Publicado: Dom Mar 15, 2015 2:33 pm
Pregunta 2579
-Buenos días, joven.
-Hombre, Miller, muy buenas. Le tenía preparada una ración de pollo al ajillo, volvió a hacerse con el botín.
-Por ciertas cosas bien merece la pena quemar neuronas, Sacha.
-Pues no era tan difícil.
-No, en peores plazas se ha toreado y en peores garitas se ha hecho guardia, pero le juro por mis deudos que ni me fijé en lo de los resultados de la operación. Por eso tuve que revisar a conciencia las inmediaciones de Barentsburg hasta dar con el cabo de marras. Si por mi fuera, lo degradaba a recluta hasta que cambiaran el palo de la bandera.
-¿A Herr Krossieg?
-No, hombre, no, al cabo. Pero bueno, ya puestos, invite a lo mismo de mi parte a aquel piloto de allí.
-¿Le conoce?
-Sí, un gran tipo, muy querido por sus compañeros. Fue el mejor piloto durante una determinada operación y el primer As a los mandos de cierto avión. Lamentablemente no vivió para ver el final de la guerra. Como datos curiosos le diré que su candidatura como piloto de cierta fuerza aérea fue rechazada por motivos idiomáticos y que su país de nacimiento ha cambiado de nombre varias veces. El actual no se parece en nada al que tenía cuando él nació. Es más, en uno de esos cambios nacionales, el monumento a su memoria fue retirado y trasladado al país por el que combatió durante la SGM.
-Curiosa historia.
-Ya ve. Una historia así bien se merece la invitación al piloto, y también al cliente que adivine su identidad.
-Oiga, y de esa otra historia que vino contando Herr Clar el otro día sobre cierta señorita, Herr Grognard, usted y una chumbera...
-Como podrá comprender, aunque no lo parezca y mal que me pese soy un caballero, y no tengo nada que añadir al respecto. O tal vez sí.
-¿El qué?
-¿Tiene a mano un cojín? Este taburete es más duro de lo que en las actuales circunstancias me gustaría.
Buena caza.
-Buenos días, joven.
-Hombre, Miller, muy buenas. Le tenía preparada una ración de pollo al ajillo, volvió a hacerse con el botín.
-Por ciertas cosas bien merece la pena quemar neuronas, Sacha.
-Pues no era tan difícil.
-No, en peores plazas se ha toreado y en peores garitas se ha hecho guardia, pero le juro por mis deudos que ni me fijé en lo de los resultados de la operación. Por eso tuve que revisar a conciencia las inmediaciones de Barentsburg hasta dar con el cabo de marras. Si por mi fuera, lo degradaba a recluta hasta que cambiaran el palo de la bandera.
-¿A Herr Krossieg?
-No, hombre, no, al cabo. Pero bueno, ya puestos, invite a lo mismo de mi parte a aquel piloto de allí.
-¿Le conoce?
-Sí, un gran tipo, muy querido por sus compañeros. Fue el mejor piloto durante una determinada operación y el primer As a los mandos de cierto avión. Lamentablemente no vivió para ver el final de la guerra. Como datos curiosos le diré que su candidatura como piloto de cierta fuerza aérea fue rechazada por motivos idiomáticos y que su país de nacimiento ha cambiado de nombre varias veces. El actual no se parece en nada al que tenía cuando él nació. Es más, en uno de esos cambios nacionales, el monumento a su memoria fue retirado y trasladado al país por el que combatió durante la SGM.
-Curiosa historia.
-Ya ve. Una historia así bien se merece la invitación al piloto, y también al cliente que adivine su identidad.
-Oiga, y de esa otra historia que vino contando Herr Clar el otro día sobre cierta señorita, Herr Grognard, usted y una chumbera...
-Como podrá comprender, aunque no lo parezca y mal que me pese soy un caballero, y no tengo nada que añadir al respecto. O tal vez sí.
-¿El qué?
-¿Tiene a mano un cojín? Este taburete es más duro de lo que en las actuales circunstancias me gustaría.
Buena caza.