Publicado: Sab Feb 05, 2011 11:08 pm
por Kurt_Steiner
Stauffenberg formulaba las órdenes para la tropa con cuidado y a tiempo, en un lenguaje claro y conciso, de modo que los soldados tenía siempre la sensación de estar bien dirigidos. La energía con la que trabajaba contagiaba a sus subrodinados. Se curó sin que nadie se diera cuenta de una herida en la rodilla causada por la metralla enemiga. Solía trabajar doce o catorce horas al día, incansable, moviéndose entre los puestos de mando, visitando a los regimientos y batallones para conocer a los oficiales de la división, o caminando arriba y abajo del vehículo de mando dictando las órdenes de la división. Siempre que alguien le visitaba era obsequiado con café, cigarrillos o vino.

El comandante de la división, el general von Broich, pronto consieró a Stauffenberg como un amigo. Estaba conktento de que su Ia fuera "un hombre honrado, antinazi y un oficial de Estado Mayor muy competente". A medianoche solían hablar sobre las posiblidades de derrocar el régimen, sobre política, filosofía o literatura. Stauffenberg nunca ocultó su opinión de que Hitler debía ser eliminado ni ante von Broich ni ningún otro oficial de la división. Así lo confirmó von Hagen cuando Freisler le preguntó durante su comparecencia, el 7 de agosto de 1944, frente el "Tribunal Popular".

Tanto von Broich como Stauffenberg eran conscientes de la situación de las tropas del Eje en África, puesto que no recibían suministros y su fuerza de combate disminuía constantemente, mientras que la de los aliados no cesaba de crecer. Por ello von Broich consideraba que Stauffenberg sería más útil en Alemania que en Túnez.