Publicado: Jue Feb 10, 2011 8:14 pm
por Kurt_Steiner
Dentro de la misma resistencia, existían diferentes opiniones sobre el camino a tomar. Helmuth von Moltke consideraba que no se debía matar a Hitler; para Motlke, Hitler y su partid odebían cargar con la responsabilidad hasta el fin, pues sólo así se podría superar su ideología. El general Beck, el designado como futuro jefe del Estado, había dado vía libre al atentado en febrero; Goerdeler, el futuro canciller, lo rechazaba. Adam von Trott zu Solz, miembro del Ministerio de Asuntos Exteriores, dijo que no había ninguna perspectiva de negociar con las potencias occidentales, pero sí había motivo para suponer que sería posible hacerlo con la URSS. Antes del fracaso de Kursk y del derrumbe de Italia, los miembros del Círculo de Kreisau se hacían ilusiones sobre sobre el valor que tendría para Rusia una alianza con Alemania y juzgaron erróneamente las intenciones de Stalin a la vista de la fundación del "Comité Nacional para una Alemania Libre". Por lo visto, no se tomó la decisión de seguir explorando esta vía. Por el contrario Moltke viajó a Turquía, desde donde pensaba viajar hasta El Cairo para entrevistarse con el embajador norteamericano en esta ciudad, Alexander Kirk. En diciembre de 1943 Moltke comentó a algunos amigos que tenía en Estambul -y que estaban en posición de mediar entre los conspiradores y los aliados- el plan de una sublevación interna y de la apertura del frente occidental que iba a instalarse en Francia, a condición de que las potencias occidentalse ocuparan rapidamente España. Los norteamericanos y británicos ya tenían un plan para el caso del derrumbe interno alemán, el plan Rankin. Para ello von der Schulenburg fue a París, donde se entrevistó con el general von Stülpnagel. En sus entrevistas con el mariscal de campo von Kluge, Tresckow logró persuadirle de que colaborara con la resistencia, con al ayuda de von Gersdorff.

A finales de julio el golpe de estado parecía inminente. Tresckow afirmó en Berlín que von Kluge estaba listo para actuar contra Hitler tras el fracaso de Kursk. Para el golpe se usaría el plan Valquiria ideado por Olbricht. Pero las fuerzas que se iban a emplear fueron enviados con urgencia a Italia. Había que volver a empezar de cero. Se buscó afianzar el apoyo de von Kluge y conseguir el de von Manstein, pero este se negó a participar. "Todo diálogo protagonizado por otro interlocutor que no sera el Führer sería funesto, pues mostraría al enemigo la existencia de una brecha en nuestras filas. El ejército nunca debe mezclarse con algo así". También se oponía a matar a Hitler, pues desgarraría al ejército.

Stauffenberg fue reclamado a Berlín en agosto, donde comenzó a entrevistarse con los golpistas, aunque con cuidado, para que no les descubrieran.