Publicado: Vie Jul 31, 2020 11:07 pm
por Kurt_Steiner
A primera hora del 24 de mayo de 1941, el Prinz Eugen detectó a dos barcos de gran tamaño aproximándose. El vicealmirante Lancelot Holland en su buque insignia, el crucero de batalla HMS Hood, y el acorazado HMS Prince of Wales, se dirigían hacia ellos. Así comenzó la batalla del estrecho de Dinamarca. Lütjens pronto supo que los dos barcos eran unidades pesadas enemigas, por lo que ordenó virar, para tener tiempo para planear qué hacer. Su primer instinto era intentar superar en velocidad al enemigo, siguiendo escrupulosamente las órdenes recibidas. Cuando supo que el buque enemigo que navegaba a la cabeza de la formación británica era el Hood, aún tuvo menos ganas de combatir.

Aunque Lütjens ordenó al Prinz Eugen devolver los disparos, por unos momentos retuvo el fuego del Bismarck, esperando a que se acortaran las distancias. Prefería un combate más cercano para no malgastar munición haciendo disparos para simplemente calibrar las distancias. Lindeman estaba livido al ver a su barco bajo fuego enemigo y serle denegado el derech o a devolver los disparos. Lütjens ordenó virar a estribor para cruzar la T de Holland. Poco antes de disparar, el Bismarck fue alcanzando en el castillo de proa, anunque el Prinz Eugen había logrado varios impactos en el Hood, provocando algunos fuegos a bordo. Entonces el Bismarck disparó contra el Hood.

La quinta salva alcanzó al Hood desde una distancia de 17.500 yardas Se vieron dos salpiaduras de agua. Al parecer, uno o más proyectiles alcanzaron al Hood sin aparente efecto. Poco después el Hood voló por los aires. Mientras los oficiales alemanes lo festejaban, Lütjens rpermaneció impasible. Entonces los alemanes concentraron el fuego contra el Prince of Wales, que fue alcanzado siete veces antes de que el capitán John Leach su pudo retirar a una buena distancia.

Lindemann quiso destruir al buene dañado, tarea que se podía cumplir en un par de horas, pero Lütjens, decidido a evitar combates innecesarios con buques enemigos, rechazó esta opinión. Lütjens sospechaba de la inteligencia recibida, pues hacía pocos días que había sido informado que el Hood estaba navegando frente al África Occidental. Temiendo que pudieran haber más barcos enemigos cerca, descartó perseguir al Prince of Wales.

Mediante una serie de inteligentes maniobras, los barcos alemanes pudieron distanciarse del enemigo e incluso evadirse por un corto espacio de tiempo. Lütjens rompió entonces el silencio de radio, lo que hizo que los británicos supieran su latitud pero no su longuitud. Hasta el atardecer del 25 de mayo, los británicos no supieron que los alemanes se dirigían hacia Francia, pero el mensaje interceptado iba a permitir a los ingleses lanzar varios ataques aéreos contra los germanos en los dos días siguientes.