambos recibieron el reconocimiento a su trabajo en forma de importantes condecoraciones.
-Y me imagino que...
-Se imagina bien. Habrá recompensa en forma de todo aquello que sea capaz de comer y beber en el espacio de una hora aquel parroquiano que descubra las identidades de tan peculiar pareja.
-¿Y si es Herr Káiser quien acierta?
-Tenga este papel. En él están los teléfonos de los servicios sanitarios y de seguridad más próximos de la Kriegsmarine. Ellos sabrán que hacer, no se preocupe.
Buena caza.