Publicado: Lun Ene 17, 2011 6:12 pm
por Kurt_Steiner
Como militar, Stauffenberg no tenía derecho a votar. En las elecciones a la presidencia de 1932 se mostró partidario de Hitler, alegando que Hindenburg era demasiado viejo y, además, era un reaccionario, el candidato de los burgueses provincianos. Un compañero describió a Stauffenberg como nacionalista, y, como todos los oficiales, de derechas, pero no le parecía un secuaz. Stauffenberg no sólo aprobaba la política militar del NSDAP, sino que además estaba de acuerdo con algunas pretensiones no militaers, como la unificación de todos los alemanes dentro de las fronteras del Reich.

Pese a su acuerdo con algunas de las políticas de Hitler, Stauffenberg mantuvo su independencia, pero también era capaz de adaptarse a una situación dada y callar, si era necesario, sus verdaderos pensamientos. Un pariente de la família de su esposa, los Lerchenfeld, recordó la sorpresa general que provocó el intento del 20 de julio, ya que todos creían que Stauffenberg era el único nazi de la família.

Quizás sea oportuno aquí citar el testimonio del barón von Loeper, jefe de la división de Stauffenberg en la campaña de Polonia. Para él, con su marcada conciencia nacional, Stauffenberg fue una víctima "del encantador de ratas de Braunau*, como la mayoría de nuestros jóvenes oficiales", ya que, durante la república, se manifestó poco nacionalismo en el gobierno, en los parlamentos y en los periódicos. Según von Loeper, había que distinguir el "nacionalsocialismo puro", que subsumía lo social en lo nacional y eliminaba así la lucha de clases, y el hitlerismo, "que hollaba unos caminos muy distintos, los derroteros de la dictadura, el ansia de poder y el crímen".

Aquí debo detenerme por un momento para reflexionar sobre el concepto que Claus von Stauffenberg tenía de Alemania y en nacionalismo, y de cómo los entendía. Su concepto se basaba en la "Alemania Secreta" del poeta Stefan George, que parte de las raíces del pensamiento Alemania y que empezó a forjarse, de manera más reciente, a comienzos del siglo XIX, con el poeta Hölderlin y su concepto del secreto genio creador de Alemania, Schiller y su Alemania espiritual o Heine, que escribió en 1852 sobre "la Alemania verdadera, misteriosa, por decirlo así, la Alemania anónima del pueblo alemán, del soberano durmiente, con cuyo cetro y corona juegan los macacos".

Para Stefan George, que conocía los escritos de Heine, Paul Lagarde y Julius Langbehen y estudió a Hölderlein, habla también de una Alemania secreta, durmiente, que insufla vida y ritmo a la vida. En cierto modo, era similar a la República de Platón, inexistente, un ideal a alcanzar, que podía ser no muy diferente del nacionasocialismo, si hacemos caso a la definición efectuada por Max Kommerell en su der Dichter als Führer in der deutschen Klassik, con la aprobación del mismo George. Pero incluso en los escritos de Kommerell persiste la reivindicación espiritual que hace que esta Alemania secreta camine en paralelo y a la vez en sentido opuesto al nazismo.

Me resulta dificil analizar de una manera concisa esta idea de la "Alemania Secreta" de George, que, para algunos, fue un proto-nazismo, tal vez por su culto al autosacrificio, a la lucha, al heroísmo y al poder. Se diferenciaría, tal vez, por su énfasis en la necesidad de una Alemania dirigida por una élite culta -en contraste con la fuerza bruta y el terror nazi-. El mismo George, por cierto, no se vinculó abiertamente con el NSDAP y marchó a Suiza, donde moriría, poco después del acceso de Hitler al poder.

(continuará...)