Publicado: Jue Sep 26, 2013 11:50 pm
Pregunta 2229
-Muy buenas. ¿Llego a tiempo de tomarme algo?
-Pues sí. Una botella de Viña Tondonia de parte de Herr Ramcke. Acertó usted con el dichoso poema.
-Estupendo. Pero una botella entera va a ser demasiado arroz para tan poco pollo. Póngame una racioncita de ese lomo embuchado que parece un torpedo y así voy ya cenado. Y de paso, póngase usted otra copa, que no se diga.
-Muchas gracias. Por cierto, ¿se ha fijado en esos dos personajes de la mesa de la esquina?
-Sí, ya los veo.
-Pues llevan aquí un buen rato y hay división de opiniones. Unos clientes les saludan y otros pasan de largo, como si no estuvieran ahí.
-Hombre, en cierto modo tiene su explicación. Para unos se limitaron a cumplir las órdenes y las leyes de la guerra, pero otros deben creer que se extralimitaron un tanto.
-¿Por qué?
-Digamos que a partir de lo que uno ordenó y del cumplimiento por parte del otro de dicha orden, las cosas se pusieron más feas de lo que ya eran, que no lo eran poco, en cierto frente de combate.
-Hombre, si la cosa fue tal y como usted la cuenta no veo el motivo para que parte de la parroquia les ignore.
-Así, sobre el papel, desde luego que no. Pero tal vez en ciertas ocasiones las leyes de la guerra y las órdenes deberían estar supeditadas a algo tan simple como el sentido común. Por desgracia no siempre es así. Sin embargo, el suceso no trajo ninguna consecuencia negativa para ellos, al contrario; uno terminó llegando al grado de general y tuvo importantes cargos en las Fuerzas Armadas de su país después de la SGM y hasta los años 80 del siglo XX.
-Se debió de tratar, por lo que cuenta, de una situación poco común.
-Muy poco común, se lo puedo asegurar.
-¿Usted que habría hecho en un caso así?
-¿Yo? Preguntado así, en frío, le aseguro que ni habría dado esa orden ni, en caso de recibirla, la habría cumplido. Tal vez por eso no pasé de capitán y otros llegaron a general. Además, en mi caso no tenía un padre general y él si lo tenía. Vaya usted a saber si ese detalle pudo influir o no en el devenir posterior de la historia, pero en cualquier caso creo que no fue un mal soldado.
-¿Y, entonces, quienes son y qué fue lo que hicieron?
-Eso, querido amigo, tendrá que adivinarlo alguno de los clientes que pasan por aquí. De paso, quien lo descubra beberá a mi cuenta y se llevará un minipunto.
-Tomo nota.
Buena caza.
-Muy buenas. ¿Llego a tiempo de tomarme algo?
-Pues sí. Una botella de Viña Tondonia de parte de Herr Ramcke. Acertó usted con el dichoso poema.
-Estupendo. Pero una botella entera va a ser demasiado arroz para tan poco pollo. Póngame una racioncita de ese lomo embuchado que parece un torpedo y así voy ya cenado. Y de paso, póngase usted otra copa, que no se diga.
-Muchas gracias. Por cierto, ¿se ha fijado en esos dos personajes de la mesa de la esquina?
-Sí, ya los veo.
-Pues llevan aquí un buen rato y hay división de opiniones. Unos clientes les saludan y otros pasan de largo, como si no estuvieran ahí.
-Hombre, en cierto modo tiene su explicación. Para unos se limitaron a cumplir las órdenes y las leyes de la guerra, pero otros deben creer que se extralimitaron un tanto.
-¿Por qué?
-Digamos que a partir de lo que uno ordenó y del cumplimiento por parte del otro de dicha orden, las cosas se pusieron más feas de lo que ya eran, que no lo eran poco, en cierto frente de combate.
-Hombre, si la cosa fue tal y como usted la cuenta no veo el motivo para que parte de la parroquia les ignore.
-Así, sobre el papel, desde luego que no. Pero tal vez en ciertas ocasiones las leyes de la guerra y las órdenes deberían estar supeditadas a algo tan simple como el sentido común. Por desgracia no siempre es así. Sin embargo, el suceso no trajo ninguna consecuencia negativa para ellos, al contrario; uno terminó llegando al grado de general y tuvo importantes cargos en las Fuerzas Armadas de su país después de la SGM y hasta los años 80 del siglo XX.
-Se debió de tratar, por lo que cuenta, de una situación poco común.
-Muy poco común, se lo puedo asegurar.
-¿Usted que habría hecho en un caso así?
-¿Yo? Preguntado así, en frío, le aseguro que ni habría dado esa orden ni, en caso de recibirla, la habría cumplido. Tal vez por eso no pasé de capitán y otros llegaron a general. Además, en mi caso no tenía un padre general y él si lo tenía. Vaya usted a saber si ese detalle pudo influir o no en el devenir posterior de la historia, pero en cualquier caso creo que no fue un mal soldado.
-¿Y, entonces, quienes son y qué fue lo que hicieron?
-Eso, querido amigo, tendrá que adivinarlo alguno de los clientes que pasan por aquí. De paso, quien lo descubra beberá a mi cuenta y se llevará un minipunto.
-Tomo nota.
Buena caza.