Publicado: Sab Feb 12, 2011 7:23 pm
por Kurt_Steiner
El 15 de septiembre Stauffenberg fue destinado al puesto de jefe del Estado Mayor de la Oficina General del Ejército, a las órdenes del general Olbricht, el cual estaba subordinado al teniente general Fromm, comandante del ejército de reemplazo. Pronmto el conde Nikolas Üxküll (el tío Nux) se instaló en Wansee para ayudar a Claus con los asuntos cuotidianos. Sabía que era demasiado tarde para salvar la independencia alemana, pero creia que todavía se podía demostrar al mundo que dentro de Alemania había oposición al régimen criminal, y que también había una esperanza de llevar a cabo el golpe de Estado. Esto, en su opinión, se debía a los efuerzos de Stauffenberg para unir y canalizar los esfuerzos de los conspiradores.

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El número 8 de la Tristanstreasse, en Berlín Wansee, la residencia de Stauffenberg.
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El teniente de Estado Mayor Ulrich Bürker, jefe del departamento de organización del Estado Mayor Operativo de la Wehrmacht, informó a Stauffenberg en septiembre de 1943 de que la falta de hombres, munición y combustible iban a llevar a Alemania de manera inevitable a una catástrofe. A continuación le preguntó qué personas respaldaban los planes sobre los que habían hablando. Stauffenberg sólo nombró a Beck, y Bürker le dijo que no creía que éste no tenía suficiente fuerza de resolución. También le dijo que, para llevar a cabo con éxito un golpe de estado, necesitaban contar al menos con un mariscal de campo y su aparato de mano, y le advirtió que representaba el peligro del sistema policial de Himmler. Finalmente, cuando Bürker dijo que rae demasiado tarde para un putsch, Claus le contestó con brusquedad "¡Nunca es demsiado tarde!".

Uno o dos días después Bürker le dijo que su corazón estaba con él, pero que su cabeza no le permitía participar en la conspiración. Stauffenberg señaló a la fotografía de sus hijos y le dijo "lo hago por ellos". Con ayuda del conde Peter Yorck estableció contacto con el lider socialista Julius Leber, que compartía la preocupación de Claus por los trabajadores y los soldados del frente, además de otras cuestiones -Leber fue oficial durante la Gran Guerra, condecorado por su valor, y era católico-, y se ganó el respeto y el afecto de Stauffenberg. En los meses posteriores Stauffenberg fue conociendo a otros conspiradores (el conde Schwering von Schwanenfeld, Brücklmeier, Mesternmaier, Popitz, Jessen, von Hassel, Maas, Leuschner, Kaiser, Habermann) y trató con ellos la formación de un gobierno de transición, oponiéndose a la candidatura de Goerdeler como canciller. Discutió con Leuschner la conveniencia de escoger a un representante de los trabajadores del gabinete. Leuschner y Leber querían que una gran coalición de izquierdas tuviera una papel determinante en la Alemania del futuro., pero, tras lo acontecido en 1918, no querían volver a cargar con la responsabilidad de la derrota. En todo caso, querían que Leuschner fuera el vicecanciller y Leber el ministro de interior.