Publicado: Lun Ene 17, 2011 2:38 pm
Leyendo otra vez la biografía de Peter Hoffmann de Stauffenberg, me he encontrado algunos pasajes que considero útiles mencionar en este hilo.
Aunque contemplaba la realidad desde un punto de vista elevado [por su procedencia aristocrática, por la educación recibida y por formar parte del círculo del poeta Stefan George], el teniente Stauffenberg seguía con pasión los acontecimientos políticos, incluso más que sus hermanos. Le gustaba hablar de política, sobre todo desde que los nacionalistas empezaron a obtener grandes éxitos. Se esperaba que el partido de Hitler situaría de nuevo a Alemania en pie de igualdad con las otras grandes potencias. Stauffenberg, como la mayoría de oficiales, creían que la defensa de la nación estaba comprometida no sólo por las limitaciones del tratado de Versalles sino por el propio gobierno de la república. En 1932 los oficiales coincidían en el pronóstico de que ésta no duraría mucho más tiempo.
Al mismo tiempo, en las conversaciones en que se trataba este tema, los militares siempre coincidían en que el juramento a la bandera era intocable, y que su obligación era defender frente a toda posible agresión al gobierno de la república, fuera ésta o no de su agrado. Stauffenberg, con su sentido de la justicia y el decoro, solía salir al paso de los ultrajes contra la república y su bandera negra, roja y oro.
Aunque los oficiales aseguraban de que no se hablaba de política ni en el servicio ni fuera de él, acto seguido añadían que gran parte del cuerpo de oficiales estaba fascinada por el artículo 22 de programa del NSDAP, el cual exigía la formación de un ejército, un objetivo que sólo se podía alcanzar si los nazis alcanzaban el poder. Este fue uno de los motivos esenciales por los que también Stauffenberg veía con buenos ojos el ascenso del NSDAP.
Entre los oficiales más jóvenes, entre ellos Stauffenberg, estaba muy extendida la disposición a apoyar el movimiento "nacional" y "socialista", incluso entre muchos de los que más tarde, a la vista de los crímenes perpetrados por los nazis, se convertirían en sus adversarios. Ya antes de 1933 se tenía a Stauffenberg como un adepto al movimiento Hitleriano. En aquella época también se mostraron favorables al "movimiento nacional" el teniente Stieff, el comadnante Oster -que por esas fechas estaba retirado del ejército -, el capitán von Tresckow, el teniente Mertz von Quirnheim y el teniente de la reserva Caesar von Hoffacker, primo de Stauffenberg.
(continuará)
Aunque contemplaba la realidad desde un punto de vista elevado [por su procedencia aristocrática, por la educación recibida y por formar parte del círculo del poeta Stefan George], el teniente Stauffenberg seguía con pasión los acontecimientos políticos, incluso más que sus hermanos. Le gustaba hablar de política, sobre todo desde que los nacionalistas empezaron a obtener grandes éxitos. Se esperaba que el partido de Hitler situaría de nuevo a Alemania en pie de igualdad con las otras grandes potencias. Stauffenberg, como la mayoría de oficiales, creían que la defensa de la nación estaba comprometida no sólo por las limitaciones del tratado de Versalles sino por el propio gobierno de la república. En 1932 los oficiales coincidían en el pronóstico de que ésta no duraría mucho más tiempo.
Al mismo tiempo, en las conversaciones en que se trataba este tema, los militares siempre coincidían en que el juramento a la bandera era intocable, y que su obligación era defender frente a toda posible agresión al gobierno de la república, fuera ésta o no de su agrado. Stauffenberg, con su sentido de la justicia y el decoro, solía salir al paso de los ultrajes contra la república y su bandera negra, roja y oro.
Aunque los oficiales aseguraban de que no se hablaba de política ni en el servicio ni fuera de él, acto seguido añadían que gran parte del cuerpo de oficiales estaba fascinada por el artículo 22 de programa del NSDAP, el cual exigía la formación de un ejército, un objetivo que sólo se podía alcanzar si los nazis alcanzaban el poder. Este fue uno de los motivos esenciales por los que también Stauffenberg veía con buenos ojos el ascenso del NSDAP.
Entre los oficiales más jóvenes, entre ellos Stauffenberg, estaba muy extendida la disposición a apoyar el movimiento "nacional" y "socialista", incluso entre muchos de los que más tarde, a la vista de los crímenes perpetrados por los nazis, se convertirían en sus adversarios. Ya antes de 1933 se tenía a Stauffenberg como un adepto al movimiento Hitleriano. En aquella época también se mostraron favorables al "movimiento nacional" el teniente Stieff, el comadnante Oster -que por esas fechas estaba retirado del ejército -, el capitán von Tresckow, el teniente Mertz von Quirnheim y el teniente de la reserva Caesar von Hoffacker, primo de Stauffenberg.
(continuará)